sábado, 27 de abril de 2024

Libérate (El Titi): reivindicando los derechos LGTBI

Con la muerte de Franco y la llegada de la democracia se puso de moda en España la canción protesta, caracterizada por su tono reivindicativo y su contenido de impronta liberal

En estos temas se cantaba a la libertad, a la solidaridad, a la paz, a la no discriminación, y en general, se invitaba a adoptar una actitud tolerante ante la diversidad, especialmente la de aquellos grupos que eran considerados un "garbanzo negro" en los años de la dictadura. El concepto de modernidad no solo debía aplicarse a la política, sino también a la vida diaria (respeto por las minorías). 

Rafael Conde Santiago ("El Titi") fue un artista de variedades, cuya trayectoria musical y profesional estuvo ligada a Valencia. A finales de los setenta, el escritor y bailarín Vicente Raga le compuso una copla que tenía como fin reivindicar la libertad del colectivo homosexual. Hoy analizamos Libérate


En las calles las pintadas
están de moda hoy en día, 
verdes, negras coloradas
pidiendo la autonomía.

Hoy mismito he visto una
Ay, que me llegó al corazón
la verdad como ninguna
y llenita de razón.

Libérate, libérate
ser "sexual" no es un delito
no lo calles
lanza el grito ¡Yyyyyy!

Libérate, libérate
si estás vivo
no estás muerto
a darle gusto a tu cuerpo.

Lanza al aire tu pancarta
no la quieras ocultar
y que un mal rayo le parta
a quien no quiera mirar

Libérate, libérate
no vivas más oprimido
busca tu felicidad
que aunque muchos te critiquen
el que lo prueba repite
yo no sé por qué será.

Las pintadas poco a poco
paredes van embrollando
Si el mundo este ya estaba loco
ahora lo están ensuciando.

Y una que va armando guerra
Ay, si se pudiera lograr
ya no iriamos a Inglaterra
para podernos casar.

Libérate, libérate
ser "sexual" no es un delito
no lo calles
lanza el grito ¡Yyyyyy!

Libérate, libérate
si estás vivo
no estás muerto
a darle gusto a tu cuerpo.

Lanza al aire tu pancarta
no la quieras ocultar
y que un mal rayo le parta
a quien no quiera mirar

Libérate, libérate
no vivas más oprimido
busca tu felicidad
que aunque muchos te critiquen
el que lo prueba repite
yo no sé por qué será. ¡Aaaa!

..................................................................

Después de cuarenta años de dictadura la letra resultó innovadora y rompedora. Tened en cuenta que en España todavía se aplicaba la Ley de vagos y maleantes (que afectaba al colectivo gay). Para la Iglesia, la homosexualidad era una forma de pecado y vicio; para la ONU, un tipo de trastorno o enfermedad. Por lo tanto, las relaciones entre personas del mismo género era considerado un tema tabú y prohibido en la sociedad del momento.

Poneos en situación: recién terminada la dictadura, se crea una canción que invita a los homosexuales a salir del armario; un tema que contradice el pensamiento tradicional de las instituciones vigentes (ser homosexual no es ni una rareza, ni una tara ni un delito); una composición que incita al receptor a salir a la calle y protestar contra las injusticias que sufre el colectivo LGTBI; un poema que manifiesta explícitamente que debemos disfrutar del placer sexual aunque fuera con otra persona del mismo sexo

Para el sector más conservador de la población era un escándalo encontrarse una copla que hablara tan abiertamente y sin tapujos de los homosexuales, y que diera protagonismo a un colectivo que hasta ese momento era marginal y apestado

El tono exaltado y reivindicativo conecta con los años treinta. Durante la Segunda República también se compusieron canciones de tono liberal y cierto trasunto ideológico (recordad Puente de los franceses o La Diputada). La Transición democrática permitió recuperar esta tendencia literario-musical que había quedado olvidada con Franco. 

Las estrofas poseen un enfoque eminentemente descriptivo, con algo de reivindicación al final. El yo poético recrea una escena realista, bastante común en las ciudades de los setenta. 

Muchos colectivos sociales demostraban su malestar con grafitis en el mobiliario urbano. Estas pintadas servían para reivindicar derechos y libertades, a la vez que manifestaban el orgullo de pertenecer a esa minoría. Al inicio de la canción, la voz poética realiza una fotografía costumbrista, que supone un guiño a estas personas que instauraron la moda de reflejar su descontento, y la necesidad de no quedar callado mediante el arte: En las calles las pintadas están de moda hoy en día

La enumeración cromática en asíndenton (verdes, negras, coloradas) representa la variedad de quejas y reivindicaciones que se transmitían en esas pintadas, así como la diversidad social. Había grafitis para todos los gustos: algunos pedían amnistía, libertad, igualdad de género, de raza y de orientación sexual. 

Cada persona expresa lo que le sale del alma, en función de sus necesidades y circunstancias. Una pintada representa las inquietudes y deseos de un ser humano concreto. El matiz del color representa el matiz vital de un ente particular, que quiere autorrealizarse y alcanzar la plenitud y la dignidad. 

La personificación (las pintadas están de modo hoy en día […] pidiendo la autonomía) da intensidad y virulencia al discurso, lo cual se traduce en poder de convicción. Se aplica una característica humana (pedir, reivindicar) a un elemento que no es humano (pintada). Detrás de esa pintada hay un ser humano con voluntad y pensamiento que se encarga de construir el mensaje empleando medios pictóricos, desde un contexto ideológico.

La palabra autonomía se puso de moda en la Transición. La gente quería ser libre, no estar condicionada por unas leyes que determinaran y marcaran su vida de una forma tan abrupta. Muchos homosexuales vivieron con miedo la dictadura y no pudieron satisfacer sus pasiones vitales por culpa de qué dirán, ya que la sociedad rechazaba todo aquello que resultaba diferente y anormal. 

En este contexto social, mucha gente no pudo autorrealizarse. Tuvo que vivir de una forma constreñida, recatando sus instintos naturales, haciendo cosas que no quería hacer (lo cual se traduce en frustración e infelicidad). ¿Cuántos homosexuales se casaron con una mujer para evitar ser señalados? ¿Cuántos se escondieron en sitios recónditos para disfrutar del hombre o la mujer de sus sueños?

La autonomía supone desligarse de las convenciones sociales y las leyes arbitrariamente más injustas, así como tener la capacidad de elegir y hacer con tu vida lo que quieres, sin estar condicionado por otros elementos 

Mediante la contemplación de esta fotografía realista (las pintadas reivindicativas) el yo poética alcanza un estado de conmoción: Hoy mismito he ve visto una, ay que me llegó al corazón. 

La interjección (Ay) y el diminutivo (Mismito) dan un toque de sinceridad y espontaneidad expresiva al discurso, así como emotividad y afectividad. Se nota que el yo se siente identificado y comulga con el contenido de las pintadas. 

El corazón designa de manera metafórica las pasiones humanas esenciales de un individuo. En este caso, la manera de sentir y concebir el mundo del protagonista se corresponde con la forma de sentir y concebir el mundo de la pintada. Por eso, la contemplación del grafiti genera emoción satisfacción y alegría. La voz poética alcanza un estado de afectación, casi de éxtasis.

Cuando un mensaje escrito por otros se corresponde de manera exacta y perfecta con nuestra manera de sentir y pensar, enseguida se convierte en una evidencia: La verdad como ninguna y llenita de razón. 

Evidentemente, se trata de una certeza de tipo subjetivo, íntimo y personal. No todo el mundo va a estar de acuerdo con ella. Para la gente que está a favor de la libertad sexual, ver una pintada reivindicativa supone una experiencia agradable, bonita y positiva. En cambio, para alguien que ve con malos ojos las reivindicaciones homosexuales (en los setenta era una mayoría demográfica), una pintada pro LGTBI supone una experiencia fea, desagradable y negativa. 

La gente se queda únicamente con las ideas que son coherentes a su forma de pensar y desecha todo aquello que atenta contra sus ideologías y concepciones. El protagonista está a favor de la igualdad sexual. Por tanto, ve con buenos ojos esas pintadas. De ahí la presencia de un léxico filosófico con el fin de expresar conformidad (verdad, razón).

La moda de pintar paredes con mensajes reivindicativos-propagandísticos se fue haciendo cada vez más frecuente en la España de la democracia, tal como se manifiesta en la personificación: Las pintadas poco a poco paredes van embrollando. 

Embrollar es un verbo que significa "enredar, confundir, liar". Un elemento meramente arquitectónico (pared, soporte de un edificio), adquiriere nuevas funciones, al servicio de la propagación ideológica (en este caso, defendiendo al colectivo homosexual). La pared constituye el soporte de estas pintadas, y por ende, del mensaje que transmiten.

Un elemento sencillo, simplista, fácil de concebir, con una función concreta (pared) se convierte en un concepto complejo, difícil, técnico, engorroso, ya que además de ejercer su función ordinaria (ser el esqueleto del edificio) ejerce otras funciones (ser soporte de mensajes sociales) para las que no ha sido concebido

Las pintadas convierten las paredes en elementos caóticos y confusos. La gente contempla la pared no para apreciar su función arquitectónica, sino para interpretar los mensajes de las pintadas. Las pintadas eclipsan lo técnico. ¿Me entendéis lo que quiero decir? De ahí lo del embrollo

Otra manera de interpretar el embrollo es que en una misma pared se hacían pintadas de todo tipo, sin orden ni concierto. Lo que un día se pintaba, era borrado al día siguiente con otra nueva pintada que se dibujaba encima de la primera, de tal forma que la pared se convertía en un mosaico de mensajes de todo tipo, algunos intactos y otros medio borrados.

En esta parte de la canción el yo poético focaliza su pensamiento desde la perspectiva de una persona que no es simpatizante del colectivo homosexual (y que sería la voz del 90% de la población de ese momento). Tened en cuenta que España venía de una dictadura. Una parte importante de la sociedad posee una mentalidad conservadora y puritana, y no tiende a ver con buenos ojos aquellas cosas que se salen de lo normal. Lo convencional es que los hombres mantengan relaciones amorosas con mujeres (y las mujeres con hombres). Todo lo que se salga de esto, es considerado anormal, y por tanto, puede ser criticado, denunciado, ridiculizado y juzgado.

El concepto de locura de la segunda estrofa es una metáfora de aquellos elementos que no funcionan en una sociedad, o que si funcionan, lo hacen de una manera diferente a lo que estamos acostumbrados: Si el mundo este ya estaba loco...

La locura simboliza las anomalías del mundo, las rarezas, las minorías, todo aquello que se considera insano por no seguir las tendencias naturales de una mayoría de la población. 

Muchas personas de mentalidad conservadora utilizan el tópico de que el mundo está loco para designar a aquellos individuos que no se adaptan a los cánones establecidos o que tienen unas concepciones vitales que no encajan con las de la mayoría demográfica. En los años setenta la gente era intolerante y no admitía una sociedad diversa. Todo aquellas personas que no cumplían con ciertas etiquetas (blanco, español, payo, heterosexual...) eran considerados seres inferiores, desviados, dañinos, destructivos, locos, enfermos. ¿El motivo? No cumplir con las pautas convencionales. Lo correcto es lo mayoritario mientras que lo incorrecto es lo minoritario.

El hecho de que las minorías sociales reivindicaran derechos generaba rechazo en la sociedad. Esto se refleja en la subordinación condicional: Si este mundo ya estaba loco, ahora lo están ensuciando. Como veis, asistimos a una metamorfosis que refleja la degradación y decadencia del mundo y la humanidad, que van de mal (locura) en peor (suciedad). 

La locura y la suciedad son metáforas que tienen connotaciones negativas y agresivas. Hacen referencia a aquellos grupos o sectores que provocan desencanto, perturbación y odio en el resto de la sociedad. Su presencia desestabiliza al sistema. El sector conservador y puritano no solo tiene que aguantar que haya gente diferente (que el mundo esté loco) sino también que pidan libertades y quieran igualarse a los demás (que el mundo quede sucio). A una parte importante de la población española le costó abrirse a la diversidad (aperturismo) y a gestionar esa diversidad (inclusión). 

El yo poético tiene en cuenta que hay un porcentaje importante de la población cerrada a estas ideas, y en cierta medida, entiende su postura (aunque no la comparta). 

Mediante un estilo directo espontáneo y coloquial, la voz lírica recrea con crudeza el pensamiento de la mayoría de la sociedad, que no tolera al colectivo homosexual. Una conclusión tan sentenciosa como "El mundo está loco y sucio" resulta demoledora y refleja la homofobia que había en el ambiente.

El protagonista metaforiza la situación de los homosexuales de los setenta con la imagen de una batalla que hay que ganar: Y una que va armando guerra.... El contexto bélico implica colectividad, unión, grupo, bando. Una guerra contra el sistema no se puede ganar luchando aisladamente. 

El léxico de este segmento está al servicio de la idea de hermanamiento. Todas las personas que tienen los mismos intereses y comparten la misma situación de descontento deben unirse para conseguir el encaje en la sociedad. 

Hay dos bandos (homosexuales VS sistema). El yo poético se integra dentro del primero y va a luchar para conseguir derechos y libertades. Uno de esos derechos es el matrimonio: Ay, si se pudiera lograr ya no iríamos a Inglaterra para podernos casar. En España el matrimonio homosexual estaba prohibido. Si dos personas del mismo sexo querían casarse, tenían que hacerlo en el extranjero. De ahí la alusión a Inglaterra. Hasta el año 2005 que se aprobó la Ley de Matrimonio Homosexual los gays y lesbianas  se daban el sí quiero en otros países. 

Mediante las formas verbales y desinencias de primera persona del plural (iríaMOS, poderNOS), el protagonista se autocircunscribe al grupo gay y lucha por los intereses de ese colectivo, en nombre de todos ellos

El yo poético se dirige al receptor, mediante imperativos y negaciones en subjuntivo, invitándole a expresar abiertamente su orientación sexual e incluso salir del armario, sin miedo: Libérate, No lo calles, Lanza el grito, Lanza al aire tu pancarta, No vivas oprimido, Busca tu felicidad. 

El poético adopta una postura exaltada, apasionada, entusiasta, eufórica, que recuerda a la poesía comprometida de preguerra. Lanza una serie de consignas y arengas. El tono descriptivo de las estrofas se hace cada vez más tenue hasta alcanzar el estribillo, donde la canción adquiere un tono reivindicativo y emotivo

Esta declaración de intenciones podría convertirse en un himno o emblema para los homosexuales. Las reiteraciones (Libérate, libérate) intensifican y vitalizan el discurso del yo poético, el cual está dando consejos al receptor para ser feliz en la vida. Aunque esta canción va dirigida al público homosexual, esto de perder los miedos, no vivir oprimido y soltarse las ataduras podría aplicarse  a cualquier ámbito de la vida, no solo para la cuestión sexual. Estamos ante un poema de hondo calado humano. 

Mediante las oraciones atributivas el protagonista hace afirmaciones que contradicen al pensamiento tradicional jurídico y católico: ser sexual no es un delito. 

En los años de la dictadura, la homosexualidad se castigaba y se reprimía gracias a la Ley de Vagos y Maleantes. Los homosexuales eran considerados delincuentes, viciosos y pecadores. 

El yo poético adopta una postura cuasi romántica y se rebela a las leyes de la época, apoyando enfoques contrarios mediante la negación: antes era un delito y ahora no es. El protagonista crea su propio marco legal, configura un mundo ideal y perfecto para el homosexual (cómo le gustaría que fuera). Lo hace desde su percepción moral (justicia) y una mentalidad utópica e idílica. En una sociedad cerrada no es fácil conseguirlo. 

Durante los años de la dictadura era una vergüenza y un desprestigio salir del armario. Atentaba contra el honor de la familia. Mucha gente, por miedo al qué dirán, lo llevaban en secreto y no se lo decían a nadie. Incluso se llegaba al extremo de no materializar las pasiones, acudir al médico para solucionar el problema con descargas o aguantarse las ganas de mantener relaciones con gente del mismo sexo. 

El protagonista quiere cerrar ese periodo oscuro e invita al lector a no esconderse (no lo calles) y a decir abiertamente su orientación sexual, sin miedo (Lanza el grito), ya que no le va a pasar nada. 

En la segunda parte del estribillo el poema adquiere un enfoque epicúreo. La voz lírica invita al lector a disfrutar de los placeres de la vida (el goce carnal y la belleza del cuerpo). Defiende una visión física y materialista del amor: Libérate, […] a darle gusto a tu cuerpo. 

Mediante la antítesis, el protagonista busca llegar al mayor número de personas posible, que su mensaje traspase fronteras, sea universal, y todos se sientan aludidos: Si estás VIVO, no estás MUERTO. El yo quiere que el público piense, tenga capacidad crítica, remueva sus consciencias, analice. El público no solo está para escuchar una melodía, sino también para entender el contenido de la canción. 

La voz lírica recurre a elementos hedonistas para crear una atmósfera atractiva, lúdica y cercana. A todo el mundo le gustan físicamente los hombres o las mujeres. Es un placer para los sentidos gozar de un cuerpo bonito. 

Al final del estribillo la canción se acerca al lenguaje del mitin y la manifestación propagandística. El yo invita al colectivo LGTBI a colgarse una etiqueta relativa a su orientación sexual y a enseñarla al mundo: lanza al aire tu pancarta, no la quieras ocultar. En lugar de mirar la homosexualidad como algo anómalo y vergonzoso, hay que mirarlo desde el orgullo. Para manifestar o reivindicar algo es conditio sine qua non llevarlo por bandera sin ningún tipo de pudor o miedo. 

Además, el protagonista muestra su odio y rechazo hacia aquellos que están en contra de la diversidad sexual, y se dirige a ellos en un tono coloquial, que sobrepasa la frontera de lo maldiciente: Y que un mal rayo le parta a quien no quiera mirar. El yo no quiere vivir en un mundo intolerante. Los rayos son elementos naturales con alto poder destructivo. La voz lírica busca erradicar a aquellas personas que no piensan igual. 

En estos versos el tono es muy radical y polarizado. Hasta ese momento, se han expuesto una serie de pensamientos e ideas sin atacar a la otra parte. Ahora, el protagonista hace un ataque directo a aquellos que no comparten su punto de vista. 

El yo poético calma los ánimos al final de la canción y recupera el tono reivindicativo. Invita al lector a quitarse las cadenas y ser él mismo: Libérate, no vivas oprimido.

La atadura es una imagen/metáfora que hace referencia a los prejuicios y convenciones de la sociedad que juzga y castiga al homosexual. En un tono mucho menos agresivo, invita al receptor a adoptar una mentalidad abierta y sin trabas. En lugar de maldecir al bando contrario, lo que hace es aconsejar: hay que liberarse no para desafiar al sistema sino para sentirse feliz con uno mismo y cumplir los deseos y aspiraciones vitales. Es una lástima no poder disfrutar de la persona que amas por prejuicios y miedos: Busca tu felicidad. La dinámica es mucho más constructiva. 

Las ventajas son mayores que los inconvenientes. Los inconvenientes no suponen una constricción para el cumplimiento de la felicidad, tal como refleja la subordinada concesiva: Aunque muchos te critiquen, el que lo prueba repite. En la oración concesiva se hace referencia al obstáculo (en este caso, la presión social, las críticas de la gente). Esta traba no impide el cumplimiento de la oración principal (ser feliz). La gente debe ser feliz sin importar lo que piensen los demás.

La felicidad de poder ser y actuar de acuerdo a tus ideas y pasiones es una experiencia gratificante. No hay palabra ni forma que permita expresarlo. Recordad la inefabilidad de la mística: el placer de unirse a Dios es tan grande que no existen recursos suficientes en la lengua para materializarlo. En el ámbito sexual ocurre lo mismo. El yo poético no encuentra una explicación racional al goce. De ahí la negación del verbo cognitivo: El que lo prueba repite, yo NO SÉ por qué será. 

¿Veis el contrafactum? Un rasgo propio de contextos religiosos (placer místico) lo aplicamos a un contexto profano, y para más inri, sexual, creando una atmósfera burlesca y provocadora que le viene muy bien a un tema como este.

Métricamente, las estrofas están formadas por la unión de dos cuartetas, es decir, cuatro versos de arte menor que riman primero con tercero y segundo con cuarto: 8a 8b 8a 8b

Los estribillos están formados por:

-Una copla, es decir, cuatro versos de arte menor (en este caso, tetrasílabos y octosílabos) que riman segundo con cuarto. El primero y el tercero quedan libres: 8- 8a 4- 4a

-Una estrofa de cuatro versos. Los dos primeros son libres y los dos últimos riman en pareado (Muerto-cuerpo)

 -Una cuarteta, como la de las estrofas. 8a 8b 8a 8b

-Una estrofa de seis versos (sextilla), con rima del cuarto con el quinto (critiquen, repiten).


lunes, 15 de abril de 2024

Vámonos pa Cai: la accidentada historia de unos gitanos que vendían pescado en La Habana

Si hay algo de la copla que me apasiona es la variedad de registros. Un porcentaje importante de las canciones son trágicas y dramáticas (tratan de celos, pasión, muerte, desamor...) y siempre de una forma intensa. Pero también encontramos un conjunto muy majete de temas que tienen como objetivo sacar la sonrisa de la gente, hacerle bailar, que pase un rato agradable y divertido. En definitiva, una copla más liviana y ligera que haga olvidarnos de las penas gracias a recursos cómicos y costumbristas.

En los grandes espectáculos de canción española estas composiciones de menor enjundia funcionaban muy bien como entremés. Después de un tema desgarrador y visceral (Encrucijada, Tres Puñales, Amor maldito, Cuchillito de Agonía...) el público necesitaba descongestionarse del drama y pedían poemas de contenido alegre y ritmo marcado que te hicieran aplaudir, jalear, levantarte y reír. 

Hoy analizamos unos tanguillos que popularizó Estrellita Castro allá por 1936, y hacen alusión a una de las ciudades más importantes de Andalucía: Vámonos pa Cai


El compadre Manuel Tablones
con la Quica, su prima hermana,
a vender bocas y camarones
en un barco se fue a La Habana.

Los negritos no chanelaban
lo que el probe Manuel vendía,
y el gitano los días pasaba
sin decir que esta boca es mía.

Al mirarse una mañana,
muy malito y sin parné,
a Quica, su prima hermana,
así le dijo el calé:

Vámonos pa’ Cái, primita hermana,
vámonos pa’ Cái
porque aquí en La Habana
paladar no hay.

Ay, ay, ay, ¡Vámonos pa’ Cái!



Como estaban desmayaítos
y personas buenas aún hay,
consiguieron que en un barquito
los mandaran con rumbo a Cái.

Y la Quica cuando embarcaba,
de repente se volvió loca,
cuando vio que se le acercaba
un negrito pidiendo bocas.

Y el Tablones, de palabra,
con el negro se enredó,
y entonces dijo la Quica:
¡Ay Manuel, que se va el vapor!

..................................................................

El poema es de corte narrativo. Cuenta una historia entrañable y garbosa protagonizada por una familia de gitanos (Manuel Tablones y su prima la Quica) que se ganan la vida vendiendo pescado en la capital gaditana. Un día deciden cambiar de aires y se van a La Habana, ya que creen que allí el negocio les irá mejor, venderán más y prosperarán. 

¿Cuál es el resultado? Un desastre. No consiguen vender ni un camarón a los cubanos. Se pasan los días perdiendo dinero y pasando hambre. Finalmente dan marcha atrás a la idea y optan por volver a España (de ahí el título de la canción "Vámos pa Caí").

En el desenlace asistimos al giro cómico del relato. Justo cuando los personajes suben al barco que les lleva de vuelta a Cádiz, aparece un negrito pidiendo pescado. Manuel y la Quica se bajan del vapor para hacer la venta. Esta se alarga más de la cuenta, con consecuencias irreparables para la pareja gitana: el buque zarpa sin ellos y se quedan en tierra. Para una venta que hacen durante su estancia en La Habana jejejjeje. 

Estamos ante una narración amable y divertida, llena de contratiempos para los gitanos. El público se lo pasa bien escuchando historias en la que los personajes sufren percances, enredos y vicisitudes adversas que no tienen efectos trágicos y suceden de forma caprichosa e inoportuna, en el peor momento posible Los protagonistas han perdido un barco. Ni se han muerto, ni los han matado, ni han sufrido un golpe vital dañino. Simplemente se han quedado en tierra. No es agradable, pero se puede solucionar. Por eso nos el espectador se lo pasa bien con este tema. 

Además, para más inri, por casualidades del destino, lo que ha provocado el problema (perder el vapor) ha sido lo que ellos llevaban pidiendo durante mucho tiempo y no aparecía (cubanos a los que vender el producto). El comprador ha hecho acto de presencia en el momento más inoportuno posible. Cuando los protagonistas necesitaban gente para comprar, no aparecía. Ahora que han tirado la toalla y se marchan es cuando les llega. Por ahí llega la comicidad de la copla. 

La letra está llena de marcas que reflejan el habla calé:

-La palabra "compadre" se utiliza mucho en el pueblo gitano para designar a un individuo cercano con el que mantienes cierto grado de amistad. El autor la utiliza para dar un carácter afectivo y empático al personaje masculino, y que le cojamos cierto cariño. 

-En la raza gitana es habitual que las personas se dirijan unas a otras por motes o apodos. La Quica es una muestra de ello. Lo normal es que esta señora tenga un nombre y apellidos. Con el fin de crear una atmósfera de familiaridad, el autor prefiere designar al personaje femenino como "La Quica". Nos da la sensación de que es alguien conocido por todos, y se deja querer. Este efecto solo se puede conseguir con una lengua coloquial y cotidiana.

-El término "chanelar" (los negritos no chanelaban lo que el pobre Manuel vendía...) también se usa en la lengua caló y significa "entender". Aunque en La Habana se habla castellano, la población autóctona no consigue comprender el español gitano de los protagonistas. Al perderse la inteligibilidad, la venta no resulta exitosa. 

-La metátesis o intercambio de sonidos dentro de una palaba es un vulgarismo típico del caló: PROBE < POBRE (lo que el probe Manuel vendía...)

-El vocablo "Parné" significa "dinero". (muy malito y sin parné....). Debido a las pocas ventas, la pareja protagonista pierde dinero con el negocio. ¿Resultado? A pasar hambre!!!!!!!!!!!!

El poema alterna un narrador omnisciente en tercera persona durante las estrofas, que conoce todos los detalles de los hechos y el carácter de los personajes, con diálogos en primera persona en los estribillos en los que habla el gitano (primer estribillo) y la gitana (segundo estribillo)

Los verbo dicendi marcan la transición al estilo directo: a Quica su prima hermana así le DIJO al calé / Y entonces DIJO la Quica:

El orden de la historia es lineal, es decir, los hechos se cuentan de manera cronológica o secuenciada. Hay un planteamiento (los personajes se marchan a Cuba a vender pescado), nudo (no logran vender la mercancía) y desenlace (deciden volver a España y a última hora pierden el barco).

En los dos primeros versos asistimos a la presentación de los personajes. El circunstancia de compañía expresa el vínculo/relación/parentesco que existe entre ellos: el compadre Manuel Tablones CON LA QUICA, su prima hermana. 

El adelantamiento de la oración final (a vender bocas y camarones) respecto a la principal (en un barco se fue a La Habana) representa la motivación económica de los personajes. El hipérbaton da prioridad a los aspectos materiales sobre los espirituales. El dúo protagonista, al igual que todos los seres humanos, lucha por satisfacer sus necesidades básicas (comer). El trabajo nos da dinero para sobrevivir en nuestra sociedad. Sin parné no hay vida. 

Manuel y la Quica se ganan la vida vendiendo pescado. ¿A dónde van a ir? Al lugar en el que se supone va a haber más gente que compre pescado, y esa ciudad es La Habana. No se marchan a Cuba por gusto o placer, sino por sustento. Los personajes se mueven por el mundo en función del beneficio económico que pueden obtener. Toman decisiones vitales trascendentales (¿Dónde queremos vivir?) desde una perspectiva  eminentemente materialista. Allá donde haya dinero y oportunidades, allá que irán. 

El diminutivo (los negritos no chanelaban), aparte de dar un carácter afectivo al relato quitan gravedad al contexto. No estamos ante una copla seria en la que los personajes sufren y lo pasan mal por no tener comida. No hay dolor ni sufrimiento. El objetivo de la canción es que el espectador se ría de una serie de contratiempos que les ocurrirá a los personajes. De hecho, el adjetivo subjetivo-valorativo (el pobre Manuel) da un toque de muñequización y caricatura, muy en la línea del esperpento. 

La oración subordinada sustantiva de complemento directo introducida por el artículo neutro (lo que el pobre Manuel vendía...) crea un efecto de distanciamiento, con la intención de evitar interpretaciones melodramáticas.

El hecho de que los personajes fracasen en su negocio no hay que verlo como una desgracia. De hecho, el personaje masculino ni se queja, ni llora, ni clama, ni maldice: el gitano los días pasaba sin decir esta boca es mía. La expresión "sin decir esta boca es mía" se usa en contextos coloquiales y significa estar callado. El personaje masculino parece un títere vallenclanesco. No se inmuta ante la adversidad. Este poema no busca la compasión, sino el humor: reírnos de la adversidad

El adelantamiento del complemento directo (los días) sobre el verbo (pasaba) contribuye a teatralizar el contexto, es decir, desvirtúa la realidad para convertirla en caricatura. A pesar del fracaso de las ventas, el gitano sigue como si nada. No le afecta. 

Al final de la primera estrofa el personaje de Manuel toca fondo, tal como se refleja en el complemento predicativo (muy malito) y el circunstancial de modo (sin parné). El negocio les ha salido fatal. Han perdido un montón de dinero y no tienen nada que comer. El diminutivo (malito) quita hierro al asunto. El personaje se contempla a sí mismo con el verbo sensorial reflexivo (al mirarse...), como si estuviera delante de un espejo cóncavo. Analiza la situación y decide que lo mejor es volver a España. 

El estribillo no es más que la materialización de la decisión (vámonos pa Cai...) y una justificación, la cual es plasma en la oración causal (porque aquí en La Habana paladar no hay). 

La primera persona del plural (vámonos) y el vocativo (primita hermana) marca el diálogo entre los dos personajes principales. Ambos están de acuerdo en la decisión. 

El adverbio de lugar (aquí) posee un valor deíctico, ya que marca el lugar del acto de habla, que es el marco en que tiene lugar la historia (La Habana).

Los personajes pensaban que en Cuba el negocio les iría mejor, ya que la gente vive mejor y tiene más dinero. Error. La realidad es bien distinta. La miseria y las carencias son el pan de cada día. La escasez del país se expresa con la metonimia: paladar no hay. Se alude al continente (paladar), por el contenido (comida). En La Habana es imposible ganarse la vida vendiendo pescado, ya que la gente no tiene parné para comprar. 

Al inicio de la segunda estrofa, con la decisión de volver ya tomada, los personajes siguen en el fango (estaban desmayaitos.). Menos mal que el diminutivo quita crudeza y magnitud a la escena. 

La solución al problema nos recuerda al deus ex machina del teatro clásico, ya que hay un elemento externo a los hechos que aparece de manera repentina, milagrosa y fortuita y que motiva a un cierre más o menos feliz de la historia, ya que les lleva de vuelta a Cádiz. 

La tercera persona del plural tiene valor impersonal, para resaltar el carácter indefinido e inconcreto de este personaje que les salva la vida (consiguieron que en un barquito los mandaran...). No sabemos cuál es la identidad de este individuo. No sabemos cómo se llama, ni cómo es, ni a qué se dedica. En obras griegas y latinas siempre era un dios el que aparecía misteriosamente para ayudar a los personajes. Aquí es una persona, pero no sabemos quién. 

Lo que sí encontramos es un juicio o valoración moral positiva que da un mensaje esperanzador a la canción: y personas buenas aún hay... Aunque parezca que el mundo está podrido, siempre hay almas buenas que están dispuestas a ayudarnos y a hacer el bien.

Sin embargo, la aparición de este elemento externo no tendrá como resultado un final agraciado, ya que por casualidades de la vida se darán una serie de circunstancias concretas que provocarán un nuevo giro en la historia a última hora. Los personajes se verán envueltos en un contratiempo, el cual se condensa en los últimos ocho versos. 

Las oraciones subordinadas temporales marcan el truncamiento del desenlace feliz (cuando embarcaba, cuando vio que se le acercaba un negrito pidiendo boca...). El narrador se detiene en el momento en que los personaje suben al barco, ya que "algo" va a pasar. Se suma un nuevo elemento al contexto que modifica el devenir de la narración. La locución adverbial modal marca el carácter súbito de los hechos (de repente) los cuales suceden rápidamente, en muy pocos segundos, de manera sorpresiva. Ni Manuel ni La Quica ni el público esperan este final. 

Cuando los protagonistas suben a bordo aparece en escena un cubano que quiere comprar alimentos: un negrito pidiendo bocas... De nuevo, detectamos una metonimia, ya que se alude al continente (boca) por el contenido (comida). 

Hay que tener en cuenta que Manuel y Quica regresan a Cádiz porque veían imposible vivir de la venta de pescado en Cuba. Se rinden. Y justo cuando van a embarcar aparece aquello que tanto deseaban (un señor que tiene interés en comprar). Ya podía haber elegido otro momento. Justo después de renunciar y tomar la decisión de volver, encuentran gente a la que vender. Ya es casualidad jejjejeje. 

La reacción desmesurada de la gitana mediante el verbo semicopulativo no augura un final afortunado (se volvió loca...). Ha sido ver a un comprador, y perder la compostura. Evidentemente, su manera de actuar está hiperbolizada. 

Finalmente, el gitano hace el trato con el negro (el Tablones de palabra con el negro se enredó). En este caso, el adelantamiento del circunstancial de modo (de palabra) y del regido (con el negro) sobre el verbo (se enredó) crea un efecto retardador. El gitano está siendo muy lento en la venta. El hipérbaton magnifica la tardanza a la hora de realizar la transacción. 

¿Resultado? Ha perdido tanto tiempo, que el barco zarpa y los personajes se quedan en tierra, tal como dice la Quica: Ay Manuel, que se va el vapor. La última escena no puede ser más ridícula y patética con las interjecciones de la gitana (Ay) y la personificación de la embarcación (se va el vapor...), que parece que se está riendo de ellos, y los ha dejado en tierra. 

Desde el punto de vista métrico, cada estrofa consta de tres serventesios, es decir, cuatro versos de arte mayor (eneasílabos) con rima entre primero y tercero (Tablones-camarones) y segundo con cuarto (hermana-Habana): 9A 9B 9A 9B.

El estribillo sigue este esquema: 10A 5b 6a 5b



sábado, 30 de marzo de 2024

Ayer (Gloria Estefan): en busca de una segunda oportunidad

¿Qué tal un poquito de salsa para amenizar esto? Los ritmos latinos y cubanos son ideales para bailar, y más ahora que se acercan los meses de buen tiempo (aunque esta Semana Santa esté pasada por agua). Hoy vamos a analizar una canción de Gloria Estefan del año 1993, perteneciente al álbum Mi tierra, que tanto éxito tuvo. Se titula Ayer. 

El mensaje está cargado de buenrollismo: hay que disfrutar de la vida, que es corta, y gozar de los placeres que esta nos proporciona antes de que sea tarde. Ante los problemas amorosos no hay nada mejor que arrinconar el orgullo y aprender a perdonar para recuperar aquello que nos ilusiona, y ser felices


Ayer encontré la flor que  me diste Imagen del amor que me ofreciste

Aun guarda fiel el aroma, aquel tierno clavel Ayer encontré la flor que tú me diste

Aun guardo aquella carta que me escribiste De un rojo pasional tenia una marca

Tu firma junto al clavel me puso triste

Aun guardo aquella carta que me escribiste

 

Regresa por favor pues la vida es muy corta Salgamos de la duda y del rencor

Muy bien dice el cantor, lo pasado no importa De todo nuestro orgullo es lo peor

Renovemos la pasión pues la vida es muy corta Llenemos de calor el corazón

Aroma de perdón añora nuestro ser Perfume de ilusión de un nuevo amanecer Frescor de primavera por toda eternidad Aroma de perdón añora nuestro ser

 

Regresa por favor pues la vida es muy corta Salgamos de la duda y del rencor

Muy bien dice el cantor, lo pasado no importa De todo nuestro orgullo es lo peor

Renovemos la pasión pues la vida es muy corta Llenemos de calor el corazón

 

Ayer encontré la flor que  me diste Imagen del amor que me ofreciste

Aun guarda fiel el aroma, aquel tierno clavel Ayer encontré la flor que tú me diste

(Levántense y gocen que la vida es corta Alégrense por fin que lo demás no importa)

Oigan bien sin temor lo que enseña la vida señores No te busques otra herida con el mismo error Oigan bien

 

(Levántense y gocen que la vida es corta Alégrense por fin que lo demás no importa)

 

Tiren ya todas las penas y busquen la vida buena Con cariño y armonía como el agua y la arena Qué bueno

Animense, sacudanse Acérquense sin problema familia Ra-ca-ta-ca-ta, cun-cun-pra

Ya los cueros te llaman, te llaman

(Levántense y gocen que la vida es corta Alégrense por fin que lo demás no importa)

(Levántense y gocen que la vida es corta Alégrense por fin que lo demás no importa)

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¿Os acordáis del bolero Dos Gardenias para ti (Antonio Machín) que analizamos hace ya algún tiempo en este mismo blog? La flor en el tema de Gloria Estefan posee exactamente el mismo valor. 

-Por un lado, como elemento físico o material, que es un regalo que se le hace a la amada como forma de cortejo y conquista (regalar flores a la persona que quieres es un acto típico cortés). 

-Por otro lado, la flor como elemento simbólico o metafórico. La flor representa la propia relación de amor entre los amantes: Ayer encontré la flor que tú me distes, imagen del amor que me ofreciste. Esto es un mecanismo típico de la lírica clásica y renacentista: proyectar el amor sobre un elemento de la Naturaleza.

Los verbos de transferencia (diste, ofreciste) reflejan la concepción materialista y posesiva del sentimiento amoroso, el cual pertenece al alma humana y necesita materializarse sí o sí de una forma concreta, desde el punto A (amado) al punto B (amada). La flor no es más que un símbolo que permite representar la irradiación de la pasión de una persona a otra. Algo que es abstracto e inmaterial (amor), para ser entendido y comprendido, necesita convertirse en algo tangible, formal, concreto (la flor que pasa de una mano a otra).

El yo utiliza verbos en pretérito perfecto simple (diste, ofreciste). Por lo tanto, se supone que ese amor forma parte de un tiempo anterior, ya no está en el presente. Es un contexto de desamor, ruptura, separación. Aunque una relación pertenezca al pasado, nos podemos encontrar en el presente con elementos o realidades que nos evocan a ese vínculo afectivo anterior, y al contemplarlos o percibirlos, nos hacen recordar muchas cosas, que generan sensaciones, impresiones, sentimientos...En definitiva, no nos dejan indiferente. 

Nuestra alma se revuelve cuando vemos “cosas” que nos evocan a esa persona que tanto queríamos. La protagonista se topa con la flor que le dio el amado (encontré). Y eso le genera pensamientos, emociones, análisis, reflexiones…Esa persona todavía sigue siendo importante, aunque no estén juntos. Todavía queda algo de ese amor pasado

A pesar del paso del tiempo, la flor sigue conservando su olor, que es el elemento que la hace más atractiva y placentera: aún guarda el aroma aquel tierno clavel. Aplicado a la relación, la amada todavía sigue pensando en el amado y en todas las cosas positivas que le reportó.

Aunque hayan roto, lo recuerda con mucho cariño y evoca con nostálgica la felicidad que sintió con él. Los elementos virtuosos (el olor del clavel) no se pierden del todo. El amante, igual.

Con el objetivo de dar variedad al vocabulario y evitar la repetición de la misma palabra todo el rato, el autor recurre a las relaciones semánticas de inclusión. Por un lado, hay un término genérico, que indica el conjunto (flor). Y por otro lado, un término más concreto y específico que alude a la clase (clavel).

La voz poética conserva todos sus recuerdos físicos de la relación con el amado: Aun guardo aquella carta que me escribiste, de un rojo pasional tenía una marca. Tu firma junto al clavel me puso triste. Como podéis observar, el léxico está relacionado con elementos que connotan perduración y conservación (guardo, carta, marca, firma)

El adverbio de tiempo (aún) es una forma de marcar el vínculo con el amado en el plano del pensamiento, que perdura desde el pasado al presente actual. Aunque técnicamente ya no estén juntos y el tiempo ha corrido, ella jamás va a olvidarlo. No va a desaparecer de su mente. Cuando algo te marca tanto, te deja una huella tan grande que resulta imposible borrar. Es absurdo intentar olvidar épocas del pasado, y más, si has vivido momentos felices y pasionales.

El color rojo simboliza la pasión, la intensidad con la que se vivió ese amor. Esas cartas reflejan el sentimiento tan fuerte que se vivió entre los dos miembros de la pareja. Al recordar esos momentos de felicidad y bienestar, la voz poética languidece, decae anímicamente (tu firma junto al clavel me puso triste). Se da cuenta de que ahora no es feliz, de que le falta algo para sentirse realizado.

Cuando el yo contempla desde el presente los restos, los vestigios, los rastros, las marcas, las huellas de una época pasada feliz (las cartas, el clavel, la firma…) siente la necesidad de recuperar al amado. Se vuelve a ilusionar otra vez. De nuevo surge la magia, la chispa, el entusiasmo y las ganas de querer. Entiende cuál es el sentido de su vida. 

Al perder una cosa, es cuando te das cuenta de lo importante que era para ti, y la añoras. En el terreno amoroso pasa igual: hasta que esa persona tan especial no se va de tu vida, no valoras su trascendencia. real. Tenías la felicidad en tus narices y no eras consciente. Y solo cuando te das de bruces con los recuerdos del pasado, llegan los lloros y dices: pero qué plenitud tenía con esta persona, qué tonto soy y no merece la pena acabar así por una tontería…ay, el orgullo. Cuánto daño nos hace!!!!!!!! 

Está claro que al evocar a esa persona (en este caso, a través de la flor, la firma, la epístola…) todavía sientes un nudo en el estómago, ves que sigues sintiendo algo por ella y te llega la inspiración. Se puede rectificar y cambiar el rumbo de la historia

Por eso, en el estribillo, la voz del poema invita al amado a recuperar la relación, mediante el imperativo (regresa), y el ruego con fórmula de cortesía (por favor).

Se recurre al tópico del carpe diem: hay que aprovechar el tiempo, disfrutar de los placeres de la vida (entre ellos el amor), ya que esta es breve (regresa por favor, pues la vida es muy corta) y cuando nos queramos dar cuenta ya estaremos a punto de irnos al otro barrio. No merece la pena sufrir y pasarlo mal para cuatro días que vamos a vivir. Esto conecta con las teorías hedonistas de la lírica clásica y renacentista. El tiempo avanza, no se detiene (el tópico del tempus fugit) y no merece la pena perder el tiempo con historias para no dormir

Es una lástima que algo tan bonito se vaya a la M por una cuestión de ego. Muchas veces no somos conscientes de las tonterías que tenemos encima. La gente discute, riñe y se le va la boca por cuatro banalidades que tienen solución. De ahí que el yo poético haga una invitación en primera persona del plural a dejarse de pamplinas e idioteces que no merecen la pena: salgamos de la duda y el rencor. 

La duda (no estar seguro del amor) y el rencor (la necesidad de devolver las cosas malas que nos hacen) son elementos nocivos, tóxicos, no aportan nada, no sirven para nada, nos hacen perder el tiempo y nos alejan de la persona  que queremos. La gente gasta energía vital desconfiando del otro o buscando una ofensa en cualquier detalle nimio. En lugar de disfrutar y ser feliz con esa persona, la vida se consume en estas absurdeces: es que no me ha llamado por teléfono, es que no quiere venirse conmigo a tal sitio, es que saluda mucho a su amiga de la facultad, es que me ha dicho esto cuando yo quería oír lo otro….

Al final, todo esto son pamplinas que lo único que hacen es molestar, quitar espacio a lo importante, chupar las ganas de vivir. Lo que esta canción quiere decir es que debemos dejarnos de tonterías y gozar un poco más de lo que tenemos, que es mucho, en lugar de hacernos pajas mentales y comernos la cabeza por cosas que ni existen. Que luego cuando lo perdemos, andamos con quejas y lloriqueos.

Para dar fuerza a esta tesis (hay que disfrutar de la vida que son cuatro días) el yo poético recurre al argumento de autoridad: muy bien dice el cantor, lo pasado no importa. La valoración subjetiva (muy bien), y el sujeto creativo/transmisor de mensajes universales (cantor) realzan este pensamiento de que hay que centrarse más en el aquí y el ahora, y menos en el ayer. 

El pasado es algo que ya ocurrido…¿Para qué darle más vueltas? Lo hecho, hecho está. ¿Para qué gastar fuerzas en algo que ya pasó, que por mucho que digamos ya no va a poder ser de otra forma, en lugar de vivir lo que tenemos encima, que es mucho? Cada segundo que pasa es irrecuperable. Si gastamos el tiempo en discutir cosas absurdas que ya pasaron, no vamos a disfrutar del presente actual, que también se pierde a cada instante que pasa, y no somos conscientes.

El mensaje es claro: hay que dejarse de egos, prepotencias, soberbias, engreimientos, arrogancias, altiveces y vanidades. Todas estas cosas lo único que hacen es amargarnos la vida a nosotros y a todos nuestros seres queridos. Esto se expresa con el superlativo: de todo nuestro orgullo es LO PEOR. 

Aunque tengamos razón o creamos tenerla, y la otra parte no la tenga o creamos que no la tiene, no merece la pena poner en riesgo la felicidad. Todos nos podemos equivocar y cometer errores. Llevar la razón, al final, no sirve para nada. Y a veces, merece la pena rebajarse un poquito y ser humilde (como hace la protagonista de la canción pidiendo por favor al amado que vuelva) y por lo menos ser felices. No somos conscientes, pero el egocentrismo y el narcisismo nos hacen mucho daño.

El estribillo se cierra con el yo poético invitando al amado a recuperar lo perdido (renovemos la pasión pues la vida es muy corta). Desde esta perspectiva, vemos que es posible rectificar, cambiar las cosas, darle la vuelta a la vida, todo tiene solución, las segundas oportunidades merecen la pena ya que pueden ser el pasaporte para la plenitud. Todo tiene remedio menos la muerte. Es una lástima que el orgullo, las dudas, o el rencor acaben con algo tan puro y nos conviertan en unos infelices y asqueados. 

El amor se identifica con elementos que irradian calor y luz, en la línea del pensamiento místico (Cantar de los Cantares, San Juan…): llenamos de calor el corazón. El yo poético nos invita a vivir el amor, a apasionarnos de la vida y de las personas que merecen la pena. Tener sentimientos bonitos es un placer. Solo por eso merece la pena la existencia. 

En la segunda estrofa, la voz lírica alude a esa necesidad de rectificar y dar el primer paso por parte de ambos, mediante el posesivo de primera persona del plural: Aroma de perdón añora nuestro ser.

Las metáforas olorosas dan fuerza a la iniciativa: aroma de perdón, perfume de ilusión. Los amantes se ven invadidos por la necesidad de solucionar el problema, analizar su situación, aclarar las cosas, y empezar de cero. El olor se contagia, lo mismo que la voluntad de retomar la relación. Después de haber sentido la soledad, se han dado cuenta de que se necesitan. La imagen del orto (comienzo del día) representa el inicio de un ciclo, de una etapa, de un periodo (de un nuevo amanecer), con los ánimos renovados, las ilusiones puestas al máximo, como si no hubiera pasado nada. De ahí las imágenes sensuales, idealizadas y naturales (frescor de primavera), y también, hiperbolizadas (para la eternidad)

El yo poético adopta una postura extásica y triunfalista al final del tema para celebrar la reconciliación de la pareja. Se regodea en el placer, la alegría de vivir, la felicidad y la euforia, invitando al receptor a que disfrute de las cosas buenas de la vida. Comparte su vitalismo con la gente, involucrándola en todo momento mediante la segunda persona del plural de cortesía (levántense, goce, alégrense): levántense y gocen que la vida es corta, alégrense por fin que lo demás no importa. 

La existencia dura un suspiro. Cuando nos queramos dar cuenta seremos unos viejos. Por eso, hay que disfrutar como si no hubiera un mañana, dando prioridad a los elementos positivos sobre los negativos. Estos últimos quedan repudiados, rebajados y menospreciados. No tienen relevancia en el texto (lo demás no importa)

Además de hacernos bailar y pasar un rato divertido con una melodía tan salsera y tan latina, el autor quiere transmitir una enseñanza a través de la canción, que esta sea útil, interesante, y que la gente aprenda a gestionar su vida de una forma sana. Por lo tanto, el tema esconde una intención didáctica y comunicativa. 

El lector reflexiona sobre lo escuchado, capta un mensaje y lo aplica a su vida para mejorar como ser humano. El yo apela al receptor y reclama su atención mediante el imperativo (oigan bien lo que enseña la vida...). La propia existencia queda personificada: nos da lecciones, nos enseña cosas, y nosotros las asimilamos

En el siguiente verso queda materializada la moraleja: no te busques otra herida con el mismo error. Vemos claramente el influjo del empirismo. La experiencia es fuente de conocimiento. Equivocarse no es malo. Gracias a los errores aprendemos a no repetir nuestras malas conductas. Es posible rectificar y cambiar el curso de la vida. Esta segunda oportunidad que se dan los amados sirve para cambiar el chip de los personajes

La herida como metáfora de la adversidad es un clásico de la lírica. Cuando nos caemos, aprendemos a levantarnos, y a resurgir de nuestras cenizas, no repitiendo las cosas que se hicieron mal. Con esto se consigue cambiar el devenir existencial y convertir la amargura en plenitud

Mediante el verbo de hallazgo (busquen la vida buena) y el de despojo (tiren ya todas las penas) el yo anima a hacer una labor de discriminación entre lo positivo y lo negativo. Hay que quedarse con lo primero y desechar lo segundo. La vida es fugaz. No se puede perder en disquisiciones y perturbaciones mentales. Las penas y las miserias no deben afectarnos en exceso. Hay que aceptarlas con naturalidad, tal como defienden los estoicos. Esto se plasma en la comparación: con cariño y armonía como el agua y la arena.

La alegría de vivir de la voz lírica se plasma con exclamaciones (qué bueno), imperativos al disfrute (anímense, sacúdanse, acérquense sin problema), invocaciones al público (familia), el juego sonoro del significante (ra-ca-ta-ca-ta, cun-cun-para) y la personificación (los cueros te llaman).

Los tambores, bongos, timbales y demás instrumentos de percusión tienen una membrana de cuero que se golpea. Este verso onomatopéyico (ra-ca-ta-ca) hace referencia al ritmo creado con el golpe al cuero. El yo invita en una actitud cuasi epicúrea, a disfrutar de un placer tan instintivo como es la música.

Esta canción representa la fórmula horaciana del prodesse et deleitare. El tema es agradable, divertido, te mueves, pasas un buen rato, pero también, aprendes cosas, hay un mensaje, te hace reflexionar, ves plasmada una filosofía de vida y si quieres, puedes animarte a practicarla.

Predomina el verso de arte mayor (de nueve sílabas o más). En las estrofas los versos se agrupan en bloques de cuatro. Riman primero, segundo y cuarto, y el tercero queda libre: AA-A. El estribillo consta de un cuarteto (13A 11B 13A 11B) y dos versos sueltos. En la última sección se alternan pareados (corta-importa, buena-arena) con estrofas libres (señores-error-bien)