Y de una copla pregonera como la del día anterior, pasamos a
un tema costumbrista, teñido de algunos elementos humorísticos y jocosos. Si hace
unas semanas aludíamos a uno de los platos más conocidos de la gastronomía española
(el cocido madrileño), hoy nos tocará homenajear a otro clásico de nuestra mesa,
sobre todo, ahora que estamos en el buen tiempo: El gazpacho. Este sabrosísimo
y refrescante plato dará título a un tanguillo que popularizó Juanita Reina en
el año 1942.
En la tarde de verano,
cuando aprieta la caló
y va cayendo de plano
desde los cielos el só;
si quieres tener frescura,
si quieres tener salú,
apaga la calentura
con un gazpacho andalú.
Y maja, majando, vas en el dornillo,
llevando y llevando compás de tanguillo.
Si quieres hacerlo con más alegría,
le das al moverlo,
le das al moverlo tiempo o bulería.
Y maja, majando vas en el dornillo
llevando y llevando compás de tanguillo.
Si quieres hacerlo con más sensación,
le echas clavo, pimienta molía
y explotas mi vía, iguá que un cañón.
Cuando tengas una suegra
que te quite la razón
y que te ponga más negra
que una mina de carbón;
si eres mujer de buen tino
le das en la digestión
un gazpacho con pepino
y verás que reventón.
Y maja, majando, vas en el dornillo,
llevando y llevando compás de tanguillo.
Si quieres hacerlo con más alegría,
le das al moverlo,
le das al moverlo tiempo o bulería.
Y maja, majando vas en el dornillo
llevando y llevando compás de tanguillo.
Si quieres hacerlo con más sensación,
le echas clavo, pimienta molía
y explotas mi vía, iguá que un cañón.
Si te ronda un tarambana
que nunca te deja en pá
y se pasa en tu ventana
el día y la madrugá;
para que al pobre muchacho
no se le ocurra volver
atrácale de gazpacho
y habla un poquito con él.
Y maja, majando, vas en el dornillo,
llevando y llevando compás de tanguillo.
Si quieres hacerlo con más alegría,
le das al moverlo,
le das al moverlo tiempo o bulería.
Y maja, majando vas en el dornillo
llevando y llevando compás de tanguillo.
Si quieres hacerlo con más sensación,
le echas clavo, pimienta molía
y explotas mi vía, iguá que un cañón.
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Métricamente, la canción se compone de tres estrofas, cada una
de las cuales está formada por la unión de dos cuartetas en versos octosílabos,
donde rima el primer verso con el tercero y el segundo con el cuarto (abba). Los
estribillos constan de diez versos dodecasílabos, excepto el cuarto que es hexasílabo
(pie quebrado). Siguen este esquema de rima: AAB-BAACBC. Mientras que la primera estrofa y los estribillos
se acercan al realismo, la segunda y la tercera estrofa son más humorísticas.
El comienzo de la copla resulta muy medievalizante y arcaico
en cuanto al lenguaje. La musicalidad del verso octosilábico, el empleo del
sustantivo calor en femenino (“la calor”, que en la Edad Media se usaba
así), y la descripción de un ambiente de tiempo soleado, nos recuerda al comienzo
del famoso “Romance del prisionero” (que por mayo era por mayo cuando hace el calor…).
¿No os “suenan” los dos primeros versos de la copla muy parecidos a este romance?
(“en la tarde de verano cuando aprieta el calor”).
En la canción se hace alusión a la tarde, al momento en que el
Sol empieza a bajar en el cielo. Sería más o menos la hora de la sobremesa, después
del mediodía (que es cuando el astro rey empieza a caer). Justo a esta hora es
cuando hace más calor en verano (la hora de la siesta). Todo esto se enfatiza
muy bien mediante la metáfora del descenso del Sol en hipérbaton (“va cayendo
de plano desde los cielos el Sol”).
En estas horas de máximo apogeo del calor es cuando la gente
necesita refrescarse. El yo poético, se dirige a los receptores de la copla mediante
la segunda persona del singular (quieres) y les aconseja que la mejor forma de aliviar
el calor consiste en beberse un buen vaso de gazpacho fresquito. Esto se refleja
con el paralelismo: “si quieres tener frescura, si quieres tener salud, apaga la
calentura con un gazpacho andaluz”. Se da una visión del gazpacho como elemento
regenerador, fortalecedor, incluso como una medicina que permite curar los
males que provoca las calenturas del verano
En la segunda estrofa el costumbrismo se tiñe de comedia y afán
lúdico. Para ello, la copla recurre a un motivo bastante extendido y caricaturizado
en la vida cotidiana, como es la figura de la suegra. Las relaciones entre la
suegra y la nuera se han convertido en un estereotipo de rivalidad, de llevarse
como el perro y el gato, ya que ambas compiten por el amor de un mismo hombre (amor
de madre VS amor de esposa). De ahí que se haya creado un mito aceptado por todo
el mundo (las suegras y las nueras se llegan a matar) a pesar de su arbitrariedad
y su poco asentamiento científico (nadie sabe la causa exacta, pero todo el mundo
da por supuesto que las nueras y las suegras nunca se llevan bien).
En las coplas cómicas como esta, es bastante común recurrir
a este tipo de sabiduría popular y hacer humor con ella. A la gente le gusta que
las canciones tomen elementos aceptados por el mundo, y se divierte al verlos plasmados
en la letra. Se establece una comparación bastante coloquial e hiperbólica para
reflejar el hecho de cómo la suegra puede llegar a sacar de quicio (“cuando
tengas una suegra que te quita la razón, y que te ponga más negra que una mina
de carbón”).
La voz poética se pone en el lugar de la nuera, para buscar
complicidad y cercanía con el receptor joven (en plan…sé lo pesada que puede ser
una suegra…yo os entiendo y compadezco), pero de manera sana, nunca con una pretensión
de meter cizaña o malicia (ya que esta copla es un juego inofensivo). Los
verbos en segunda del singular (tengas), las marcas pronominales (te ponga, te
quite) y las oraciones condicionales (“si eres mujer…”, “si quieres…”) enfatizan
la familiaridad y naturalidad expresiva y permiten ver la canción como una serie
de consejos o instrucciones para conseguir una pretensión (un beneficio) de
gran empatía pero poca trascendencia vital
¿Y qué relación tiene el gazpacho en todo esto? El gazpacho
es un plato que requiere una buena capacidad de medición y distribución de sus
ingredientes. Para que el plato salga bien, hay que utilizar la cantidad exacta
de especias (tomate, pepino, pimienta, sal…), sin pasarse ni quedarse corto. Por
eso el yo poético, en plan jocoso, dice que si una nuera quiere fastidiar a su suegra,
lo mejor es preparar un gazpacho con mucho pepino, para que quede demasiado avinagrado
y le provoque molestias y ardores en el estómago: “si eres una mujer de buen
tino, le das en la digestión un gazpacho con pepino y verás que reventón”.
Como veis, el realismo se tiñe de locura y humor que roza la
exageración (se busca la carcajada a partir de imágenes casi patéticas). Si en
la primera estrofa el gazpacho se veía como un remedio para la salud, aquí se
ve como un arma arrojadiza (que provoca “males” a la suegra). Esta antítesis permite
enfatizar el carácter satírico del tema, y a la vez homenajear el plato (se ve
como algo multifuncional y de gran utilidad, capaz de provocar todo tipo de efectos,
buenos y malos).
La tercera estrofa continúa el carácter jocoso de la segunda,
con un cambio en el arquetipo de personajes: si antes, se lanzaba pullitas a la
figura de la suegra, ahora se aludirá al tarambana, que es un tipo de persona cansina,
pesada, alocada, informal con muy poco juicio, que no para de seguirte por
todas partes: “si te ronda un tarambana que nunca te deja en paz, y se pasa en
tu ventana el día y la madrugada”. La antítesis “día” y “madrugá” contribuye a
la hipérbole y la caricatura de este tipo de personajes, ya que están fastidiando
y dando por saco a todas horas.
Las marcas pronominales y de posesión de segunda persona (te
ronda, te deja, tu ventana), y la subordinada condicional (si te ronda…) marcan
la empatía del yo poético con el receptor, dándole consejos con mucha guasa. Los
cuatro primeros versos de la tercera estrofa, como podéis ver, están en paralelismo
con los cuatro primeros de la segunda.
Una vez se presenta al arquetipo, se volverá a hacer alusión
al gazpacho. ¿Y cuál es el papel que tiene el gazpacho con este tipo de personas
cansinas? El gazpacho es un plato muy adictivo, que si bebes en cantidades justas
te deja un buen sabor de boca. Sin embargo, si bebes más de la cuenta, es un plato
que acaba empalagando, pues su sabor es muy fuerte, y se acaba repitiendo mucho
en la garganta. De hecho, os animo a beber mucho gazpacho. Veréis que llega un
momento que el sabor a tomate y el ajo se acaban quedando durante muchas horas
en la boca (vuestro aliento acaba oliendo a gazpacho durante unas horas). Se
establece un doble juego entre lo cansino que es un personaje de este tipo, con
lo cansino que puede llegar a estar el gazpacho si se bebe en cantidades desproporcionada.
Por eso la copla dice que para ahuyentar a una persona cansina,
lo mejor es hincharle a gazpacho, que le huela un poco el aliento y así tienes una
excusa para dejarlo: “para que al pobre muchacho no se le ocurra volver, atrácale
de gazpacho y habla un poquito con él”.
El epíteto “pobre” lo que hace es reducir el componente crítico
a favor del componente lúdico (la copla no es una crítica feroz a personajes
tipo, sino un juego inofensivo que busca hacer reír a partir de situaciones
cotidianas un poco inverosímiles y exageradas). El imperativo (atrácale) y el
diminutivo (un poquito) crean afectación y dan un carácter coloquial al tema.
El estribillo posee un carácter más costumbrista y festivo,
que jocoso y humorístico. Se hace alusión al proceso de preparación del gazpacho.
Las reiteraciones (maja majando, llevando y llevando) reflejan el carácter mecánico
a la receta (realmente, para preparar un gazpacho hay que aplicar una técnica y
seguir unos pasos).
El léxico de esta parte de la copla se refiere a palabras que
tienen que ver con el campo semántico de la cocina, sobre todo, las especias para
preparar el gazpacho (clamo, pimienta molida) y los utensilios (el dornillo, que
es una especie de mortero grande, que sirve para majar los condimentos empleando
un mazo de madera).
Un tópico bastante recurrente en textos instructivos consiste
en concebir el éxito como una mezcla de técnica (conocimientos, destrezas, recursos,
ingredientes para hacer gazpacho) con corazón, espíritu, amor por el trabajo, ganas,
optimismo (hacer las cosas con alegría y actitud positiva). Por eso, se
establece una vinculación entre el proceso de hacer gazpacho, con la alegría, el
vitalismo y las ganas de vivir que transmite el tanguillo como género musical: “Y
maja, majando, vas en el dornillo, llevando y llevando compás de tanguillo. Si
quieres hacerlo con más alegría, le das al moverlo tiempo o bulería”. Para que
el gazpacho salga bien, hay que ponerle también actitud a la aptitud.
El lenguaje resulta coloquial y espontáneo, sin florituras. Hay
tendencia a la elisión de la consonante final: so(l), salú, andalú, iguá, pa(z).
La sintaxis es muy prosaica y llana (las oraciones condicionales parecen sacadas
de un texto instructivo expositivo).
La voz poética adopta una actitud lingüística conversacional
(nos está hablando de las cosas que se pueden hacer con un gazpacho, a modo de
consejos, como si estuviera hablando con un amigo de toda la vida).
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