Tal como os prometí el día anterior, después de comentar una
copla que representara ideológicamente al bando republicano de la Guerra Civil,
hoy toca dar un giro de 180 grados, y nos vamos con un tema perteneciente al bando
franquista. Corría el año 1939 cuando Celia Gámez (una de las copletistas oficiales
que Franco convirtió en símbolo del régimen) cantaba este famoso Ya hemos pasado.
Realmente, más que una exaltación al frente nacional (que lo es), se trata de una burla
a los republicanos, una vez fueron derrotados el 1 de abril de 1939.
Era en aquel Madrid de hace dos años
donde mandaban Prieto y don Lenin
Eran en aquel Madrid de la cochambre, de Largo Caballero y de Negrín.
Era en aquel Madrid de milicianos, de hoces y de martillos y soviet.
Era en aquel Madrid de puño en alto, donde gritaban ¡No pasarán!.
¡No pasarán! decían los marxistas.
¡No pasarán! gritaban por las calles.
¡No pasarán!, se oía a todas por plazas y plazuelas con voces miserables.
Ya hemos pasao y estamos en las cavas
Ya hemos pasao con alma y corazón
Ya hemos pasao y estamos esperando pa ver caer la porra de la gobernación.
Este Madrid es hoy de Yugo y flechas, es sonriente, alegre y juvenil.
Este Madrid es hoy brazos en alto, sin signos de flaqueza, cual nuevo Abril.
Este Madrid es hoy de la Falange , siempre garboso, alegre y lleno de cuplés.
A este Madrid que cree en la paloma,
ya hemos pasao, decimos los facciosos
ya hemos pasao gritamos los rebeldes
ya hemos pasao, y estamos en el prado mirando frente a frente a la señá Cibeles.
No pasarán, la burla cruel y el reto
No pasarán, pasquines en las paredes
No pasarán, gritaban por el micro, chillaban en la prensa y en todos los papeles.
¡ Ya hemos pasao!.
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Ya os comenté que al inicio de la Guerra Civil (1936)
Franco intentó por todos los medios conquistar la ciudad de Madrid. Sin
embargo, estos intentos fracasaron, ya que la resistencia de las tropas
republicanas en la capital era muy alta. Ya lo veíamos con la canción del Puente
de los Franceses: los milicianos defendían este puente para impedir que las
tropas moras de Franco pusieran un pie en el centro de Madrid. Es en esta época
cuando una jovencísima Dolores Ibarruri (conocida como La Pasionaria, famosa
por sus ideales comunistas) acuñó una frase que quedaría en el recuerdo de
todos los madrileños: NO PASARÁN (en referencia a las tropas franquistas que
no conseguirán poner el pie en la ciudad). Esta frase, tal como se dice en la
copla, sería un emblema en la radio, en los pasquines, en los discursos, en la
prensa, en los carteles propagandísticos de esos años.
De esta manera, Madrid aguantó 3 años gracias a las defensas
republicanas. Franco, viendo que la ciudad no caería tan fácilmente, cambió de
táctica y empezó a centrarse durante 1937, 1938 y principios de 1939 en conquistar
el resto de zonas leales a la República (Málaga, Cataluña, Aragón, Guernica…).
Esto hizo que el ejército rojo fuera debilitándose poco a poco, y perdiera la esperanza
al ver cómo muchos de sus territorios iban cayendo con el paso de los meses en manos
franquistas. A comienzos de 1939 la situación era insostenible. La gota que
colmó el vaso fue una polémica dentro del propio bando republicano: los partidarios
de Negrín (fieles al pensamiento soviético) querían seguir la guerra hasta el
final; los partidarios de Casado (fieles a un pensamiento socialista menos
radical), querían firmar la rendición y dar la victoria a Franco. Casado dio un
golpe de estado, y a partir de ahí todo fue coser y cantar para las tropas
franquistas que llevaban tres años en las afueras de Madrid. Pudieron entrar en
la ciudad de forma triunfal, sin despeinarse, recibidos con vítores y aplausos
por los madrileños.
En este contexto fue cuando surge la copla de hoy, donde el “No
pasarán” de La Pasionaria
es burlado y parodiado, y se convierte en el “Ya hemos pasao” de las tropas de
Franco.
La canción posee una estructura casi simétrica. Cada bando es
caracterizado con una serie de símbolos e ideas, que la gente tiende a encasillar
de una manera inherente con cada ideología
El bando republicano se asocia a la figura de Lenin (por la
ideología comunista), Negrín, Largo Caballero e Indalecio Prieto (políticos de
izquierda, del PSOE), los milicianos (los extranjeros que venían a combatir a
favor de la República ),
la hoz y el martillo (símbolos del trabajador y de la tierra, que debía ser
para quien la trabajara y no para el dueño, que muchas veces las tenía muertas
de risa sin cultivar). También se vincula con elementos rusos (los soviet, que eran grupos
de obreros y soldados durante la época de la Revolución de 1917).
-El bando franquista es asociado al yugo y las flechas (que
representan las armas que sirven para derrotar a los infieles al régimen), a
los brazos en alto (que era el saludo fascista por excelencia, obligatorio en
todos los eventos sociales, incluidos partidos de fútbol), la Falange (el único partido
político legalizado durante la dictadura, por representar la ideología de
Franco), la paloma (símbolo de la paz).
Como veis, es una copla cargada de mucha simbología popular
y que representa los arquetipos más representativos de cada bando.
El léxico está perfectamente asignado a cada grupo.
-Los republicanos se asocian a lo marxista, la cochambre (la
suciedad), lo miserable, y en general palabras con connotaciones negativas
(burla, cruel, reto).
-Por el contrario, los franquistas se asocian con elementos
que tienen connotaciones muy positivas (alma, corazón, juvenil, sonriente, sin
flaqueza, garboso, alegre). Incluso adjetivos como rebelde y faccioso (que
pueden sonarnos feos) se usan con un sentido beneficioso (gracias al
levantamiento del 18 de julio, se ha conseguido la prosperidad).
Mediante la comparación (cual nuevo abril) el yo sitúa la
llegada del régimen de Franco como una época de florecimiento. Abril es un mes
primaveral, cuando crecen las flores, resurge la Naturaleza después de un largo
y frío invierno. Algo así pasa con la historia. Después del invierno republicano
llega la primavera franquista y se ve como algo bueno y bello.
El yo poético de la copla mediante el uso del pronombre y la
desinencia verbal de primera persona del plural (nos, decimos) se acaba
incluyendo dentro del grupo fascista.
El principal mecanismo de cohesión de la copla se basa en la
contraposición entre los dos bandos, usando las mismas estructuras morfosintácticas,
pero cambiando el contenido de un bando por el de otro, como si fuera una
réplica:
Era aquel Madrid
de hace dos años donde mandaban Prieto y Don Lenin.
Este Madrid es hoy,
de yugo y flechas, es sonriente, alegre y juvenil.
No pasarán -decían
los marxistas
Ya hemos pasado -decimos
los facciosos.
El verbo ser aparece en presente (es) y pasado (era). El verbo
decir, en pasado (decían) y presente (decimos). Esto se llama políptoton y marca el contraste del pasado con el presente.
El demostrativo de lejanía (aquel Madrid) dibuja el pasado
como algo lejano, remoto, que nunca va a volver. El demostrativo de cercanía
(este Madrid), enfatiza la idea del presente como algo tangible y realista. El
más importante es el Madrid de hoy, y no el de ayer.
El objetivo es representar de forma negativa el pasado
republicano (volver a los años previos a la Guerra, primera mitad de los 30, sería
insostenible y caótico); y también, dar una visión idealizada, festiva y
edulcorada del presente franquista, que va a estar lleno de fiestas, alegría,
felicidad, gracia, salero, y en general elementos que resultan placenteros para
los sentidos: “siempre garboso, alegre y lleno de cuplés”. El cuplé es una
música alegre, despreocupada, frívola. Se quiere dar la imagen de un mundo feliz,
sin problemas ni preocupaciones.
Resulta irónico que se proclame fiesta y juerga cuando
precisamente, con el fin de la
Guerra Civil llega una época de miseria, hambre y problemas
económicos como es la década de los 40. En ese sentido, se está creando una
situación hiperbólica, motivada por la subjetividad del pensamiento del autor.
La estructura de la copla está muy bien atada. La primera
estrofa va dedicada al bando republicano. La segunda, al bando
franquista. En los estribillos se hace el juego entre el "no pasarán"
y el "ya hemos pasao", apareciendo ambos bandos.
Al ser un tema donde importa más el contenido que la forma,
se usa el metro largo (los versos más pequeños son endecasílabos, mientras que
los más largos llegan a tener hasta 20 sílabas).
La musicalidad y el ritmo se consiguen mediante estructuras
anafóricas y paralelísticas que están presentes en toda la copla, y a la vez van marcando el objeto de opinión: Era en aquel
Madrid…era en aquel Madrid…era en aquel Madrid. No pasarán...no pasarán…no
pasarán. Ya hemos pasao…ya hemos pasao…ya hemos pasao.
Las exclamaciones le dan a la canción ese tono de exaltación
y declamación que la acerca al himno, como si toda la copla fuera una
celebración tras el fin de la Guerra Civil: ¡Ya hemos pasao!. El poema está
teñido de un toque de triunfalismo épico en la parte dedicada a los franquistas
(como si fueran los salvadores de la humanidad) y mucha agresividad e ironía
cada vez que se habla del bando republicano
Encontramos elementos relacionados con la victoria en
estructuras anafóricas:
Ya hemos pasao y estamos en las cavas
Ya hemos pasao y estamos esperando pa ver caer la porra de
la gobernación
Ya hemos pasao, y estamos en el prado mirando frente a
frente a la señá Cibeles.
Las cavas son el lugar donde se guarda el vino. El vino es
un elemento que lo asociamos a momentos de celebración, alegría, efusividad,
fiesta. La Señora Cibeles se refiere a la escultura y fuente de la diosa
Cibeles en el centro de Madrid. Es típico conmemorar y dar las gracias a la deidad
ante una victoria (como hacen hoy en día los jugadores del Real Madrid
jajjaajaja). Y por supuesto, ver la imagen de tu enemigo caer es todo un clásico
de las representaciones de victoria: el triunfo frente a la derrota. Un sistema
de poder cae y se sustituye por otro, que en teoría, debería ser mejor.
El uso de oraciones impersonales y de oraciones con sujeto gramatical
no definido referencialmente (en tercera persona), lejos de neutralizar el
discurso, lo que hace es canalizar la agresividad y la ironía de una manera
universal y colectiva a todo el bando republicano en su conjunto: se oía por
las plazas, gritaban por las calles, chillaban en la prensa, gritaban por el
micro….
Como veis, la canción española de los años 30 se utilizó al servicio de la ideología política ya fuera de un bando o de otro. Y con estos dos últimos análisis espero que haya servido de ejemplo.
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