martes, 20 de abril de 2021

Carceleras del Puerto: el condenado que suspira por la falta de libertad

Carmen la de Triana es una película musical hispano-alemana, del año 1938, dirigida por Florián Rey y protagonizada por Imperio Argentina. El film se rodó íntegramente en Alemania, pues como ya sabéis, en esta época España estaba viviendo uno de sus episodios más tristes y sangrientos del siglo XX: La Guerra Civil Española.

Al estallar el conflicto bélico, la mayor parte de la industria cinematográfica quedaría en territorio republicano. Por tanto, los directores afines al bando franquista no tuvieron más remedio que rodar sus producciones en estudios cinematográficos extranjeros (Berlín, Roma, Lisboa…). Películas como El barbero de Sevilla, Suspiros de España, Mariquilla Terremoto o la propia Carmen la de Triana se rodarían en el país nazi.

Algunas de las coplas de esta última película se tradujeron y cantaron al alemán. Uno de esos temas fue Carceleras del Puerto

Una carcelera es un subgénero dentro del flamenco, destinado al cante y al baile (sin guitarra). Las letras hacen referencia a temas relacionados con la cárcel: los condenados a prisión, la falta de libertad, los deseos de salir de allí, el uso de la imaginación y de la fantasía como mecanismos de evasión (si no puedes salir de ahí en el plano de la realidad, al menos puedes soñar y fantasear que eres libre, solo con la mente).



Mejor quisiera estar muerto

mejor quisiera estar muerto

que preso para toa la vida

en ese penal del Puerto

Puerto de...

Puerto de Santa Maria

 

Centinela, centinela

tu has tenido la culpita

que pase la noche en vela

que pase la noche en vela

 

¿A donde ira ese barquito

que cruza la mar serena?

Unos dicen que a Almeria

y otros que pa Cartagena

Unos dicen que a Almeria

y otros que pa Cartagena

 

Ay ay ay

ay ay ay

barquito de vela

que viene de Cai

que viene de Cai

por esa bahia

que viene de Cai

por esa bahia

y no llega a puerto

y no llega a puerto

Puerto de...

Puerto de Santa María

.......................................................

El protagonista del poema se encuentra preso en el penal del Puerto de Santa María (Cádiz). Este lugar existió en la vida real. Funcionó como prisión entre 1886 y 1981. Se situaba sobre un antiguo convento del siglo XVI.

Aquí cumplieron condena conocidos presos políticos durante la Segunda República y el Franquismo, como Ramón Rubial (presidente del PSOE) o Lluis Companys (ex presidente de la Generalitat de Cataluña). También El Lute estuvo encerrado en sus celdas. Como veis, se trata de un lugar emblemático

La canción se apoya en una serie de ideas, temas e imágenes muy del gusto del Romanticismo

Por un lado, el yo poético muestra el anhelo de alcanzar la libertad absoluta (postura romántica). Sin embargo, esta aspiración se ve entorpecida por la presencia de un entorno tiránico (la cárcel, el centinela). Por lo tanto, la voz lírica romántica no se adapta a las circunstancias temporales y espaciales que le ha tocado vivir.

Eso provoca una situación de hastío, que le lleva a desear la muerte, la destrucción: Mejor quisiera estar muerto que preso para toda vida.

La antítesis muerto-vida dibuja a un yo poético con unos principios e ideales románticos muy claros y marcados. La vida no puede concebirse sin libertad. El hecho de estar preso anula a la persona, le impide su desarrollo y hace que la existencia pierda sentido. Por eso, la mejor solución es la muerte.

Este tipo de pensamiento recuerda a los protagonistas de los dramas románticos de Zorrilla y el Duque de Rivas (Don Juan Tenorio, Don Álvaro o la fuerza del sino…).

Desear la muerte de una manera tan explícita se convierte en un grito de dolor, de rebeldía ante el mundo, de no querer aceptar las cosas y convenciones legales, morales y sociales establecidas. Muchos personajes románticos asqueados y frustrados (infelices) buscaban la muerte como alternativa. 

Los adjetivos y participios están relacionados con el entorno carcelario (preso) y la necesidad de poner fin a la existencia dolorosa (muerto)

Este poema representa el subjetivismo y el análisis de la intimidad propia del arte del Romanticismo: el héroe romántico necesita expresar sus sentimientos individuales (exaltación del yo) y encuentra, al mirar en su interior, la desesperación, la melancolía, la soledad o la angustia que le genera el choque con la realidad en que vive (la prisión). Este hecho le lleva a enfrentarse al sistema de valores del mundo y a desear terminar su vida

El uso de la anadiplosis en el complemento circunstancial de lugar enfatiza el marco espacial de la historia: En este penal del Puerto/Puerto de Santa María.

Como veis, hay un pequeño giro semántico provocado por un juego de palabras con los significados de la palabra puerto. Al principio, parece que va a decir que se encuentra en un penal cualquiera de un puerto cualquiera. Sin embargo, con el cambio de verso, el yo poético nos sitúa la acción de la copla en un punto concreto y conocido por todos (penal del Puerto/ Puerto de Santa María). El encabalgamiento suave precisa el espacio.

El yo poético se dirige con vocativos a las autoridades carcelarias (Centinela, centinela, tú has tenido la culpita que pase la noche en vela).

Los centinelas eran los encargados de vigilar a los presos de la prisión. Por tanto, representan la opresión, el orden, la tiranía, el miedo. Los guardas con su trabajo contribuyen a mantener ese sistema carcelario. El centinela simboliza el orden (muy parecido a lo que la Guardia Civil representaba en Lorca), mientras que el yo poético representa la libertad y el primitivismo (en Lorca, sería el gitano). ¿Veis el contraste?

Aunque en teoría los centinelas eran unos meros vigilantes, en la práctica se convertían en una autoridad importante dentro de la prisión. Los presos debían obedecer las órdenes de los centinelas si no querían meterse en problemas.

El yo poético manifiesta frustración, ya no solo por la falta de libertad, sino por el quebrantamiento de la voluntad de una persona que solo puede hacer lo que sus centinelas le mandan. Por eso, el hombre culpa al centinela de no poder vivir con tranquilidad y armonía: Centinela, tú has tenido la culpita que pase la noche en vela.

Los centinelas, muchas veces, abusaban de su autoridad y cometían actos denigrantes y tremendos contra los pesos. Su figura inspiraba cierto miedo e incertidumbre a los condenados. De ahí que por culpa del centinela el yo poético no duerma bien

Algunas cantantes-actrices han interpretado esta segunda estrofa como un cambio de voz poética: en lugar de ser el protagonista (masculino) el que habla al centinela, es una mujer. Las mujeres lo pasaban muy mal cuando su amado ingresaba en prisión, pues ellas vivían con la incertidumbre de no saber si saldría vivo de allí. Por eso, ella le dice al centinela que pasa muchas noches en vela (ya que no sabe el destino de su amado).

En la película de Imperio Argentina del 38, sí se hace un cambio de voz poética (empieza cantando un hombre, y luego la parte del centinela la canta Imperio).

De todas formas, haya cambio o no haya cambio de voz, el símbolo del centinela como represor sigue siendo el mismo.

En la tercera estrofa, se manifiesta otro de los rasgos más importantes de la literatura romántica: el rechazo a la realidad, el deseo de evasión. Muchos románticos, cansados del tipo de vida que llevaban, le daban a la imaginación y a la fantasía, para olvidarse de la crudeza y la frustración que estaban viviendo. Se consolaban evadiendo su mente a otras épocas y espacios.

El protagonista empieza a crear imágenes mentales dentro de la prisión. Una de esas imágenes es la del barco velero navegando por el mar. Esto recuerda a la Canción del Pirata de José de Espronceda. El navío simboliza la libertad, el individualismo, la independencia. Un barco puede seguir la ruta que quiera, surcando el mar sin rendir cuentas a nadie, sin opresiones, sin ataduras, sintiéndose el rey del mundo, el centro del universo, al margen de la sociedad.

El condenado envidia y desea este tipo de vida. Como es imposible llevarla a cabo, lo hace con la evasión, la imaginación. Esto crea una especie de consuelo. La presencia de interrogaciones retóricas es síntoma del flujo mental del yo poético, el cual no para de darle a la cabeza y fantasear: ¿A dónde irá ese barquito que cruza la mar serena?...

Mientras que la mayoría de los personajes románticos se evaden a mundos imaginarios, exóticos o remotos (la Edad Media, Oriente…) el protagonista se evade a lugares más o menos conocidos de Andalucía y Murcia, mediante estructuras en paralelismo: Unos dicen que a Almería y otros que para Cartagena

Al ser el Puerto de Santa María un lugar costero, tal vez desde la cárcel se pudieran ver el mar y los barcos, y eso sirviera de inspiración para llevar a cabo el ejercicio de evasión mental (el yo poético, contemplando los barcos, pudiera “crear” sus historias)

Los demostrativos marcan la distancia entre el mundo interior (cárcel) y el exterior (mar): Ese barquito, Esa bahía. Es una manera de ver que la libertad está a la vez tan cerca y a la vez tan lejos, y muchas veces no la sabemos valorar.

El final de la copla resulta trágico y conmovedor (a pesar del tono bailable y divertido de la melodía). La imagen tan vitalista de los barcos veleros se convertirá en una alegoría que simboliza la condena del yo poético a vivir en un contexto de no libertad.

Ya os he dicho que el barco simboliza la libertad. Del navío que se describe al final del poema se dice que viene de la ciudad de Cádiz pero no para en el Puerto de Santa María (lugar en el que está el yo poético).

La escena de la embarcación dejando de lado el Puerto de Santa María (sin parar allí) es símbolo de cómo al yo se le escapa definitivamente la libertad: Barquito de vela que viene de Cai por esa bahía y no llega al puerto, Puerto de Santa María

A pesar del ritmo tan pegadizo que tiene la copla (con diminutivos [barquito], anadiplosis [puerto/Puerto de Santa María] y repeticiones [que viene de Cai, que viene de Cai]), el contenido no es nada divertido. Estamos viendo a un yo condenado para siempre a vivir en un mundo en el que no se adapta. Las interjecciones (Ay, Ay, Ay) enfatizan el malestar anímico del protagonista.

Las repeticiones de versos son constantes en esta copla. Si obviamos estas repeticiones, la métrica del poema sería:

-En primer lugar, una cuarteta de versos octosílabos: 8a 8b 8a 8b. Las rimas son consonantes (muerto-puerto) y asonantes (vida, María)

-En segundo lugar, una tercerilla: tres versos octosílabos, con rima consonante entre el primero y el tercero: centinela-vela

-En tercer lugar, una copla: 4 versos octosílabos con rima asonante entre el segundo y el cuarto, mientras que primero y tercero quedan libres: 8- 8a 8- 8a. La rima es consonante: serena-Cartagena

-En la última estrofa los versos son hexasílabos y no hay rima. Las repeticiones son más evidentes, con presencia de interjecciones que rompen el ritmo métrico.

miércoles, 7 de abril de 2021

En el Barranco del Lobo (canción popular): una copla ambientada en la Guerra de Marruecos (1909)

La canción que os traigo hoy fue escrita y difundida a raíz de un desafortunado y truculento episodio que vivieron las tropas españolas durante la Guerra de Melilla de 1909. Se trata del desastre del Barranco del Lobo, el cual, junto al fracaso de Annual (1921), es considerado una de las más sangrientas derrotas sufridas por el ejército en las guerras coloniales del norte de África.

Este hecho conmocionó al país entero (ya que el número de soldados fallecidos sobrepasó la centena) y se convirtió en el asunto principal de la copla que vamos a analizar hoy: En el barranco del Lobo

Este tema formó parte del repertorio de canciones que los soldados de la Guerra del Rif (1911-1927) y de la Guerra Civil Española (1936-1939) entonaban en sus momentos de ocio, junto a otros compañeros

Ya hemos dicho varias veces que la copla y la historia están hermanadas, y su unión ha dado lugar a poemas que reflejan fielmente determinadas circunstancias socio-políticas del siglo XX.



En el Barranco del Lobo

hay una fuente que mana

sangre de los españoles

que murieron por la patria.

 

¡Pobrecitas madres,

cuánto llorarán,

al ver que sus hijos

a la guerra van!

 

Ni se  lava  ni se peina

ni se pone la mantilla,

hasta que venga su novio

de la guerra de Melilla.

 

¡Pobrecitas madres,

cuánto llorarán,

al ver que sus hijos

a la guerra van!

 

Melilla ya no es Melilla,

Melilla es un matadero

donde van los españoles

a morir como corderos.

......................................................

A principios del siglo XX Marruecos se dividía en territorios llamados cabilas, en los que vivía la población autóctona árabe y beréber. Las cabilas de la parte de Melilla estaban gobernadas por un sultán llamado Bu Hamara, el cual empieza a negociar con Francia y España la explotación de varios yacimientos mineros de Marruecos.

Gran parte de la población autóctona ve con malos ojos que Bu Hamara ceda esos yacimientos mineros a extranjeros franceses y españoles. La gente lo ve como una traición, así que las cabilas de Melilla se levantan contra el sultán y este es apresado y encarcelado. Finalmente, moriría en la ciudad de Fez.

La situación se hace muy tensa.  Antes de morir Bu Hamara, España había firmado los acuerdos para la explotación de los yacimientos. Por tanto, el gobierno español dio orden de seguir trabajando esos yacimientos, a pesar de la muerte del sultán (al fin y al cabo, los trámites se habían firmado).

Sin embargo, la población marroquí no estaba de acuerdo en que España siguiera trabajando los yacimientos. Se produjeron una serie de altercados, protestas y situaciones violentas. El 9 de julio tiene lugar en Sidi Musa un ataque de los rifeños a un grupo de obreros españoles, que construían un puente para el ferrocarril minero, produciéndose la muerte de 6 personas.

Cuando el gobierno español (presidido por Maura) se entera de lo que había ocurrido en Marruecos, decide mandar varias tropas de soldados a Melilla.

Gran parte de la población española se opone al envío de tropas a África. Así se produce el famoso episodio de la Semana Trágica en Barcelona. La población no quería que España entrara en un nuevo conflicto bélico, y muchas familias, estudiantes y sindicatos se levantaron contra el gobierno.  

De esta manera, nació la guerra de Melilla. Uno de sus episodios fue el desastre del barranco del Lobo, que supuso la pérdida de una gran cantidad de soldados españoles. El territorio de esta zona era montañoso, así que muchos rifeños aprovecharon para hacerse con el control de las zonas altas, para ametrallar desde arriba a los españoles que estaban en las zonas bajas. Fue una batalla estratégica, que supuso un triunfo para los rifeños y una seria derrota para los españoles.

El poema comienza con una imagen bastante sanguinaria, cruel y macabra, que hace referencia a la cantidad de vidas humanas que se perdieron durante este episodio bélico: En el barranco del Lobo, hay una fuente que mana sangre de los españoles que murieron por la patria.

Resulta curioso que un elemento idílico y modernista como es una fuente (la cual, casi siempre se identifica con el fluir de la vida, y forma parte de paisajes paradisíacos, muy en la línea del Locus Amoenus) aquí se transforme y se convierta en un elemento trágico, desagradable, gore, sórdido, que deja mal cuerpo al receptor.

La metáfora del flujo de vida se convierte en metáfora del flujo de muerte. Se produce un contraste muy irónico, entre la sangre como elemento corporal y la sangre como elemento patriótico (ya que esas personas han muerto por el país).

Las oraciones de relativo (fuente que mana, españoles que murieron) permite al yo poético recrearse en este episodio con cierto detalle. Al fin y al cabo, este tipo de coplas se compusieron para que la gente se diera cuenta de la crueldad e inutilidad de las armas

El objetivo es crear imágenes feas, desagradables, crueles, para que el público muestre rechazo hacia las guerras. La copla se recrea en el morbo no por placer o masoquismo, sino para dejar mal cuerpo al que lo lee y se genere una actitud antibelicista.

En una guerra no solamente lo pasan mal los soldados, sino también las familias que se quedan en casa (las madres, las novias, las hermanas), las cuales tienen que vivir en tensión, con la incertidumbre de si su ser querido volverá sano y salvo.

En el estribillo, el yo poético se compadece de las madres de los soldados, mediante oraciones exclamativas de gran intensidad:.¡Pobrecitas madres, cuánto llorarán al ver que sus hijos a la guerra van.

La altisonancia del tono del poema es un efecto buscado. La intención es hacer el mayor ruido posible, ser pomposo, buscar la lágrima fácil, recrearse en el drama culebronero, con el objetivo de que el receptor sienta rabia ante las injusticias de la guerra, y por tanto, rechace lo bélico.

Los que me conocéis, ya sabéis que yo soy más partidario de la poesía intimista y silenciosa que de la lírica ruidosa e histriónica. Sin embargo, en este caso reconozco que el dramatismo tiene una intención concreta (generar odio a la guerra) y ayuda a dar fuerza a la composición.

El hipérbaton (a la guerra van), además de facilitar la rima, crea un efecto perturbación adelantando a primera posición oracional los elementos con connotaciones negativas. Cuando estamos preocupados por algo (como le pasa al yo poético), desordenamos el orden sintáctico de la frase.

La guerra se representa en el poema como un elemento perturbador, antiarmónico, que es capaz de alterar la vida y la rutina de miles de personas. Gracias a las guerras, las personas son cada vez menos personas, se marchitan, acaban perdiendo la alegría, las ilusiones, las ganas de vivir. La gente se abandona a sí misma.

Ese proceso de decadentismo y antihumanismo se expresa mediante la enumeración en paralelismo: Ni se lava ni se peina ni se pone la mantilla hasta que venga su novio de la guerra de Melilla.

La oración subordinada temporal marca el límite de ese estado de depresión (hasta que venga […] de la guerra). Una vez la guerra desaparezca de la vida de las personas, la gente volverá a recuperar ese color, esa energía vital, esa alegría. Por tanto, ya sabéis cuál es la solución: no a la guerra.

La canción termina de un modo tremendista, describiendo el lugar de la batalla de una manera deformada y esperpéntica. El lenguaje roza el expresionismo, para recrear el dolor y la crueldad que se vivió en ese lugar

El primer paso para deformar la escena consiste en abandonar el lenguaje estándar, que es expresivo y claro pero le falta fuerza, garra e intensidad para dejar huella y marcar al receptor. La epanadiplosis nos ayuda a negar y a abandonar el plano del lenguaje normal: Melilla ya no es Melilla.

Una vez lo hemos abandonado, pasamos al lenguaje metafórico deformado, en el que Melilla se identifica con un elemento tremendista, sórdido, desagradable: Melilla es un matadero donde van los españoles.  

La anáfora de “Melilla” contrapone el plano real y el metafórico (Melilla ya no es…/Melilla es…). 

Las comparaciones crean imágenes macabras, siniestras y lúgubres, que rozan lo soez: Melilla es un matadero, donde van los españoles a morir como corderos

En este poema se configura un mundo de barbarie y guerra, que se opone al de la paz y civilización. ¿Habéis leído “El matadero” del escritor romántico hispanoamericano Esteban Echeverría? En este cuento se representa un mundo así de sanguinario (la acción tenía lugar en un matadero, en el que uno de los personajes se dedicaba a degollar animales, llenando todo de sangre y víscera).

Cuando tú lees este cuento, te quedas con un mal sabor de boca por la cantidad de atrocidades que se narran. En esta copla, analizando las metáforas e imágenes (que si el matadero, que si la fuente se sangre, que si los corderos muertos…) te quedas con esa misma sensación. El lenguaje utilizado no es poético, pero ayuda a crear una imagen cruel de la guerra que genera rechazo y asco en el receptor.

Métricamente, las estrofas son coplas, es decir, 4 versos octosílabos donde el segundo rima con el cuarto, y el primero y el tercero quedan libres: 8- 8a 8- 8a  

En los estribillos, se sigue el mismo esquema pero con versos hexasílabos.