lunes, 30 de agosto de 2021

Amigo conductor: la copla de Perlita de Huelva que invita a tener precaución en la carretera

Aprovechando que estamos en días de operación salida y entrada de las vacaciones de verano, nos viene como anillo al dedo analizar el tema más emblemático de Perlita de Huelva: Amigo conductor.

Fue compuesto en el año 1969 por Felipe Campuzano. La letra es una apelación e invitación a la buena conducción. El yo poético recomienda a todos los conductores de España controlar sus vehículos con cautela y prevención para tener un viaje agradable y sin sobresaltos. Es el mensaje de la DGT hecho canción jejjeje.  



A todos los conductores, 

mi voz sirva de compaña, 

y al ritmo de los motores 

por vuestra ruta de España 

y le pido a San Cristóbal 

nuestro patrón tan divino 

que con sus manos os guíen, 

salvos a vuestro destino 


Precaución amigo conductor 

la senda es peligrosa 

y te espera tu madre o esposa 

para darte su abrazo de amor 

precaución amigo conductor, 

tu enemigo es la velocidad 

acuérdate de tus niños 

que te dicen con cariño, 

no corras mucho papa... 


Pulso firme en el volante, 

al peligro desafía 

tu lema es siempre adelante 

sin descanso noche y día, 

pero al fin de la jornada 

te esperan con alegría 

y te llenara de orgullo 

al decir misión cumplida


Precaución amigo conductor 

la senda es peligrosa 

y te espera tu madre o esposa 

para darte su abrazo de amor 

precaución amigo conductor, 

tu enemigo es la velocidad 

acuérdate de tus niños 

que te dicen con cariño, 

no corras mucho papa...

.....................................................................

Se trata de una copla que tiene una función moralizadora y didáctica, pues pretende inculcar ciertas conductas en el receptor, que en teoría son positivas y beneficiosas (conducir con cuidado, para que no sucedan accidentes ni desgracias). Las muertes en carretera son una de las lacras del país. 

La gente que pasa muchas horas en la carretera (camioneros, transportistas, conductores de autobús, taxistas, padres de familia que realizan largos viajes entre dos puntos geográficos, sea por vacaciones o por motivos laborales) se emocionaban cada vez que salía este tema por la radio. Se sentían muy identificados con el contenido de la letra

Cuando se cantaba esta copla en pleno viaje, muchos conductores se concienciaban de lo peligroso que era el oficio de conductor, y eso les servía para bajar la velocidad del vehículo y poner más atención a las diferentes normas de tráfico. 

En la primera estrofa, el yo poético se dirige de manera explícita a un colectivo concreto, el de los conductores: A todos los conductores, mi voz sirva de compaña al ritmo de los motores por vuestra ruta de España. 

La voz lírica invade el espacio del receptor con el objetivo de darle consejos. Tened en cuenta que muchos camioneros realizaban el viaje en absoluta soledad, sin ningún tipo de compañía. Escuchar música les servía no solo para dinamizar y hacer más alegre y divertido el viaje, sino también para abrir una vía comunicativa y sentirse acompañados (aunque fueran como oyentes). 

Como veis, se establece un pequeño juego semántico entre el ritmo del poema y de la canción (ritmo musical) con el ritmo del motor del vehículo. 

El uso del posesivo en segunda persona del plural (vuestra ruta) permite universalizar la copla y hacer que todos los conductores se identifiquen con el mensaje, sea cual sea el lugar en el que se encuentran. Es un poema dirigido a cualquier persona vinculada al mundo del transporte

Ya sabéis que un elemento bastante recurrente en la canción española de esta época es la alusión a elementos religiosos (Dios, los santos, la virgen…). Lo religioso se considera algo valioso y trascendental en una sociedad conservadora como la de los 60. 

Cuando había que pedir o desear algo, un recurso habitual era ampararse a la religión, a la fe, con frases del tipo “Pido a Dios”.  En este caso, se nombra a San Cristóbal, que es el patrón de automovilistas, taxistas, camioneros y conductores en general. Y le pido a San Cristóbal, nuestro patrón tan divino, que con sus manos os guíen salvo a vuestro destino. 

La aposición posee un componente explicativo y didáctico, para que la gente que no sepa quién es San Cristóbal, conozca esta información (nuestro patrón divino). 

Con el posesivo en primera persona del plural (nuestro) el yo poético, además de emisor (voz lírica), hace también de receptor, acaba formando parte de la experiencia creada, catalogándose también como conductor, y hablando de igual a igual. 

Es una forma de dar poder retórico y fuerza al discurso para que el receptor se conciencie del contenido de la canción (es importante conducir con cuidado), además de conseguir una mayor empatía con el auditorio. Al hablar como si fuera un conductor, el resto de conductores (por tratarse de un colega de la profesión) van a estar más atentos 

Para transmitir una doctrina, se necesita no solo hablar bien y con propiedad sobre algo que es de sentido común, sino también, ganarte la atención y simpatía del oyente. La intención de la voz poética es beneficiosa y positiva. Está deseando algo bueno y bonito al oyente: que el viaje salga bien y todos lleguen sanos y salvos a sus destinos

En el estribillo se desarrolla este componente doctrinal. Es la parte más emblemática de la copla (Precaución, amigo conductor). 

Para transmitir una enseñanza, es necesario convencer, ser creíble, dar argumentos que inciten a la buena conducción: 

Uno de los mecanismos consiste en hacer hincapié en los peligros y aspectos negativos que entraña el mundo de las carreteras y de los coches. Esto se consigue mediante la metáfora (Tu enemigo es la velocidad). Conducir rápido no puede traer nada bueno

Algunos enunciados resultan claros, rotundos, explícitos y concisos (la senda es peligrosa). En la sencillez está la clave. Escuchando estas advertencias, el receptor sabe que tiene que conducir con cuidado, sobre todo en curvas, adelantamientos, cruces…

Otro mecanismo consiste en la apelación a la realidad más íntima e inmediata del receptor, con el objetivo de activar sus sentimientos más afectivos hacia las cosas que más quiere (la familia, la mujer, los hijos, los padres...). 

Se trata de un procedimiento efectista, ya que se está aludiendo a cosas muy importantes, como son los seres queridos. Acordarte de la gente que quieres es una forma de que la razón se imponga a la locura, pues sería terrible para la familia que te pasara algo en la carretera: Te espera tu madre o esposa para darte un abrazo de amor, Acuérdate de tus niños que dicen con cariño no corras mucho papá. 

Como veis, la incorporación de un estilo directo con voz filial (no corras mucho papá) da poder retórico al texto, ya que permite al receptor recordar y esbozar con ternura momentos de su vida cotidiana. Evocar escenas placenteras y entrañables es un argumento para que el conductor ponga precaución en su tarea. Es una manera de decir “si no lo haces por ti, hazlo por ellos”. 

Yo pienso que este tipo de imágenes literarias son mucho más poderosas que esas estampas de sangre y cadáveres que la DGT pone en la televisión cada año. 

Esta canción te pone los bellos de punta sin necesidad de recurrir a elementos sórdidos o desagradables (cifras de muertos, colisiones…). El arte puede conmocionar sin llegar a la truculencia. 

En la segunda estrofa, el yo poético homenajea y da ánimos a aquellas personas que se ganan la vida en la carretera. El oficio de camionero o conductor es muy duro, ya que requiere mucha atención, muchas horas de soledad, soportar condiciones climáticas adversas, malas infraestructuras…

Tened en cuenta que en los años 60 los coches no eran como los de ahora (no había calefacción, ni aire acondicionado, ni teléfonos móviles para llamar a la grúa en caso de avería, ni navegador…) y no existían esas autopistas que hay ahora. Algunos conductores tenían que conducir por rutas muy peligrosas. Por eso, esta copla es una forma de dar fuerza y animar al conductor. 

El oficio se describe como si fuera una hazaña épica y heroica: Pulso firme en el volante, al peligro desafía. Tu lema es siempre adelante, sin descanso noche y día.

Los imperativos se presentan de forma elíptica, sin verbos (“[ve] siempre adelante…”, “[ten] pulso firme…”, “[ve] sin descanso…”) y están cargados de emotividad gracias al hipérbaton (“al peligro desafía”, en lugar de “desafía al peligro” que sonaría mucho menos épico). 

La antítesis noche-día eterniza y mitifica la figura del conductor como si de un héroe se tratara. ¿Os acordáis de la canción del sembrador que analizamos el curso pasado en el especial de la Rosa del azafrán? En esta copla se mitificaba y exaltaba al campesino, como si fuera un ser trascendental y magnífico. Aquí pasa lo mismo, pero con el personaje del conductor.

Como todo héroe literario, el conductor tiene una misión o tarea que llevar a cabo, y cuando la cumple, consigue el orgullo, el honor o la satisfacción, que son valores fundamentales de la épica: Al fin de la jornada, te esperan con alegría y te llena de orgullo decir misión cumplida. 

Esto recuerda a la novela de caballería. Los caballeros medievales, una vez terminaban y vencían en la batalla, se reunían con su dama y disfrutaban de ella. La amada era el premio a todo su esfuerzo. En el caso del conductor, no se especifica que la recompensa sea una mujer, pues la tercera persona del plural le da un carácter indeterminado (te esperan con alegría). 

Aquí, cada uno pondrá el premio que quiera (la familia, la mujer, los hijos, el hogar…). Después de una dura jornada de trabajo, los camioneros están deseando volver a casa para reencontrarse con sus seres queridos. Después de todo esfuerzo siempre llega una recompensa. 

Métricamente, cada estrofa está formada por la unión una cuarteta (8a 8b 8a 8b) y una copla (8- 8a 8- 8a) 

El estribillo combina versos de arte mayor (y te espera tu madre o esposa) y arte menor (la senda es peligrosa). 

A lo largo de los 9 versos se producen rimas entre los versos 1, 4 y 5 (conductor, amor, conductor), 2 y 3 (peligrosa-esposa), 6 y 9 (velocidad-papá), y 7 y 8 (niños-cariño). 

viernes, 6 de agosto de 2021

Banana Republic (Ana Belén): el país en el que todo el mundo siente la plenitud y la libertad

La canción de hoy data del año 1980. Pertenece al género pop. Fue interpretada por Ana Belén en su disco Con las manos llenas. Se trata de Banana Republic, un tema que describe un mundo utópico, idílico, perfecto, en el que sus habitantes, a pesar de ser unos incomprendidos por la sociedad y no encajar en ella, se sienten libres, felices y realizados.


Existe un país en los trópicos

Donde el sol es un sol de verdad
Ya la sombra de bosques exóticos
Imagínate lo bien que se está

Los locos que el mundo no traga
Nos juntamos al anochecer
Dando vueltas a un sueño probable
A un amor que no ha podido ser

Y mientras el mundo se queda
Transitando por la misma vía
Aquí estamos rueda que te rueda
Ahuyentando la melancolía

Cazamos al vuelo a las lágrimas
Las bebemos con vino y con miel
Y aprendemos la risa del cómico
Y salvamos así la piel

Existe un país en los trópicos
Donde a veces el frío es mortal
Cuando un alma se enferma de veras
Por anemias de libertad

Allí le ponemos dos alas
Le enseñamos de nuevo el vuelo
Y aparece de repente el sol
Calentando nuevamente el cielo

Y mientras el mundo se queda
Transitando por la misma vía
Aquí estamos rueda que te rueda
Ahuyentando la melancolía

Cazamos al vuelo a las lágrimas
Las bebemos con vino y con miel
Y aprendemos la risa del cómico
Y salvamos así la piel

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El comienzo del poema recuerda al de un cuento, una leyenda o un relato maravilloso: existe un país en los trópicos...

Estas narraciones se circunscriben a un mundo imaginario, inventado, soñado, en definitiva, un mundo totalmente alejado de la realidad (ficción). En esta canción se habla de un lugar tan ideal, tan bonito, tan impecable, tan paradisíaco (gente dichosa, plena, sociable, alegre, libre, que sabe gestionar su psique...) que es imposible que lo podamos encontrar en la vida real. No obstante, el yo poético, necesita darle apariencia de verdad, credibilidad, verosimilitud, como si ese lugar existiera realmente. Se trata de hacer pasar una utopía por realidad, como sucede en el cuento.

El yo poético crea un marco geográfico paradisíaco y bucólico. Para que la gente viva feliz, es necesario que ese lugar sea el más bello del mundo, en armonía con la Naturaleza (sol, playa, bosque, calor…): existe un país en los trópicos, donde el sol es un sol de verdad. Se trata de un prototipo de paisaje de latitudes sureñas y tropicales, con una base real.

En lugares de latitud baja (10-20 grados) la luz solar llega todos los días con la misma intensidad. Los días duran 12 horas tanto en invierno como en verano. Las temperaturas son óptimas, ni muy altas ni muy bajas (25ºC), y apenas varían durante el año. Perfectas para darte buenos baños y tomar bien el solecito. El astro rey en estas latitudes sube casi al cénit, por lo que el calor está asegurado. Es el lugar ideal para cultivar piñas, aguacates, mangos, plátanos

Es el arquetipo que todos tenemos de paraíso. El yo poético se recrea en elementos naturales placenteros y agradables: y a la sombra de bosques exóticos…En un lugar en el que hace calor, estar a la sombra de los árboles es el cobijo perfecto, rodeado de vegetación.

La voz lírica busca trasladar al receptor a esa atmósfera amena y atractiva, para que la goce, mediante el imperativo, y un tono cercano a la exclamación exaltadora: imagínate lo bien que se está. Así, los oyentes, sentimos esa endivia sana que nos empuje a decir: yo quiero ir a allí: sol, calorcito, bosque, jejjejeje

La redundancia (donde el sol es un sol de verdad) realza la calidad de la luz solar en la zona tropical. La luminosidad que hay en el ecuador no tiene nada que ver con la de la zona polar. Si nos vamos a ciudades del norte de Europa (especialmente, los países nórdicos) veremos que a esas latitudes tan altas, el sol no sube tanto en la esfera celeste, y por tanto, la luz y el calor no pueden ser la misma que en los trópicos. Por eso, el sol tropical siempre será más intenso.

Mediante el circunloquio el yo poético alude a la gente inadaptada (los locos que el mundo no traga). Es una forma eufemística de designar a aquellas personas que no siguen las convenciones sociales y culturales de la mayoría. Usar palabras como “marginal”, “desplazado” o “relegado” quedaría políticamente incorrecto.

Se prefiere dar un rodeo empleando una forma poética y personificada (el mundo no traga), la cual aporta un matiz de subjetividad, posicionándose la voz lírica a favor de la minoría social. La culpa no es de estos individuos que no se adaptan, sino de la colectividad (el mundo) por no respetarlos ni aceptarlos.

La sociedad nos impone una serie de parámetros o condiciones (costumbres) que la mayoría de la gente está dispuesta a seguir, sin cuestionarlas (cásate, ten hijos, casa, trabajo), pero hay otros, que son unos rebeldes y se niegan a pasar por el aro. Quieren vivir a su rollo, a su manera, siguiendo sus ideales que pueden ser igual de válidos y efectivos.

El yo se centra en todas estas personas que optan por modos de vivir alternativos, diferentes, que se apartan de los convenios establecidos desde la tradición: los locos que el mundo no traga nos juntamos al anochecer. Hay un pequeño guiño a la figura del modernista, del bohemio, del decadentista, que como sabéis su momento favorito es la noche.

Estas personas inadaptadas sufren muchísimo. Tienen proyectos e ideales muy claros. Saben lo que quieren. El problema es el entorno, la sociedad, el medio, que les impiden cumplir sus voluntades. La gente critica, juzga, margina, aparta, cuestiona al diferente, al raro.

Querer algo y no poder conseguirlo es lo más doloroso que hay. Estos individuos jamás podrán ser felices. Gastan su energía mental deseando cosas (dando vueltas a un sueño probable, a un amor que no ha podido ser), y no pueden ver materializadas sus pasiones, aspiraciones y pretensiones.

El paralelismo representa aquellas realidades imposibles de llevar a cabo en el mundo real: sustantivo (sueño, amor) + complemento adjetival (probable, que no ha podido ser).

Las ideas, planes, intenciones y propósitos están (el término “probable” implica opción de que existan). Lo que no hay es forma de plasmarlos en la vida (no ha podido ser). De nada sirve tener deseos y no cumplirlos. La felicidad es imposible.

En el estribillo se plantea un contraste u oposición entre lo mayoritario y lo minoritario, lo usual y lo raro, lo convencional y lo peculiar, lo corriente y lo excéntrico. La conjunción subordinada temporal marca la dicotomía: MIENTRAS el mundo se queda navegando por la misma vía, aquí estamos rueda que te rueda ahuyentando la melancolía.

El sujeto de la oración subordinada (el mundo) posee una extensión semántica amplísima, ya que pretende abarcar a la mayor cantidad de seres humanos posibles. En definitiva, el referente se aplica sobre un porcentaje altísimo de la humanidad. Casi todas las personas siguen las mismas pautas, comportamientos, mentalidades, actitudes, costumbres…

Por el contrario, el sujeto de la oración principal está elíptico, en primera persona de plural (nosotros). El referente se aplica sobre una minoría concreta, sobre unos pocos seres que se apartan del resto, sobre un grupo elitista de personas (entre los que se encuentra el yo poético) que optan por modos de vivir totalmente distintos a los de la masa.

El fluir de la vida humana se representa metafóricamente con un camino, por influjo de la poesía de Jorge Manrique y Antonio Machado: el mundo se queda transitando por la misma vía. Existir (vivir) consiste en recorrer una senda.

Tener una mentalidad cerrada implica hacer esa ruta sin salirse de los límites, siguiendo el trazado, cumpliendo los cánones y normas sociales establecidas, sin desviarse ni un ápice. Por lo general, la sociedad nos invita a ser rígidos e invariables a la hora de ejecutar nuestros actos

El yo poético se niega a ser uno más. No quiere dejarse llevar por estas convenciones. No le guste el orden, no le gusta la estabilidad, no le gusta hacer lo que todo el mundo hace, no le gustan las imposiciones, no le gustan los proyectos a largo plazo. Siente que pierde su libertad.

La expresión reiterativa (rueda que te rueda) implica un sistema de vida más caótico, caprichoso e impredecible. Hay gente que plantea su existencia dando tumbos de acá para allá, experimentando todo tipo de contextos (a veces opuestos), yendo de un lado a otro, en ocasiones sin tener las ideas claras. No son felices prefijando y guionizando sus actos. Viven en el momento. Prefieren salirse de los límites establecidos en ese camino de la vida y hacer sus propias rutas, alejándose de las pautas mayoritarias.

Por supuesto, esta forma de vida no es fácil, ya que supone un reto y una lucha constante contra el mundo. Las dificultades, obstáculos y trabas generan sentimientos negativos y estados anímicos nocivos a los que hay que evitar llegar, tal como se ve en la personificación: ahuyentando la melancolía

La segunda parte del estribillo recoge una filosofía de vida, que todo el mundo que lucha por ser uno mismo debería practicar para no caer en la tristeza, el desencanto o el dolor. La voz lírica describe la manera idónea de reaccionar ante las adversidades, con el objetivo de no alcanzar un estado de depresión que nos arruine la vida.

Es una especie de consejo, recomendación o sugerencia que todos nosotros deberíamos aplicar en nuestras vidas para afrontar los momentos duros. No se trata de una orden, sino de una invitación envuelta en una declaración de intenciones: cazamos al vuelo las lágrimas, las bebemos con vino y con miel, y aprendemos la risa del cómico y salvamos así la piel.

Esto significa que no debemos dejarnos llevar por la pena y el dolor. Hay que darle la vuelta a las situaciones en las que nos pone la vida y convertir lo negativo y perjudicial, en positivo y reparador.

Las lágrimas, de sabor amargo, son una metáfora de lo pernicioso y dañoso. El vino y la miel, de sabor dulce, son una metáfora de lo placentero y agradable. Si nos dejamos llevar solo por las cosas malas, la vida es un infierno. No se podría vivir así. En la existencia humana también hay momentos felices que merecen la pena. Hay que saber identificar esas cosas buenas que forman parte de la vida, y disfrutar de los elementos maravillosos que son muchos.

No se puede mirar todo desde una perspectiva dramática y trágica. Cuando haya algo que no nos gusta es fundamental saber reírse, tomárselo con humor, no darle tanta importancia ni trascendencia. ¿Por qué ofuscarse y tomárselo todo tan a la tremenda y gastar nuestra energía vital?

En vez de llorar y sollozar, lo mejor es la carcajada, el alborozo, la chanza: y aprendemos la risa del cómico. Hay que saber reírse hasta de nuestra propia sombra. Si nuestro amigo llega tarde a una cita y te cansas de esperarlo, en lugar de quejarte y protestar, disfruta esos minutos de espera viendo pasar a la gente, el sol, los pájaros, y ríete de su tardanza, nunca te cabrees.

Este es el mensaje que se intenta transmitir en esta canción. No hay que tomarse las cosas de una forma tan tremendista. Hay que relajarse, actuar con calma y mirar las cosas con la sonrisa en la cara.

¿Y cuál es el objetivo de todo esto? Pues tener una salud mental de hierro. Los disgustos no son buenos para el cuerpo y para el alma. Convierten la vida en un calvario. Si nos tomamos la vida como plantea el yo poético, alcanzaremos la plenitud, y evitaremos vivir en un estado eterno de amargura, sufrimiento y tormento, tal como se refleja con la metáfora: y salvamos así la piel.

La piel tiene valor metonímico, ya que se alude a un elemento superficial y externo (la piel, que forma parte del cuerpo humano) en vez del elemento profundo e interno (el alma). Poniendo una sonrisa en nuestra vida, nuestro espíritu estará sano, y evitaremos caer en la enfermedad de la depresión.  

En la segunda estrofa el plano de lo espiritual predomina sobre el físico y material. De nada sirve vivir en un paraíso externo (en ese país tropical, con bosque, playa, sol…) si nuestra alma no se encuentra feliz. Puedes vivir en el lugar más bello del mundo y ser la persona más desgraciada del mundo. De ahí la paradoja: existe un país en los trópicos (temperatura alta) donde a veces el frío es mortal (temperatura baja)

El trópico, por naturaleza, es la zona más calurosa del planeta. Sin embargo, el alma de muchas personas se encuentra fría, infeliz, triste. El sentimiento aparece enfatizado con un adjetivo personificado (mortal). La depresión te puede acabar matando.

La degradación del espíritu humano queda muy bien representada con la metáfora de la afección física: cuando un alma se enferma de veras por anemia de libertad.

La anemia es una enfermedad del cuerpo (falta de hierro en sangre). El alma humana, al igual que el cuerpo, puede enfermar si no se cuida. Nosotros, como seres humanos, tenemos la obligación de realizarnos, de cumplir nuestros deseos y pasiones. Como personas libres que somos, hay que luchar por conseguir lo que queremos. Un ser humano que no tiene libertad para decidir qué hacer con su vida y culminar sus voluntades, es una persona ENFERMA, con anemia de libertad. Nadie debe cortarnos nuestras ilusiones y proyectos.

Ese marco geográfico bucólico y edénico de la primera estrofa (país tropical) necesita completarse con un estado anímico pleno (realización personal). De lo contrario, el frío y la falta de sol no desaparecerán, y los habitantes de dicho país no estarán satisfechos ni felices

El yo poético se convierte en una especie de profeta, sabio o maestro, que lucha para que esa gente que tiene ideales, pero por diferentes circunstancias ha perdido las ganas y esperanzas de alcanzarlos (depresión), recupere la ilusión y la energía para poder cumplirlos. Esto se expresa con metáforas relacionadas con la libertad: allí le ponemos dos alas y le enseñamos de nuevo el vuelo.

Las alas y el vuelo representan el libre albedrío: los seres humanos necesitan desarrollarse, hacer lo que quieran con su vida, tomar decisiones hasta crear una existencia a su gusto, culminar sus voluntades y pasiones. Y eso depende de cada uno de nosotros. Está bajo nuestro control.

Este es el mensaje que la voz lírica quiere transmitir con esta canción: hay que luchar por lo que queremos y así alcanzar nuestra felicidad.

De esta manera, el marco espacial adquiere también su máxima plenitud, tal como se expresa en la metáfora lumínica: y aparece de repente el sol, calentando nuevamente el cielo. Ahora sí el cuerpo y el alma se encuentran en conexión. Lo físico y lo espiritual van de la mano: un país bello, tropical, paradisíaco habitado por gentes felices y plenas.

La locución adverbial “de nuevo” y al adverbio “nuevamente” hacen referencia a los propios altibajos emocionales del ser humano. Hay veces que nos venimos abajo y perdemos las ilusiones y esperanzas en lograr nuestros deseos. Y otras, resurgimos de nuestras cenizas, nos comemos el mundo, nos aferramos a nuestros proyectos y luchamos por conseguirlos. Unas veces mejor (sol), y otras peor (frío). El humor es variable. De ahí esos cambios tan bruscos y súbitos (de repente). En función del contexto, hay veces que estamos arriba y otras abajo (anímicamente hablando).

Lo que está claro es que en esos momentos de bajón, hay que apoyarse en las cosas positivas, que son muchas. La vida está llena de placeres humanos y materiales, y merece la pena pasar por este proceso. Las lágrimas amargas pueden convertirse en dulces sorbos de vino y miel si sabemos tomarnos las cosas de cierta manera.

Predominan los versos de arte mayor, ya sean eneasílabos (los locos que el mundo no traga), decasílabos (donde el sol es un sol de verdad) y endecasílabos (y aprendemos la risa del cómico).

En la primera parte del tema las estrofas son serventesios, es decir, 4 versos de arte mayor que riman primero con tercero (trópicos-exóticos) y segundo con cuarto (verdad-está).

En la segunda parte y los estribillos se pierde la rima entre primero y tercero (lágrimas-cómico)