La canción que os traigo hoy es un clásico de ferias, bodas,
bautizos, comuniones o karaokes. Todo el mundo la ha cantado alguna vez, sobre
todo en contextos de felicidad y vitalismo en el terreno amoroso. La popularizó
Paloma San Basilio en el año 1981. Se titula Juntos.
Te quiero mucho, aunque te suene a lo de siempre
Más que un amigo, eres un mago diferente
Andar a saltos entre el tráfico
Leer a medias el periódico
Colarnos juntos en el autobús,
Cantar hasta quedar afónicos, viviendo juntos
Más que un amigo, eres un mago diferente
Andar a saltos entre el tráfico
Leer a medias el periódico
Colarnos juntos en el autobús,
Cantar hasta quedar afónicos, viviendo juntos
Juntos, un día entre dos, parece mucho más que un día
Juntos, amor para dos, amor en buena compañía
Si tú eres así, que suerte que ahora estés junto a mí.
Juntos, amor para dos, amor en buena compañía
Si tú eres así, que suerte que ahora estés junto a mí.
Juntos, café para dos, fumando un cigarrillo a medias
Juntos, cualquier situación, de broma entre las cosas serias
El mundo entre dos, diciendo a los problemas adiós
Juntos, cualquier situación, de broma entre las cosas serias
El mundo entre dos, diciendo a los problemas adiós
Figúrate, dos locos sueltos en plena calle
La misma cama y un bocadillo a media tarde
Hacer del lunes otro sábado
Cruzar en rojo los semáforos, viviendo juntos
La misma cama y un bocadillo a media tarde
Hacer del lunes otro sábado
Cruzar en rojo los semáforos, viviendo juntos
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El yo poético de este texto expresa su felicidad,
entusiasmo, pasión, exaltación, fervor, frenesí vitalismo (o como queráis
llamarlo) por estar al lado de la persona que quiere. Cuando estás enamorado,
la vida se vive de otra manera a cuando no lo estabas, y cualquier acto
cotidiano se convierte en un derroche de goce y placer. Si eres feliz, las
nimiedades, banalidades o cotidianidades se conciben como un espectáculo portador
de energía vital. Esto es lo que le pasa al poeta: está tan extasiado que de
cualquier trivialidad o normalidad del día a día (leer el periódico, cruzar una
calle, subir al autobús, comer el bocadillo, tomar un café…), si estás con la
persona que amas, se convierte en un evento pleno, gratificante y generador de
satisfacción que da sentido a tu vida. El amor te hace vivir todo más
intensamente, por muy insignificante que resulte. Esta es la idea más o menos
que quiere transmitir esta canción.
Los elementos de dualidad (que designan a los dos miembros
de la pareja de forma conjunta) jugarán un papel importante en la canción: el
numeral cardinal (dos), el adjetivo de fusión o unión (juntos), la primera
persona del plural (colarnos), el adjetivo de semejanza (misma cama),
locuciones que indican compartimento (a medias), preposiciones de contigüidad
(junto a mí), sustantivos que connotan cercanía (compañía)
En el inicio del tema el yo poético manifiesta
explícitamente el amor hacia su pareja: Te quiero mucho, aunque te suene a lo
de siempre. Esa subordinada concesiva (aunque…) marca una situación bastante
común, que es el sobreuso de determinadas expresiones de declaración de amor
(te quiero, te amo, te deseo…). Estas expresiones se utilizan tanto en el día a
día que han perdido su valor, se han desgastado, han suavizado y relajado su
significado, han dejado de significar lo que en origen significaba, ya que se
han acabado usando en todo tipo de contextos y sin necesidad de albergar los
sentimientos necesarios de sinceridad. Puedes decir te quiero muchas veces sin
sentir realmente lo que dices. Algo tan
trascendental y profundo (te quiero) se ha acabado utilizando en todo tipo de
contextos no tan profundos. Y a veces oyes “te quiero” y te quedas indiferente
ya que es un comodín gramatical que usa el receptor para todo tipo de momentos
y situaciones. El yo poético quiere aclarar que ese te quiero suyo es
totalmente sincero y no es de los que se utiliza por utilizar. Hay sinceridad,
hay verdad.
El amante es descrito con una metáfora (más que un amigo
eres un mago diferente). Un mago es capaz de provocar efectos extraordinarios y
sobrenaturales en el mundo real, romper las normas de la lógica. Pues su amado
también tiene el poder de cambiar la vida, de hacer que una cosa banal e
intrascendente se convierta por arte de magia en un evento importante y
trascendental, tal como expresa en esta enumeración de acciones con estructuras
paralísticas en infinitivo: “andar a saltos entre el tráfico, leer a medias el
periódico, colarnos juntos en el autobús, cantar hasta quedar afónicos”.
(infinitivo + complemento modal + complemento regido)
Cuando no estás enamorado estos eventos cotidianos suelen
pasar desapercibidos, no les damos ningún tipo de importancia, pero cuando amas
a alguien, se viven de forma más intensa, cobran fuerza, parecen mágicos.
Incluso resulta placentero hacer cosas que a priori no son positivas para el
cuerpo (si andas entre el tráfico te puede pillar un coche, si cantas fuerte te
puede hacer daño a la garganta, si te saltas el semáforo puedes tener un
accidente…) o resultan incómodas (leer el periódico a medias es un poco
aparatoso físicamente hablando, pero claro…con la persona que quieres tiene su
puntillo jajjaa). El amor te hace hacer tonterías, perder la lógica, el mundo
se ve de otra manera. De ahí la metáfora del amante como mago y esos eventos
que acarician y coquetean con la hiperbólico.
En el estribillo el yo poético exalta el triunfo del amor
mediante la anáfora del adjetivo unitivo: juntos, un día entre dos parece mucho
más que un día/Juntos, amor para dos, amor en buena compañía […]/Juntos, café
para dos fumando un cigarrillo a medias/ Juntos cualquier situación de broma
entre las cosas serias
La percepción del tiempo es un tópico en este tipo de
canciones de tono celebrativo. Cuando estás enamorado te da la impresión de que
el reloj va muy lento, da mucho de sí al día, lo aprovechas más, te recreas más
en todo y parece que todo es más estático y lento: Un día entre dos parece
mucho más que un día. Fijaros el contraste entre la unidad (un día, un amor, un
café, un cigarro) con la dualidad (entre dos, para dos, compañía, a medias). No
es lo mismo afrontar la realidad solo que con otra persona. La experiencia vital
es distinta.
Y otro tópico en este tipo de temas de celebración del amor
es agradecer a la vida, a la suerte, al destino o a lo que sea, la felicidad
presente: “Si tu eres así, qué suerte que ahora estés junto a mí”. El tono de
estos versos roza lo exclamativo. Aunque no haya signo de exclamación podría
ponerse perfectamente.
El amor como atenuador o suavizador de problemas es otro cliché
en este tipo de poema. El amor te ayuda a afrontar de otra manera las
complicaciones de tu vida diaria. Estar con la persona que quieres te da fuerza
a resolver tus quebraderos de cabeza, o al menos, saber sobrellevarlos con
alegría. Esto se refleja muy bien con la antítesis (“de broma entre las cosas
serias”) y la personificación burlesca de lo nocivo (“diciendo a los problemas
adiós”).
En la segunda estrofa se reiteran ideas de la primera. Por
un lado, el amor que transforma tu vida y te hace perder el sentido común:
“Figúrate, dos locos sueltos en plena calle”. La enfermedad y la locura de amor
es una metáfora cancioneril. No obstante, en este tema se enfoca de forma mucho
más ligera y desenfadada, sin dramatismo. Y por otro lado la enumeración de más
eventos banales que cobran trascendencia (“la misma cama y un bocadillo a media
tarde”). Dormir y comer (los actos más cotidianos del ser humano que existen)
adquieren una dimensión diferente cuando estás enamorado.
El calendario es utilizado de forma metafórica: “Hacer del
lunes otro sábado”. Cuando estás enamorado te da igual el día de la semana que
sea, ya que si eres feliz te da igual que sea viernes que martes. Normalmente,
el sábado es el día de la semana que se asocia a la felicidad (se descansa, no
se trabaja, se disfruta del ocio, no hay tantas obligaciones…). Y el lunes se
asocia a la amargura (madrugar, otra vez al trabajo, el estrés…). El amor puede
hacer cambiar estas connotaciones y hacer que el “peor” día de la semana se
viva como una fiesta.
Los versos son de arte mayor, con número de sílabas
cambiantes. A veces se forman pareados entre versos consecutivos
(siempre-diferente, tráfico-periódico) aunque otras veces quedan libres (mí/medias,
tarde/sábado).
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