viernes, 3 de enero de 2020

Tu ropita con la mía: sensualidad en estado puro con un cordel de tender la colada


La copla de hoy nos lleva a la última época de Concha Piquer. La artista valenciana se retiró precipitadamente de los escenarios a comienzos de 1958, tras una serie de problemas vocales. Ella, tan exigente con su equipo de trabajo (músicos, bailarines, maquilladores, sastrería…) decidió aplicarse la misma vara de medir y cuando vio que su voz no estaba al 100% optó por abandonar su carrera artística en plena cumbre del éxito. No obstante, tenía que cumplir con el contrato de su discografía que tenía firmado para los años siguientes, y siguió sacando discos hasta 1963, aunque no hiciera conciertos ni espectáculos. La canción que os traigo hoy pertenece a esa etapa final de retiro. La mayoría de temas de esta época salieron en disco y se escucharon en las radios y las casas pero apenas se cantaban en los escenarios. En este contexto se inserta Tu ropita con la mía.


A las claritas del día,
a las claritas del día,
tu ropa a los cuatro vientos,
meciendose con la mía.
Sevilla de comentarios,
desde Triana a San Gil,
poniendonos a diario,
como hoja de perejil.

Y mientras, al mediodía,
entre geranio y clavel,
tu ropita con la mía
tu ropita con la mía,
bailando sobre el cordel.

Un vestido colorado,
un vestido colorado,
y una chaquetilla corta,

banderas por el tejado.
Sevilla de comentarios,
cortandonos el pañal,
desde la Pila del Pato,
hasta la Puerta Real.

Y mientras, al mediodía,
entre geranio y clavel,
tu ropita con la mía,
tu ropita con la mía,
bailando sobre el cordel.

Y mientras, al mediodía,
entre geranio y clavel,
tu ropita con la mía,
tu ropita con la mía,
bailando sobre el cordel.

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El poema nos cuenta una historia de amor secreto pero de una forma sutil, delicada, simbólica, sinuosa, indirecta, metafórica, sustituyendo el componente humano por el componente objetual o material. El poeta utiliza el cordel de tender la ropa con las prendas masculinas y femeninas (juntas en la misma cuerda) para representar el amor entre estas dos personas.  En lugar de ver a dos seres físicos amándose (besos, abrazos, piropos…), el foco de atención se centra en las ropas de la cuerda de tender la colada, en el que aparecen las prendas de vestir del hombre y la mujer. Las ropas masculinas y femeninas juntas en el cordel es una forma de representar metafóricamente la unión del amado y la amada. Detrás del objeto material (ropitas) hay personas (amantes).

Se trata de una metáfora muy sensual, que acaricia lo lujurioso y casi lo erótico. Es verdad que el poeta recurre al término que expresa conjunto (hiperónimo “ropita”), o a veces, a tipos de ropa concretos (hipónimos) que no resultan muy comprometidos moralmente (“vestido colorado”, “chaquetilla corta”). Se evita hacer alusión a prendas tabú (la ropa interior). No obstante, el receptor, con su imaginación y un poco de lógica y conocimiento del mundo ya se puede imaginar qué tipo de ropa puede aparecer en un cordel. Evidentemente, en plena época de la censura, como el poeta se pusiera a dar más detalles, se hubiera prohibido una copla así. Al menos, con la imagen de la “ropita, el vestido y la chaquetilla” se crea ese ambiente de lascividad y carnalidad sin llegar a ser de mal gusto.

La sensualidad y el idealismo se refleja en el ambiente. Por ejemplo el marco temporal elegido es el amanecer, uno de los momentos más románticos del día: “A las claritas del día”. La canción está diciendo (significado literal) que las ropas han amanecido tendidas en el cordel juntas. Es una forma simbólica de decir que los dos amantes han amanecido juntos en la cama. Como la segunda lectura resulta fea e indecorosa, el autor usa el plano de la ropa.

Las prendas de vestir cobran trascendencia a través de la personificación: “Tu ropa a los cuatro vientos meciéndose con la mía”. Los posesivos (tu/mía) marcan las coordenadas personales de la relación, los dos amantes. Y la preposición CON marca esa fusión o síntesis de hombre-mujer. Las ropas moviéndose en la cuerda con el viento (lectura superficial) puede sugerir muchísimo a la hora de aplicarlo sobre los amantes (allá la mente de cada uno a la hora de hacer la lectura profunda jajjaja). El poeta es un genio a la hora de gestionar el erotismo en esta copla y evadir la censura.

Evidentemente, la presencia de la ropa en el cordel genera chismes y habladurías entre la gente de Sevilla. En una época en la que estaba mal visto que dos personas mantuvieran relaciones prematriomoniales o vivieran juntos antes de casarse, pues es evidente que la pareja será el foco de todas las críticas y cotilleos. La gente que pasa por la calle ve la ropa tendida de los dos amantes, y evidentemente, van a venir malos pensamientos. Esto se refleja muy bien con la metonimia: “Sevilla de comentarios desde Triana a San Gil”. En este caso, la metonimia consiste en sustituir la persona por la ciudad. Los que critican y hacen comentarios no son la ciudad de Sevilla ni los barrios que se citan, sino sus habitantes, los Sevillanos. Es una forma de enfatizar la vergüenza y el escándalo que genera esta relación. Los vecinos ponen a parir a los amantes tal como se refleja en la comparación coloquial “poniéndonos a diario como hoja de perejl.” El perejil es verde, y la expresión poner a alguien verde significa criticar.

En el estribillo se realza la unión de los amantes con otra nueva personificación, atribuyendo acciones humanas (bailar) a entidades inertes (ropas): “Tu ropita con la mía bailando sobre el cordel”. El ambiente elegido es colorido, floral y sensual para marcar el carácter idílico de la relación “entre geranio y clavel”. En muchas casas de Andalucía es frecuente decorar los patios y los balcones con macetas y flores.  El adjetivo MIENTRAS (mientras, al mediodía…) tiene un valor concesivo: a pesar de todas las críticas, chismes, habladurías de la gente, las ropas seguirán bailando en el cordel, es decir, los amantes se seguirán amando ajenos a todo.

La segunda parte de la copla es una reiteración de la primera (misma idea con leves cambios formales). La ciudad de Sevilla inventando chismes y criticando (“Sevilla de comentario, cortándonos el pañal desde la Pila del Pato hasta la Puerta Real”), y luego la ropa colgada en el cordel (“vestido colorado”, “chaquetilla corta”). Mucho ojo a la simbología de la ropa. Vestido de color rojo, símbolo de la pasión y la chaquetilla corta. En este época todo lo que sea “enseñar carne” (aunque sea poco) estaba mal visto. El poeta no da puntada sin hilo jajajjaa

Algunas pinceladas de la métrica. El verso es octosílabo. Algunos versos se quedan libres, sin rima (“tu ropa a los cuatro vientos”, y una chaquetilla corta”). En el resto predomina la rima consonante (Gil/perejil, día/mía, comentario/diario) o asonante (cordel/clavel).




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