lunes, 18 de octubre de 2021

Gracias por venir (Lina Morgan): la canción que daba la bienvenida al espectador en cada show de la actriz cómica

Desde los tiempos de la Poética de Aristóteles (siglo IV a.c), el género dramático se ha dividido en dos grandes ramas: por un lado, la tragedia; y por el otro, la comedia. Tanto de lo cómico como de lo trágico, han nacido multitud de subgéneros y variantes que se han desarrollado en textos literarios, y por supuesto, en los escenarios

Dentro de la comedia, uno de los subgéneros más aplaudidos por los españoles ha sido la revista. Nació en el siglo XIX. Se concibió como un espectáculo que combina cante, música, baile, y breves escenas teatrales o sketches, con un fin humorístico y satírico.

Muchos elementos de la comedia musical, el cabaret, la extravaganza, el burlesque o el vaudeville fueron asimilados por la revista.  La copla también formó parte de estos espectáculos. El objetivo es hacer reír y disfrutar al receptor, el cual utiliza el show con un fin evasivo (olvidarse de sus preocupaciones diarias y pasar un rato agradable en el teatro).

En ocasiones, se recurría a elementos que acariciaban lo erótico (vedettes con cuerpo bonito, ligeritas de ropa, movimientos sensuales, insinuaciones y sugestiones perversas)

Aunque la época dorada de la revista fue en el periodo 1920-1940, en España se siguió cultivando durante la dictadura de Franco. Evidentemente, se trató de una revista mucho más comedida y menos explícita en el componente erótico. Tened en cuenta que en este momento las obras y espectáculos teatrales tenían que pasar el visto bueno de la censura

Por eso, la revista de posguerra apostó por puestas en escena aparatosas (efectos de luces, vestidos llamativos, música pegadiza, muchos actores en el escenario, ruido…) y los argumentos cómicos, humorísticos y disparatados, en detrimento de las escenas picantes. Lo erótico quedaba maquillado entre los artificios escénicos. Era una revista que insinuaba y sugería (las actrices eran jóvenes, guapas, se movían bien), pero sin ser tan explícita.

En los años 80 con la llegada del destape, el género recuperó el erotismo de su primera época, pero ahora con más fuerza que nunca. La cartelera se sobresaturó de revistas que utilizaban el espectáculo como pretexto para lucir cuerpos femeninos. La historia y los efectos escénicos perdieron importancia a favor de lo estético y de lo corporal.

Todas las revistas seguían los mismos esquemas y patrones. Esto acabó cansando al receptor, de forma que el género perdió fuelle. Ya lo dice el refrán: lo poco gusta y lo mucho cansa. Ver una mujer en paños menores, empezó a ser algo habitual, y ya no impactaba tanto como al principio de la democracia. Por eso, muchos shows de esta época pasaron sin pena ni gloria. La gente se cansaba de ver siempre lo mismo

Al final, la revista menos erótica y más humorística (la que se había cultivado durante la dictadura) es la que triunfó en los 80 y los 90, aunque adaptándola a los nuevos tiempos. Una de sus máximas representantes es Lina Morgan, que en 1983 estrenó el espectáculo Sí al amor, donde cantó por primera vez un tema que se convertiría en un emblema para la actriz, ya que a partir de aquí, todas sus representaciones empezarían siempre con este Gracias por venir



Llego nuevamente a sentir ahora a mi alrededor la extraña emoción

Todo el tiempo se ha parado en el reloj del corazón.

Por que tanto os debo en el alma llevo a mi público de ayer,

Por estar aquí de nuevo, maravilloso fue volver.

 

Ya reconozco al caballero que manda flores y no se quien es,

Y al estudiante dicharachero que es un Don Juan en busca de su Inés.

Al Señor que con su esposa va, y se ríe como un cascabel,

Y a los novios que al final están, y que no aplauden y yo se por que.

 

Agradecida y emocionada, solamente puedo decir, Gracias por Venir

 

Llego nuevamente a seguir mi historia, que mi mundo esta detrás del telón.

Y las rayas de mi mano son el compás de una canción.

Al estar conmigo todos sois testigos, mi emoción he de vencer,

Encontrando a mi s amigos, maravilloso fue volver.

 

Ya reconozco al caballero que manda flores y no se quien es,

Y al estudiante dicharachero que es un Don Juan en busca de su Inés.

Al Señor que con su esposa va, y se ríe como un cascabel,

Y a los novios que al final están, y que no aplauden y yo se por que.

 

Agradecida y emocionada, solamente puedo decir, Gracias por Venir

 

La luz se enciende,

sonó la orquesta,

todo es igual que ha sido ayer,

Todo es hermoso,

todo es alegre,

maravilloso fue volver

 

Agradecida y emocionada, solamente puedo decir,

Gracias por Venir

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La canción posee un fuerte contenido metateatral. ¿Y qué quiere decir metateatral? Esto significa que la canción (que es un texto teatral) sirve para hablar de contenidos que tienen que ver con el teatro. Es el teatro dentro del teatro.

La protagonista está dando las gracias a todos los espectadores que han venido a ver la representación. Tened en cuenta que el público ha pagado una entrada. Se ha gastado dinero en acudir al teatro.

La gente que trabaja en el mundo de la farándula (actores, directores, escenógrafos, guionistas, maquilladores…) sobreviven gracias a que existe un auditorio interesado por el género teatral, que está dispuesto a pagar por contemplar el show. Sin este público no habría función, y por tanto, esta gente no podría ganarse las habichuelas.

Por eso, las representaciones teatrales se adaptan a los gustos mayoritarios del oyente. La obra, aparte de entretenimiento, es un negocio. Ha de ser rentable. Debe generar un beneficio económico. Detrás de cada espectáculo hay un empresario. Si un show no gusta masivamente, la gente no vendrá, y por tanto, no habrá ingresos para la empresa. Resultado: no money, no party.

Con esta canción, Lina Morgan engrandece y ensalza la figura del espectador en el teatro. Por eso, la cantaba como introducción a cada una de sus representaciones: para que el público se sintiera valorado y se diera cuenta de que es una pieza trascendental en el proceso. Si la audiencia se siente bien tratada y a gusto (mediante alusiones, vítores, vocativos, elogios…) seguramente repita y venga otra vez.

El componente metateatral también se manifiesta en el hecho de que el yo poético nos explica cómo se siente en el momento de subir a un escenario. En la canción se recogen un conjunto de emociones y reflexiones que lleva impresos la voz lírica, y definen su pasión por el mundo escénico y artístico.  

En la primera estrofa, se habla del gusanillo que siente el artista cuando está a punto de comenzar la función. En ese momento previo confluyen/se mezclan una serie de sensaciones antagónicas: por un lado, tienes ganas de salir y poder hacer lo que te gusta; pero por otro lado, surgen el miedo o la incertidumbre de si lo harás bien y al público le va a gustar

De ahí que el yo poético califique de “extraña” la sensación que tiene en ese momento: Llego nuevamente a sentir ahora a mi alrededor la extraña emoción. Esa extrañeza, esa mezcla de nervios y pasión es un sentimiento normal y habitual de la vida del artista. El adverbio de modo (nuevamente) expresa reiteración y continuidad. Por muchos años que lleves trabajando en el teatro, el respeto y el amor escénico no desaparecen.

Cuando no encontramos la palabra apropiada para describir una situación o definir una impresión subjetiva, recurrimos a expresiones que connotan sensación de misterio, desconocimiento o inefabilidad. En este caso, el lexema “extraño” se refiere a que ese estado híbrido entre inquietud y vitalidad, tan propio del actor, es difícil darle una explicación racional. Al artista le cuesta decir con palabras cómo se siente antes de salir a un escenario.  

Esa mezcla caótica y caprichosa de sentimientos se manifiesta en la sintaxis:

-Por un lado, la separación de los componentes de la perífrasis verbal, ya que hay un elemento que se mete en medio (LLEGO nuevamente A SENTIR)

-Por otro lado, la tendencia a sumar y acumular complementos circunstanciales de modo (nuevamente), tiempo (ahora) y lugar (ahora). Cuando estamos comidos por los nervios, tendemos a hablar más de la cuenta y cuesta ir al grano 

En cualquier tipo de manifestación artística (pintura, música, literatura, teatro…), se crea una realidad autónoma e independiente que funciona con sus propias normas y códigos. Una cosa es el mundo real, y otra el mundo que se crea dentro de la obra. Cuando el yo poético se sube a un escenario, se produce el paso de la realidad (mundo físico tangible) a la ficción (mundo artístico).

Por eso, en los primeros versos, el yo poético manifiesta que durante el transcurso de la función, el tiempo real se detiene. Es como si el mundo que hay fuera del teatro dejara de existir. Durante esas dos horas que dura el espectáculo, prevalecen las dinámicas y reglas del mundo de la ficción. No las de la realidad.

Esto lo expresa con la metáfora del lapso congelado: Todo el tiempo se ha parado en el reloj de mi corazón.

Aunque Lina Morgan se encuentra físicamente en el teatro, que es un espacio que pertenece al mundo real, desde un punto de vista espiritual y psicológico se siente dentro de la obra de arte.

En el tercer verso encontramos las primeras referencias al público. El yo poético adopta una actitud de modestia y cercanía con los espectadores. Ya os he dicho que hay que ganarse la simpatía y admiración del oyente, pues gracias a él, un artista tiene un plato de comida en la mesa

Si tú te muestras arrogante, prepotente o altivo con el auditorio (en plan qué bueno, qué guapo, qué listo que soy) la gente no empatiza contigo. Les caerás mal. Y nadie vendrá a verte.

El espectador prefiere artistas humildes, con los pies en el suelo, cercanos, agradecidos. Por eso, al yo poético no le importa rebajarse delante de todo el mundo y mostrar una actitud cuasi de sumisión: Tanto os debo en el alma. La voz lírica está dando a entender que sin el público no es nadie.

El oficio de artista es una de las profesiones más inestables que hay, ya que dependes del capricho del espectador. Tan pronto estás en la cumbre como en el pozo, en función de cómo le caigas a la gente. Para el yo poético, cada actuación es empezar de cero, y por eso hay que ganarse la simpatía del que te ve.

Cuando acaba la función, llega la incertidumbre para el actor: no sé cuánto durará este éxito, a lo mejor esta ha sido mi última actuación, quizá deje de gustar…

En el contexto de la farándula, cada día es un reto, una lucha. El futuro es incierto. Solo existe un presente, que hay que disfrutar al máximo, no vaya a ser que el éxito se acabe y nunca más vayamos a recibir ese aplauso que tanto nos llena. De ahí que el yo poético se muestre entusiasmado al estar en la cresta de la ola. Por estar aquí de nuevo, fue maravillo volver.

El complemento (de nuevo) y el verbo (volver) expresan reiteración, es decir, hay una situación (en este caso, de éxito comercial) que se prolonga en el tiempo. El artista que fracasa solo hace una actuación porque no gusta al público. El triunfador, puede repetir tantas funciones como quiera porque tiene al espectador en el bolsillo.  

La canción es una forma de agradecer al público el éxito que la voz lírica (Lina Morgan) está viviendo. El adelantamiento del atributo al verbo y al sujeto (hipérbaton) enfatiza el triunfo cosechado: maravilloso fue volver

En el estribillo, el yo poético cita explícitamente a diferentes colectivos o prototipos de personas que solían acudir al teatro en los 80.

Mientras que en la primera estrofa, el sentimiento de gratitud es universal (la voz se dirige a todo el mundo, para que nadie se sienta excluido), en el estribillo hace una selección o discriminación del público, basada en rasgos de edad (joven-viejo) o estado sentimental (soltero- casado).

El objetivo es aludir al mayor número de audiencia posible para darle las gracias a la vez que se establecen personajes-tipo, lo cual crea una pequeña comicidad dentro del tema. La gente que se sienta identificada dentro de esta selección esbozará una leve sonrisa. El fin de todo esto es crear un ambiente entrañable y familiar.

Veamos cuáles son estos prototipos:

-La figura del fan o admirador, es decir, aquella persona que siente especial devoción hacia un actor o actriz. Le mandan flores, regalos u obsequios, muchas veces de manera anónima. En sus buenos tiempos, Lina Morgan tenía muchísimos admiradores y al terminar cada actuación el teatro se llenaba de claveles que la gente lanzaba a la actriz.

Por eso, la canción hace referencia a la figura del seguidor: Ya reconozco al caballero que manda flores y no sé quién es

-La figura del chico joven enamoradizo, que intenta conquistar/seducir a una mujer con su simpatía.

Se recurre a una metáfora que alude a dos personajes importantísimos de la literatura romántica española: Don Juan y Doña Inés, de la obra Don Juan Tenorio de Zorrilla: Y al estudiante dicharachero que es un don Juan en Busca de su Inés

-La figura del hombre casado. Muchos matrimonios de mediana edad solían acudir a los teatros los fines de semana por la noche. Tened en cuenta que la gente nacida en los 30 y los 40 se criaron toda su vida con la copla, la comedia musical o la revista. Era lo que se escuchaba en la España de Posguerra

En unos años en los que la música extranjera y la cultura pop estaban de moda (movida madrileña), artistas como Lina Morgan representaban ese humor conservador y de corte clásico que deleitaba a la gente entrada en años. A este colectivo se dirige el yo con una simpática comparación: Al señor que con su esposa y se ríe como un cascabel.

El cascabel posee un timbre juguetón, lúdico y divertido, lo mismo que las comedias de Lina Morgan. Para nuestros padres y abuelos la actriz era lo más de lo más.  

La oración de relativo, además de estar en hipérbaton (“con su esposa va” en lugar de “va con su esposa”), constituye un circumloquio, ya que su contenido se podría resumir en una palabra (al señor CASADO). Sin embargo, con este rodeo, se da musicalidad y ritmo al poema.

-Y por último la figura de la pareja de jóvenes que está a punto de casarse. Para ellos, el humor de Lina resulta trasnochado, rancio, añejo y pasado de moda. Tened en cuenta que se trata de una generación más joven, que se ha criado con la música moderna (pop, rock…), y producciones cinematográficas de otro tipo.

La gente veinteañera, si iba al teatro, lo hacía simplemente para matar el rato (ver el ambiente, curiosear, salir a algún lado la noche del sábado...) y no tanto por el contenido de la obra o los actores. A ellos, Lina Morgan les daba igual. Además, este colectivo se ponía en los asientos de la última fila para tener intimidad: Y a los novios que al final están y que no aplauden y yo sé por qué

El cine y el teatro se utilizan muchas veces como lugar de citas, más que como espacio de contemplación artística jejejjee,

Como veis, al yo poético no se le escapa ni un detalle. Incluso busca complicidad con aquellos a los que no les gusta el teatro que hace Lina Morgan, y solo van allí a estar con el novio o la novia.

El estribillo concluye con un verso de agradecimiento explícito, en el que encontramos un complemento predicativo bimembre y en hipérbaton, ya que se adelanta al verbo: Agradecida y emocionada solamente puedo decir, gracias por venir

En la segunda estrofa la voz lírica vuelve a expresar su pasión por el teatro, vinculándose con ese mundo artístico de ficción, en lugar de con el mundo real: Llego nuevamente a seguir mi historia, que mi mundo está detrás del telón

Mediante la metáfora, el yo se define como alguien encadenado a la música, de una manera innata y natural: Y las rayas de mi mano son el compás de una canción. Lleva el arte inherente en la sangre. Lina ha nacido para dedicarse al espectáculo. Los genios convierten en arte cualquier cosa que tienen alrededor.  

Sin embargo, los artistas también son seres humanos. Y como tal, tienen sus emociones, miedos, alegrías, tristezas, frustraciones, además de una vida íntima y personal. 

Para el yo, es fundamental separar la realidad de la ficción. En esta última tienes que meterte en la piel de un personaje. No puedes dejar que emociones personales tuyas, que no tengan que ver con el personaje que interpretes se metan dentro de este: Al estar conmigo todos sois testigos, mi emoción he de vencer.

Eso es la profesionalidad. Una cosa es la persona y otra el personaje. Si a un actor le deja la novia, hacienda le embarga 20000 euros o su padre se muere, ha de olvidarse de todo eso durante la función y no dejar que sus emociones como ser humano se apoderen del personaje que interpreta. En comedia esto es muy complicado: debes hacer reír a la gente, cuando un ser querido tuyo falleció hace dos días.

La canción concluye con una estrofa final en la que se describe el comienzo del show, mediante oraciones cortas y precisas, que forman estructuras cruzadas (quiasmo): La luz se enciende. Sonó la orquesta (Sujeto+verbo, verbo +sujeto). Una vez Lina terminaba de cantar esta canción, comenzaba el grueso de la representación

El final resulta idílico, ya que da una visión feliz y dulce del mundo escénico mediante estructuras atributivas en paralelismo: Todo es hermoso, todo es alegre, todo es igual que ha sido ayer.

Cuando alguien vive un momento álgido y exitoso en el contexto del arte, todo se ve así de maravilloso.

Evidentemente, el ámbito de la fama y el espectáculo no es color de rosa. Sin embargo, esta canción se queda con la cara amable y colorista (como le pasaba a Lina). Lo mejor es olvidarse de las cosas malas y disfrutar de las buenas mientras duran, que luego nos lamentamos cuando las perdemos.

La comedia es necesaria. La vida ya está llena de miserias y calamidades. Necesitamos que nos hagan reír, que nos diviertan, que nos quiten las preocupaciones. Para dramas y tragedias ya tenemos el mundo de fuera. Yo soy el primero que se conmueve con una Lola Puñales o un Maletilla, pero también necesito una Manolita la Primera o una Marta la Dormía en mi vida.Métricamente, predominan los versos de arte mayor, que riman entre sí, dando lugar a pareados (emoción-corazón, ayer-volver, es-Inés, telón-canción, vencer-volver).

También encontramos rimas internas (debo-nuevo, testigos-amigos).

El arte menor solo aparece en la estrofa de cierre.

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