A lo largo de su vida, el ser humano se ve obligado a tomar decisiones
trascendentales, las cuales condicionan su existencia (¿Qué voy a estudiar? ¿En
qué quiero trabajar? ¿Dónde quiero tener mi lugar de residencia? ¿Quiénes son mis
amigos…?). Como decía Ortega y Gasset, cada persona es ella misma y sus circunstancias,
de tal forma que las cosas no se ven de la misma manera, y por tanto, ante un
mismo dilema dos individuos pueden reaccionar y decidir de manera totalmente opuesta.
Por ejemplo, el tema de la soltería (motivo bastante recurrente
en la copla). Lo normal en los años 40 y 50 era que la gente se acabara casando.
El código de las “buenas costumbres” establecía que lo políticamente correcto era
casarse antes de los 20 años. Todo lo que se saliera de eso, se consideraba algo
raro, extravagante, inusual, extraño, y anormal. Y muchas veces, lo que sale de
lo establecido suele ser motivo de crítica y es visto con malos ojos por los demás.
Por eso, a muchas jovencitas les aterraba la idea de quedarse
solteras, y de manera desesperada querían enganchar un marido como fuera, para
así dejar de ser tema de conversación por parte de la gente. Muchas veces, la
urgencia de no quedarse soltera prevalecía sobre el sentimiento y la empatía con
la pareja (la gente se casaba por no quedarse sola, en lugar de casarse por amor).
Por eso, muchas parejas fracasaron y se generaba mucha infelicidad y frustración
(recordad que no había divorcio).
Mientras que la mayoría de las mozas tenían ese miedo a quedarse
solteras, otras (una minoría, entre la que se encuentra la protagonista del
tema que os traigo hoy), optaron por hacer oídos sordos a la opinión de la
gente, y en lugar de ver la soltería como algo aterrador y negativo, la concebían
como un cúmulo de alegrías, ventajas y felicidad.
En este pasodoble que Juanita Reina popularizó en el año 1944
dentro del espectáculo “Solera de España”, ser soltera era un chollo, la creme
de la creme, lo mejor que te podía pasar en la vida, y la única manera de ser verdaderamente
libre y evitar los quebraderos de cabeza que supone la vida de casado. Hoy analizamos
Compuesta y sin novio
Yo tuve un novio barbero
y una vecina me lo quitó;
tuvieron tres churumbeles
con la cabesa como un faró.
El guardia de los padrones
dijo: ¡Qué espanto!, ¡Qué atrocidá!
Cabesa de esta familia,
si hay unos cuantos, ¿Quién lo será?
Con er barbero
no m’ he casao
del quebraero de tres cabesas
yo me he librao.
¿Por qué no te casas, niña?
dicen por los callejones.
- Yo estoy compuesta y sin novio
porque tengo mis razones.
Marío, suegra y cuñao,
diez niños y uno de cría,
que la plaza, que la gripe,
que tu mare, que la mía.
¡Son muchas complicaciones!
¡Sortera pa toa mi vía!
Me encuentro yo al matrimonio,
tos los domingos en el café,
las caras de avinagraos
porque se aburren como un sipré.
Los niños rompen las tasas
y con la fuerza de un arbañí
le meten a pare y mare
las cucharillas por la narí.
Con er barbero
no m’ he casao
de los martirios de la cuchara
yo me he librao.
¿Por qué no te casas, niña?
dicen por los callejones.
- Yo estoy compuesta y sin novio
porque tengo mis razones.
Marío, suegra y cuñao,
diez niños y uno de cría,
que la plaza, que la gripe,
que tu mare, que la mía.
¡Son muchas complicaciones!
¡Sortera pa toa mi vía!
El cuarto de mis vesinos
es un pellizco de habitación,
por eso duermen de noche
las tres cabesas en el balcón.
La casa se bambolea
con aquel peso fenomená,
y pitan las chimeneas
como los barcos en arta má.
Con er barbero
no m’ he casao
del terremoto de San Francisco
yo me he librao.
¿Por qué no te casas, niña?
dicen por los callejones.
- Yo estoy compuesta y sin novio
porque tengo mis razones.
Marío, suegra y cuñao,
diez niños y uno de cría,
que la plaza, que la gripe,
que tu mare, que la mía.
¡Son muchas complicaciones!
¡Sortera pa toa mi vía!
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La protagonista de la copla es una muchacha, la cual tiene un
novio que es barbero. Un buen día, la chica se lleva un chasco, cuando su novio
de toda la vida se enrolla con una vecina. Sin embargo, en lugar de lamentarse y
llorar por las esquinas cual plañidera de la vida, la mujer verá esto como una
ventaja, ya que es justo lo que necesita para volver a estar soltera y así disfrutar
de la vida, sin tantas preocupaciones.
Por lo tanto, a partir de un hecho desencadenante serio (unos
cuernos) se configura una copla cómica, divertida, pícara, con mucha risa y humor
y con algunos elementos de revista. La canción consiste en la exposición de una
serie de razones por parte del yo poético, que demuestran que estar soltero es
mucho mejor que estar casado, y que la soltería es la única forma de ser verdaderamente
libre y feliz.
La canción está formada por tres estrofas y un estribillo, el
cual se va repitiendo (es siempre el mismo) después de cada estrofa. Métricamente
el tema está formado por coplas. Las coplas son estrofas de cuatro versos octosílabos
en las que rima el segundo verso con el cuarto, mientras que el primero y el
tercero quedan libres: -a-a.
Solamente encontramos una pequeña irregularidad en la estrofa
de transición al estribillo, en la que los versos, en lugar de ser de 8 sílabas
son pentasílabos (no me he librado…, con el barbero…, no me he casado…) y decasílabos
(del terremoto de San Francisco…).
Cada estribillo es rematado con un dístico, es decir, una estrofa
de dos versos sin rima: son muchas complicaciones/ soltera pa toa mi vía. Estos
versillos sirven de conclusión a la copla y refuerzan coloquialmente el proceso
de argumentación. Tened en cuenta que el objetivo de la canción es vender la
vida de soltero como algo idílico y despreocupado.
El inicio de la copla es de carácter narrativo. De hecho, podemos
ver cómo se recurre al pretérito perfecto simple, que es el tiempo preferido
para contar anécdotas y hechos (tuve, tuvieron, quitó). La protagonista nos cuenta cómo su novio la
abandonó para irse a vivir con otra mujer (una vecina): Yo tuve un novio barbero
y una vecina me lo quitó.
El yo poético adopta una postura de superioridad respecto a este
contexto de abandono. La protagonista no se siente afectada por los cuernos (al
revés…ella se ríe y hace un discurso divertido y humorístico). Esa superioridad
le permite llevar a cabo un proceso de cosificación y muñequización en el novio.
La presencia del verbo “quitar” aplicado a una persona permite este juego, ya que
el hombre queda retratado en la copla como si fuera un objeto, una cosa de quita
y pon (que se puede dar, robar y transferir, como una mercancía).
La superioridad del yo también se manifiesta en la descripción
que hace de los niños que han sido fruto del matrimonio de su ex con la vecina.
Se recurre a una comparación muy del gusto tremendista: Tuvieron tres churumbeles
con la cabeza como un farol. La palabra churumbel pertenece al habla gitana y
significa “niño”.
Como veis, se hace énfasis en el tamaño de la cabeza de estos
niños equiparándola al de una farola. El objetivo del tremendismo es resaltar aspectos
sórdidos, desagradables y viscerales de la realidad (en este caso, los niños de
tu ex con otra mujer jejejjee).
De esta manera, los niños, aparecen descritos de una manera
degradada, deformada, monstruosa. En lugar de resaltar las cosas bonitas de los
chavales (la sonrisa, la carita, las manitas…) se hace una descripción de las cosas
feas (que son unos cabezones).
Tened en cuenta que el tremendismo en narrativa (La familia
de Pascual Duarte) se dio también en los años 40, así que es normal que haya elementos
que se transfieran a la canción española. Por ejemplo, si recordáis Marta la Dormía
recurría también a estos artefactos tremendistas (se comparaba la cabeza del bebé
con el bombo de la lotería). ¿Os acordáis?
Para dar énfasis a este tremendismo, se adhiere, a modo de anécdota,
la opinión de una tercera persona (ajena a la historia, que no tiene nada que ver
con los hechos, como si fuera alguien de la calle, que ve todo desde la distancia).
Para eso se recurre al estilo directo, con tono exclamativo para dar fuerza al
discurso, el cual provoca la carcajada en el público: El guardia de los padrones
dijo: ¡Qué espanto!, ¡Qué atrocidad! Cabeza de esta familia, si hay unos cuantos.
¿Quién lo será?
El poeta juega con los diferentes significados de la palabra
cabeza para generar humor:
-cabeza como parte del cuerpo. En este caso es una cabeza agrandada
(cabezón), que es motivo de mofa y burla. En esa familia todos tienen la cabeza
tan grande que es imposible saber quién la tiene más grande. Además, recordad
que la palabra “cabezón” tiene una acepción despectiva, insultante (para decir
que una persona es terca, testaruda, obstinada).
-cabeza como jefe de familia. Se está insinuando que tal vez
los hijos sean de diferente padre
Los textos cómicos y burlescos como este permiten dobles sentidos,
y es una forma más de hacer literatura. La poesía y la copla no es solo tragedia
y drama, sino también risa y fiesta
La presencia del hipérbaton, además de facilitar la rima de
la copla, permite al yo poner como foco de sátira, burla e incluso humillación
a su antiguo novio (con el barbero, no me he casado…).
También permite adelantar a primera posición oracional (y por
tanto, enfatizar), los inconvenientes y quebraderos que conlleva la vida de
casada (Del quebradero de tres cabezas, yo me he librado, Del martirio de las
cucharas yo me he librado).
Para exaltar y elogiar la vida de soltera, la protagonista
recurre a caracterizar de manera negativa la vida de casada (sacar defectos de
lo que se critica, como argumento para defender su postura: lo mejor es ser
soltera). De hecho, como forma de dar autoridad se recurre a un léxico religioso
(martirio) empleado en un contexto profano y cómico.
Tened en cuenta que el hecho de incorporar la anécdota
narrativa (verse abandonada por el novio, el cual se ha liado con la vecina) es
una forma de dar rotundidad y poder retórico a la argumentación del yo poético.
Para persuadir al receptor (que la gente, una vez escuche la
copla, salga convencida de que es mejor estar soltero que casado), la protagonista
recurre a su experiencia personal, a hechos que le han pasado (que ha visto, que
ha escuchado que ha olido, que ha sentido…), para así poder hablar con propiedad.
La protagonista alude a contextos veraces, situaciones reales. Lo empírico, lo
sensitivo y lo real es una forma de dar autenticidad y verdad a lo que dices.
Por ejemplo, en la segunda estrofa, la protagonista inserta
una anécdota (Me encuentro yo al matrimonio todos los domingos en el café…) con
el objetivo de que al receptor no le entren ganas de casarse una vez la haya
escuchado.
La muchacha nos cuenta cómo un día estando en una cafetería
se encontró a la pareja (al ex novio y a la vecina) con los niños, los cuales no
paraban de dar la lata a los padres y hacer travesuras. Ya sabéis, que los niños
pequeños suelen ser muy inquietos (sobre todo, en lugares públicos jajaj) y no
paran de enredar, trastear y tocar cosas. Los niños son muy curiosos a esas
edades.
Por eso, la protagonista piensa que uno de los problemas de
casarse y tener hijos, es el hecho de tener que aguantar las diabluras de los chiquillos.
La comparación enfatiza estas trastadas: los niños rompen las tazas con la
fuerza de un albañil.
La antítesis padre-madre permite universalizar la experiencia,
haciendo ver que todos los niños son iguales y suponen muchos quebraderos de cabeza
para ambos padres: le meten a padre y madre las cucharillas por la nariz. Esta trastada
resulta muy hiperbólica y teatral (parece extraída de un cómic o de una serie
de dibujos animados), ya que el objetivo es crear una caricatura.
Otro defecto que remarca la protagonista sobre la vida conyugal
es la monotonía, el aburrimiento, el tedio, el hecho de que una vez te has casado,
la existencia se convierte en una sucesión de eventos que se van repitiendo cíclicamente,
de manera mecánica, casi sin variación.
La sinestesia “cara de avinagraos” y la comparación “se aburren
como un ciprés”, dan expresividad a esa monotonía. Ya sabéis que el ciprés,
como árbol, se caracteriza por su estatismo, por permanecer quieto en el mismo
sitio, por tener siempre las mismas vistas. Las plantas, aunque son seres vivos,
no hablan, no interactúan, no hacen nada. Esto mismo le pasa al matrimonio: te
cansas de ver siempre a la misma persona, de hacer todos los días lo mismo, y al
final te acabas aburriendo. Hay que tener en cuenta que muchas veces, el matrimonio
significaba tener que renunciar a otras cosas por principios morales (fiestas,
juergas, amigos…), de tal forma que se acaba convirtiendo en un sistema cerrado
(dejar de interactuar con el resto del mundo). Todo esto, con el paso del tiempo
va agriando el carácter (de ahí la alusión al vinagre) y provocando frustración.
En la tercera estrofa, se alude a otro problema clásico que
conlleva formar una familia: la falta de espacio en la casa. La metáfora enfatiza
el tamaño pequeño de la vivienda y de las habitaciones: El cuarto de mis vecinos
es un pellizco de habitación.
En muchos hogares, debido a la cantidad de gente que vivía
en ellas (padre, madre, abuelos, hermanos, algún tío…), había que improvisar las
dependencias y hacer apaños para que todo el mundo tuviera su espacio. Por ejemplo,
los balcones eran encristalados o cerrados con tabiques, y así convertirlos en improvisados
dormitorios para los niños: Por eso duermen de noche las tres cabezas en el balcón.
Como veis, se recurre a la sinécdoque, ya que se nombra una
parte por el todo. Con el término cabeza, no solo se alude a la cabeza de los niños,
sino a todo su cuerpo, a la constitución física de la persona en su totalidad
La personificación del hogar (la casa se bambolea con aquel
peso fenomenal) genera un contraste entre el tamaño pequeño de la vivienda (poco
espacio) y la gran cantidad de gente que vive en su interior.
Si unimos esto a la comparación (pitan las chimeneas como los
barcos en alta mar) se consigue dibujar de una manera caricaturesca y esperpéntica
la casa (parece que la vivienda va a explotar debido a la cantidad de gente que
vive dentro).
Finalmente esta explosión se produce en forma de imagen hiperbolizada:
Del terremoto de San Francisco yo me he librado. Tanta concentración de gente en
poco espacio no puede llevar nada bueno jajajjaaja. Además, no falta hasta una
pincelada histórico-culturalista (la copla se refiere al terremoto que tuvo lugar
el 18 de abril de 1906 en San Francisco y provocó muchas muertes). Como veis, los
materiales serios son enfocados literariamente con una intención cómica.
El estribillo posee una estructura dialogada. En este diálogo
hay dos interlocutores:
-Por un lado, la gente, la masa popular. Tened en cuenta que
la sociedad tiende a criticar, a ver con malos ojos las cosas anormales (que se
salen de lo establecido). El hecho de ver a una moza soltera era motivo de crítica
(en los años 40), y la gente no paraba de cotillear, chismorrear e ironizar con
este tema.
Por eso, cada vez que alguien ve a la chica por la calle, siempre
sale a relucir el tema de su soltería: ¿Por qué no te casas niña?-dicen por los
callejones. El uso de la oración impersonal en tercera del plural (Dicen…) marca
un sujeto indefinido, colectivo (todo el mundo pregunta/dice/comenta/habla…).
Esto ayuda a crear un ambiente de visilleo y marujeo, la mar de actual, sobre
todo en pueblos pequeños jejejjee
-Por otro lado, la protagonista, la cual responde a la pregunta
de la masa, dando explicaciones a la gente chismosa y cotilla de por qué no quiere
casarse: Yo estoy compuesta y sin novio porque tengo mis razones. Para eso, recurrirá
a la enumeración: Marido, suegra y cuñado, diez niños y uno de cría. La familia
política suele ser foco de conflictos, problemas y polémicas (de ahí que los ponga
como razón principal para no casarse). Además, cuidar a un niño no es tarea
fácil (las noches sin dormir con los llantos, hay que darle de comer, llevarlo al
médico, bañarlo, vigilarlo para que no le pase nada ni haga cosas malas…).
Las estructuras en paralelismo también ayudan a sumar y acumular
razones, para dar una visión negra y pesimista de la vida matrimonial: que la plaza,
que la gripe, que tu madre, que la mía.
El asíndeton crea una enumeración abierta (se podrían meter
muchas más razones) haciendo más larga la lista de inconvenientes y responsabilidades,
y así quitar las ganas al receptor de casarse, pues tener una familia conlleva una
serie de obligaciones y tareas muy arduas (horarios, comidas, visitas…) que quitan
cierta libertad.
El dístico enfatiza el contenido del poema y lo dota de una
conclusión: Son muchas complicaciones. Soltera para toda la vida.
Hay que tener en cuenta que la copla está subjetivizada, condicionada
ideológicamente por el yo poético, ya que constituye un punto de vista (es la
opinión y visión que la protagonista tiene respecto a un asunto). Habrá gente que
apoye la soltería y habrá gente que prefiera la vida de casada (para gustos,
colores). Cada uno de nosotros tendrá una opinión diferente.
Genial como siempre tu análisis. Yo añadiría que se aburrían como un ciprés porque son los árboles de los cementerios.
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