Si la protagonista de la copla anterior tenía como máxima
aspiración quedarse soltera para toda su vida (pues el hecho de formar una familia
lo único que traía eran cargas, problemas, disgustos, ataduras y quebraderos de
cabeza, tal como decía la canción), la voz poética de la copla de hoy va a situarse
en el polo opuesto del dilema, y hará todo lo posible por enganchar un marido y
así evitar la temida soltería.
Resulta curioso que el mismo autor de Compuesta y sin novio (el
poeta Rafael de León), y la cantante (Juanita Reina), casi 20 años después (1963),
difundieran una canción con el mensaje contrario, en el que el yo poético celebra
y muestra entusiasmo ante el hecho de haber encontrado un marido. Hoy vamos a
analizar Soltera yo no me quedo
Yo me puse en relaciones con un mocito de Badajoz
Y tronaron los cañones del laberinto que se formó
Que si el novio es un pelmazo, que si la niña no vale ná
Y amasaban los guantazos los panaeros en Alcalá
Y yo a lo mío, sin distraerme
Que el camarón se lo lleva el río cuando se duerme
Soltera yo no me quedo, mandarme ya los regalos
Lo mismo da un camafeo que dos cucharas de palo
Tendrían las cotorronas a gala, gala y satisfacción
Si vieran a mi persona sentá, sentada en el poyetón
Igual que Sansón acaba con todos los filisteos
Por más que me pongan trabas, por más que me pongan trabas
Soltera yo no me quedo
A mi Pepe en estas luchas le dispararon un alcaucil
Y colgá de una garrucha quisieran muchas tenerme a mí
Rodeá de bayonetas voy por la calles con mi José
Y me llueven las macetas, pa ti la rosa, pa ti el clavel
Y yo p'alante, queriendo a Pepe
Que en las batallas si no hay aguante te dan julete
Soltera yo no me quedo y voy a gastá en membrillo
Tres mil duros amadeos que tengo bajo un ladrillo
Tendrían las cotorronas a gala, gala y satisfacción
Si vieran a mi persona sentá, sentada en el poyetón
Igual que Sansón acaba con todos los filisteos
Por más que me pongan trabas, por más que me pongan trabas
Soltera ya no me quedo
Ya la cosa va de buenas, ya me critican hasta el ajuar
Morcelina piel morena las sabanillas y la almohá
No es lo propio de una dama tener foñicos en el colchón
Perindolas en la cama y una azalea de quita y pon
Ay! Que tole, tole, vaya jolgorio
Mas yo p'alante con los faroles de mi casorio
Soltera ya no me quedo y luego la parejita
Nos vamos a ir en trineo igual que los moscovitas
Tendrían las cotorronas a gala, gala y satisfacción
Si vieran a mi persona sentá, sentada en el poyetón
Igual que Sansón acaba con todos los filisteos
Por más que me pongan trabas, por más que me pongan trabas
Soltera ya no me quedo
.....................................................................................
La protagonista es una muchacha que busca con urgencia un
hombre con el que casarse. Ya os dije el otro día, que en la España de los 40, 50 y 60,
lo habitual y lo políticamente correcto era que la gente se acabara casando. La
sociedad miraba con malos ojos a las mujeres solteras (las cuales tenían para
siempre el sambenito de solteronas jejeje).
En las sociedades conservadoras (y más, en la época de la
dictadura franquista), todo lo que se sale de lo convencional y lo estipulado culturalmente
suele ser motivo de burla y escándalo. Por eso, la protagonista, para evitar
ser tema y foco de conversación por parte de las cotillas del barrio, decide buscar
un marido lo más pronto posible. Al hacer esto, ella se muestra feliz y entusiasmada,
pues dejará de ser criticada en su barrio.
Por eso, estamos de nuevo ante un tema cómico, alegre, divertido
y con mucho humor. Juanita Reina, aunque hizo cosas serias, también le gustaba
interpretar este tipo de temas más joviales y satíricos
La copla refleja de manera caricaturizada el comportamiento,
la actitud y la forma de actuar de la masa (del pueblo). Las vecinas de la protagonista
aparecen retratadas en el poema como si fueran personajes tipo del teatro cómico
grecolatino. Nos recuerdan a la figura de la mujer chismosa (la maruja): aquella
señora cotilla, que se pasa el día metiéndose en los asuntos de los demás,
curioseando, creando chismes, contándoselos a unas y a otras, criticando por cualquier
cosa, metiendo malicia (en forma de pullitas, ironías…). Es el tópico de la
mujer aburrida, carente de vida social, que al no tener nada especial que hacer,
se dedica a comentar la vida de los demás. Aunque la copla sea caricaturizada,
este tipo de personajillos existen en la actualidad. Jajajaj
De esta manera, en la canción podemos ver cómo la gente,
siempre va a criticar (si no es por una cosa es por otra, pero siempre sacará algo
malo), y la protagonista se quede soltera y casada siempre va a salir escaldada:
-Si se queda soltera es malo (y será criticada), ya que no
es normal que una moza joven no tenga novio ni marido.
-Si se casa, también la criticará la gente (tal vez por envidia,
de ver a una chica en la plenitud de su vida con un hombre). Por eso, en la canción
se cuenta cómo la gente también juzga la relación de la protagonista con su novio,
y empieza a sacarles defectos (que si no se pegan, que si él es un cansino, que
si ella es muy simple…).
Moraleja: Se haga lo que se haga siempre habrá alguien
molesto. Hay mucha envidia y maldad por el mundo, y lo mejor es actuar como a
uno le salga del corazón sin pensar en lo que digan los demás. No podemos dejar
que las habladurías nos afecten y nos dañen emocionalmente. Esto es exactamente
lo que hará la protagonista: sentirse superior, dominar circunstancias, disfrutar,
reírse de todo…
No obstante, encontramos contradicciones en la psicología de
la protagonista: es verdad que en la canción adopta una postura de superioridad
(me da igual la gente, hago lo que quiero, paso de los chismorreos…). Sin embargo,
recordemos que ella se está casando no tanto por amor, sino para no quedarse soltera
(y evitar así que la critiquen). El propio título lo dice: Soltera yo no me quedo.
El hipérbaton (adelanto del complemento predicativo a primera
posición oracional) junto al adverbio de negación (No) permite enfatizar el
hecho de que lo importante no es casarse, sino no quedarse soltera.
Como veis, en lugar de afirmar la dualidad, (matrimonio,
noviazgo), lo que se hace es negar/rechazar la individualidad. En ningún momento
ella habla del estado de “casada”, sino que enfatiza el “no soltera”. Aunque semánticamente
son equivalentes las denominaciones “casado” y “no soltero” (el recurso se conoce
como lítotes), en la práctica, está claro que no es lo mismo: no es igual casarte
porque quieres o casarte para no quedarte soltera.
La copla se divide en tres estrofas con su estribillo, el cual
se va repitiendo casi sin variación después de cada estrofa. Lo único que varía
son los dos primeros versos del estribillo.
-Las estrofas son sextetos, es decir, están formadas por seis
versos de 18 sílabas (arte mayor). En medio del verso encontramos una cesura, de
tal forma que se divide en dos hemistiquios. El primer hemistiquio tiene 8 sílabas
(octosilábico) y el segundo hemistiquio 10 sílabas (decasílabo):
“Yo me puse en relaciones con un mocito de Badajoz”
------------------------------- --------------------------------
Hemistiquio 1......................... Hemistiquio 2
El quinto verso de cada estrofa es más corto: tiene 10 sílabas
con dos hemistiquios de 5 (Y yo a lo mío, sin distraerme).
En cuanto a la rima, tenemos asonantes (Badajoz-formó) y consonantes
(Ná-Alcalá). Cada estrofa está formada por tres pareados (AABBCC): el primer
verso rima con el segundo, el tercero con el cuarto y el quinto con el sexto.
-El estribillo está compuesto por versos de 16 sílabas
divididos en dos hemistiquios de 8:
“Soltera yo no me quedo // mandarme ya los regalos”.
---------------------------- --------------------------------
Hemistiquio 1...........................Hemistiquio 2
Los cuatro primeros versos del estribillo son dos pareados (AABB).
Los tres últimos van por libre y no riman. Además, el último verso es octosílabo
(único verso en arte menor de todo el poema):
Igual que Sansón acaba con todos los filisteos
Por más que me pongan trabas, por más que me pongas trabas
Soltera yo no me quedo
En la primera estrofa la protagonista nos cuenta que conoció
a un chico de Badajoz, se enamoró de él, y todo el pueblo empezó a poner pegas,
a criticar y a sacar defectos a esta relación.
-La locución verbal “ponerse en relaciones” da un carácter artificial
al hecho amoroso (Yo me puse en relaciones con un mocito de Badajoz). El amor,
en lugar de concebirse como algo espontáneo, natural, que surge sin buscarlo
(por circunstancias casuales de la vida), se ve como si estuviera buscado, provocado
manualmente por el sujeto. Es una visión mecanicista del amor. Es una manera de
ver cómo la protagonista se quiere casar para no quedarse soltera.
-La imagen “tronaron los cañones” junto a la metáfora “el laberinto
que se formó” enfatizan el carácter metomentodo de la gente, la cual se acaba
interesando y preocupando por cosas que no les afectan directamente. El hecho de
que la protagonista encuentre un novio provoca un sinfín de cotilleos, críticas,
conversaciones, opiniones, comentarios y chismorreos de todo tipo. Se crea un
flujo muy lioso y caótico (de ahí la alusión al laberinto) de contenido, que sale
de las bocas de la gente, con el objetivo de juzgar y aprobar esa relación.
El léxico (sustantivo “cañón”, verbo “tronar”) da fuerza al
discurso: la opinión de la gente es tan potente e importante que puede convertirse
en un arma que hace daño a los que son objeto de cotilleo. Hay gente muy débil emocionalmente
(de autoestima baja) que se puede ver muy dañada por los comentarios negativos
de los demás.
-El paralelismo (Que si el novio es un pelmazo, que si la niña
no vale) contiene los comentarios críticos de la gente, aquellos aspectos que los
vecinos desaprueban. Como veis, se recurre a un léxico coloquial y cotidiano (ser
un pelmazo, no valer nada). “No valer nada” es una expresión eufemística para decir
que la protagonista no es agraciada físicamente.
-La imagen de los panaderos haciendo la masa (Y amasaban los
guantazos los panderos en Alcalá) representa la tendencia de la gente a propagar,
a difundir, a irradiar: de cómo las noticias (en este caso cotilleos) se van transmitiendo
con fuerza (de ahí la alusión al guantazo) y al final, lo acaban sabiendo personas
de otros lugares lejanos al foco de acción (una persona se lo cuenta a otra, esta
a su madre/abuelo/tío/hermana/amigo que vive en el pueblo de al lado…este a los
vecinos).
Además, el verbo “amasar” está relacionado con la “manipulación”
(para hacer pan tienes que manipular la masa, darle forma). Las noticias, los
cotilleos, se van manipulando. La gente va inventando y añadiendo cosas por el
camino, mezclando la verdad con la fantasía, hasta dar forma definitiva al cotilleo,
el cual acaba haciendo mucho daño a las víctimas. Como veis, el poeta (Rafael De
León) tenía cada palabra muy bien pensada dentro del texto.
-La alusión al refranero popular (que el camarón se lo lleva
el río cuando se duerme) enfatiza el hecho de que a la protagonista (camarón)
se le está pasando el arroz (se queda dormida), es decir, se va haciendo mayor
y todavía no tiene novio, y por eso tiene que hacer algo para salir de la soltería
(evitar ser arrastrada por el río). ¿Veis la transfiguración entre los diferentes
elementos del refrán con la situación del yo poético?
El refrán no se ha adherido literalmente al texto, sino que ha
sufrido modificaciones para adaptarse a la métrica y al ritmo. El refrán original
es “Camarón que se duerme se lo lleva la corriente”.
La protagonista sabe que si se queda soltera será el hazmerreír
y el foco de crítica de las vecinas, de forma que no quiere dejarse ahogar por
el río (el río representa algo dañino, que en este caso es la gente, la cual no
para de crear corrientes y flujos en forma de chismes y cotilleos). Esto lo hace
por su bien, pensando que es lo mejor para ella. Las marcas de primera persona ayudan
a esto: Y yo a lo mío, sin distraerme
-Como podéis ver, la protagonista utiliza en su discurso un
imperativo en infinitivo (Mandarme ya los regalos), lo cual es un vulgarismo.
Esto enfatiza la idea de que la protagonista quiere celebrar la boda cuanto
antes, casarse lo más rápido posible. El adverbio temporal “ya” da un carácter urgente
e inmediato al acto.
La antítesis del camafeo (que es un objeto caro y valioso) y
la cuchara de palo (que es un objeto barato y poco valioso) significa que a la
protagonista le da igual el proceso de enamoramiento, los rituales y las convenciones
que rodean a las cositas del querer. Lo que le importa es el resultado, la parte
final (estar casada). El vestido de boda, los regalos, los invitados, la música,
la Iglesia…da igual. Hay que dejar de ser soltera, y por ende, dejar de ser
criticada
En la segunda estrofa se siguen sucediendo las críticas, el
rechazo y la desaprobación de la gente, pero esta vez de una manera hiperbolizada.
Las vecinas aparecen retratadas de una manera cruel, bruta, animalizada, bestial.
Se crea una caricatura alegórica en la que las críticas de la gente se representan
como si fueran ataques en un campo de guerra, una gran batalla, en el que las armas
son alcauciles (alcachofas) y macetas que tiene que esquivar la pareja: A mí Pepe
en estas luchas le dispararon un alcaucil…, Y me llueven las macetas….
“Llover” se usa en sentido metafórico (aquí no cae agua del
cielo, sino macetas). Esto me recuerda al episodio de don Carnal y doña Cuaresma
del Libro de Buen Amor (del Arcipreste de Hita), en el que las armas de batalla
eran los alimentos (Carnal usaba los productos cárnicos y Cuaresma los pescados
y las verduras).
En Soltera yo no me quedo, las armas son objetos domésticos
y cotidianos. Se crea un contraste humorístico entre este tipo de herramientas insignificantes,
con las bayonetas (que esto sí es un arma de verdad): Rodeada de bayonetas voy
por la calle con mi José.
Este contraste permite deformar la escena, teatralizarla, convertirla
en caricatura, en tebeo y provocar la carcajada. Parece que los protagonistas
están participando en una lucha contra el resto de vecinos (sus habladurías), y
deben protegerse de sus ataques. Es una visión burlesca de lo épico, como sucedía
con La pulga la semana pasada
A pesar del enfoque cómico y humorístico, esta alegoría simboliza
el dolor que puede causar la gente con sus juicios de valor, opiniones y
críticas, ya que las habladurías hacen daño a las personas afectadas: Colgada
de una garrucha quisieran muchas tener a mí.
Como veis, la alusión a un método de tortura usado por la
Inquisición representa la crueldad que puede llegar a tener la gente. Para los
que no sepáis, la garrucha consistía en atar a una persona las manos a la espalda,
y después, izarla mediante una polea, hasta el techo. Una vez la persona alcanzaba
el techo, se la dejaba caer al suelo
La protagonista y su amado, ante el carácter animalizado,
bestial y visceral de la gente, responden desde la ironía y adoptan una postura
de superioridad. El paralelismo ayuda a esto: Y me llueven las macetas, a ti la
rosa y a mí el clavel. No hace falta entrar en el mismo juego de los vecinos y ponerse
al mismo nivel. No hay que dejarse afectar por lo que digan las cuatro marujas
del barrio. Al revés…hay que saber reírse de estas cosas, mirarlas con humor. Hay
que tener capacidad de resistencia, de saber aguantar (idea estoicista) y no dejar
que esas críticas penetren en nuestra mente: Que en las batallas, si no hay aguante,
te dan julepe. De nuevo, se recurre a un elemento de la cultura popular. El
julepe es un juego de naipes, y como en todos los juegos de cartas, la
resistencia es el mejor método para vencer.
La protagonista, ante las críticas y ataques de la gente, lo
que hace es adoptar una actitud optimista, divertida, lúdica, epicureísta (muy
del Carpe Diem), de disfrute de la vida con un toque alocado y de derroche: Voy
a gastar membrillo, tres mil duros amadeos que tengo bajo un ladrillo. En una
época en la que no había bancos, la gente guardaba su dinero en cualquier lado
de la casa (en el colchón, en un ladrillo…).
Mientras que en la segunda estrofa las críticas de la gente
se metaforizaban de una manera caricaturesca, hiperbolizada y deformada (la alegoría
de las alcachofas y las macetas), en la tercera estrofa serán críticas más
verosímiles y ultrarrealistas.
Cuando la gente critica a una persona por algo concreto (en este
caso, por el novio), una actitud habitual de la masa consiste en extender y ampliar
esa crítica a más aspectos de la persona. Empiezan por el novio y acaban
criticando el resto de tu vida (que si no sabe llevar bien la casa, que es muy desordenada,
que no limpia bien, que es una cornuda, que es poco generosa, que es antipática…).
Al final, cuando te cae mal una persona la acabas criticando por todo, dejando
de lado el motivo inicial de la crítica. Eso es lo que pasará en la tercera estrofa.
Las vecinas pondrán a parir a la protagonista por diferentes
aspectos de su vida diaria. En esta estrofa, la copla adquiere un léxico costumbrista
y cotidiano.
La gente despellejará a la chica por el ajuar: Ya me critican
hasta el ajuar, marcelina piel morena, las sabanillas y la almohada. El ajuar,
era el conjunto de enseres y ropas que aportaba la mujer al matrimonio (sábanas,
toallas, fundas de almohadas, cojines, manteles, servilletas…). Las abuelas
solían hacer ajuares para las nietas y los regalaban cuando se iban a casar.
Por lo que se ve, las vecinas, se ponen a criticar el ajuar de la protagonista (que
si las sábanas y las almohadas son de un color muy feo y ella tiene muy mal gusto).
Los motivos de crítica resultan cada vez más banales e intrascendentes
(la critican por detalles cada vez más tontos): que si el colchón tiene hoyos (de
lo viejo que está), que si la cama tiene unos remates (en forma de peonza, llamados
perindolas) que son muy feos, que si la azalea (una planta) que tiene en el dormitorio
no es natural…
Como veis, las vecinas se meten en aspectos cada vez más insignificantes
de su vida privada (en este caso, de aspectos relativos a la casa, haciendo ver
que la chica es un desastre como ama de casa).
Al igual que ocurría en la segunda estrofa, la protagonista
hará oídos sordos y decidirá ignorar y adoptar una postura de superioridad: Ay,
que tole, tole, vaya jolgorio, mas yo p’alante con los faroles de mi casorio.
Ella prefiere dedicar atención a las cosas que son importantes
y forman parte de SU vida (su casa, su pareja…), en lugar de gastar tiempo con
las vecinas. De ahí que haga planes y proyectos de vida, haciendo ver que tiene
ilusiones (al contrario que las vecinas, que tienen una vida vacía). ¿Cuáles
son esas ilusiones? Tener hijos (luego la parejita) y viajar, hacer cosas, tener
aventuras en lugares exóticos, divertirse, tener emociones fuertes (Nos vamos a
ir en trineo, igual que los moscovitas).
El contraste resulta llamativo y provoca cierta carcajada, ya
que compatibilizar la vida familiar (que normalmente conlleva una serie de ataduras,
sobre todo, cuando los niños son pequeños) con una vida alocada y de emociones fuertes,
como ella propone, no era tan fácil. En cierta medida, adopta una postura de
soñadora, que tiene como objetivo vencer a las críticas vecinales, haciendo ver
que lo importante es disfrutar de la vida, tener experiencias, aprovechar el
tiempo en cosas productivas (Carpe Diem).
A pesar de esta actitud de “a mí no me afectan las críticas”,
“la gente me da igual”, “que digan lo que quieran”, en el estribillo vemos que
la protagonista no es coherente con sus principios, ya que se está casando por
evitar la soltería (en lugar de por amor).
¿Y por qué hace esto? Ella mismo lo dice: por evitar las críticas
de las vecinas, ya que no quiere ser el centro de atención: Tendría a las cotorronas
a gala y satisfacción si vieran a mi persona sentada en el poyetón.
Como veis, gracias a la metáfora, las vecinas se identifican
con las cotorras. Las cotorras son unas aves (parecidas a los loros), que se pasan
todo el tiempo emitiendo una especie de cante en forma de graznidos o chillidos.
Incluso pueden vocalizar y llegar a pronunciar algunas palabras. Al igual que estas
cotorras no paran de cantar, las vecinas no paran de hablar y de criticar. De ahí esa identificación. El sufijo –ona le
da un carácter despectivo a las vecinas (cotorrona).
La expresión “sentarse en el poyetón” es típica de zonas rurales.
Se utiliza en un registro coloquial, y significa “quedarse soltera”. En muchas
coplas aparece esta expresión, así que guardarla en el “diccionario coplero” jajajjaa.
Para la protagonista, salir del estado de soltería se convierte
en su máxima aspiración. Es capaz de hacer cualquier cosa y superar todas las
barreras y obstáculos posibles con tal de tener un novio. Por eso se compara con
Sansón, héroe bíblico: Igual que Sansón acaba con todos los filisteos, por más
que me pongan trabas, soltera yo no me quedo
Sansón representa a la típica figura hercúlea, fuerte, musculosa,
capaz de llevar a cabo hechos extraordinarios y épicos como derrotar a leones, tirar
un edificio con sus propios brazos o acabar contra todo un ejército (el de los
filisteos).
Resulta curioso que dos coplas cómicas (Compuesta y sin novio
y Soltera yo no me quedo) incorporen referencias culturalistas. La protagonista,
como Sansón, quiere conseguir un objetivo (en este caso, dejar de ser soltera)
empleando sus propias capacidades y habilidades.
En cuanto al lenguaje, encontramos muchas licencias coloquiales
y dialectales. Hay síncopas (panaeros), apócopes (ná, pá, almohá, sentá, colgá,
rodeá) y contracciones fonéticas (p’alante).
Las reiteraciones ayudan a marcar el ritmo y la musicalidad
(por más que me pongan trabas), al igual que las anáforas, pues muchos versos
empiezan por la conjunción “y” (y tronaron…, y amasaban…, y colgá de una garrucha…,
y me llueven las macetas). Esto permite remarcar con más rotundidad y decisión
los diferentes contenidos que proyecta el yo poético.