Hoy vamos a analizar una canción de El Titi, que versa sobre un tema que está de rabiosa actualidad: el cotilleo, el critiqueo, los chismes, la gente que no para de hablar de los demás, que quiere enterarse de todo, que busca los tres pies al gato, que se le va la vida en querer saber del devenir de las personas de alrededor. Si estáis hasta las narices de todas estas cosas, seguro que con el tema de hoy más de uno se va a sentir identificado. La copla fue compuesta en el año 1976 y se titula Mi vida privada.
No puedo con la gente
Que tiene hipocresía
Es un tema latente
De cada y cada día
Se meten en mi adentro
Para saber de mi
Y yo cada momento
Suelo decir así
Pero porque porque porque
Quieres tu saber mi vida privada
Pero porque porque poque
Si a nadie a nadie
Le importa nada
Yo soy como un tal peregrino
Que no sabe caminar
Si yo sigo mi camino
Igual que los demás
Pero porque somos así
Y no nos damos cuenta
Que antes de criticar
Debemos de mirar
Y darnos una vuelta
Porque es pecao mortal
Hablar de los demás
Y Dios lo tiene en cuenta
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El inicio del poema resulta contundente. El yo poético muestra su disconformidad con la actitud de la sociedad: no puedo con la gente que tiene hipocresía. La hipocresía es una cualidad negativa (un defecto) que consiste en fingir o pretender cualidades y sentimientos que realmente no se tienen. Es la falsedad de una persona en sus acciones o palabras. Para quedar bien dice una cosa, cuando realmente piensa la contraria. Lo típico: ves a alguien, te alaba, te elogia y luego, cuando no estás, te lanza los cuchillos y te pone a parir
La expresión roza la hipérbole y el dramatismo (no puedo con la gente), con el objetivo de dar un tono intenso al contexto. El yo poético no puede aguantar/soportar esa situación. Le duele y le indigna ver esas cosas.
Mediante la oración copulativa (es un tema latente) y la reiteración temporal (de cada y cada día) se marca este modo de ser o de actuar de la sociedad como algo habitual, cotidiano, normal. Es el pan de cada día. La gente, por naturaleza, es así. No se puede hacer nada por evitarlo. Es innato.
La metáfora (se meten en tu adentro para saber de ti) ayuda a intensificar el carácter metomentodo y cotilla del ser humano: quieren enterarse de los entresijos de tu día a día, qué haces, con quién, cuándo, cómo, dónde…en todos los detalles.
El protagonista se mantiene impasible, imperturbable ante ese modo de actuar de la gente. No le afecta. A pesar de los comentarios/críticas/bulos/qué dirán, él ha aprendido a ser feliz y a convivir con ese contexto tóxico: y yo vivo contento y así suelo decir. Evidentemente, le puede doler y enfadar, pero dentro de eso, no va a consentir que esto le provoque un terremoto en su vida.
Mediante la interrogación retórica y el paralelismo del estribillo el yo poético se pregunta por la causa de este comportamiento social: pero por qué, por qué y por qué, quieren saber de mi vida privada. Por qué, por qué y por qué, si a nadie, nadie le importa nada: nexo causal (por qué) + oración (quieren saber/si a nadie le importa nada)
No entiende cómo puede haber gente que necesite empaparse de esta manera de la vida de los demás. Mediante las partículas negativas (nadie, nada), muestra como injustificable, ridículo o absurdo la conducta de la gente. No tiene sentido que haya personas que necesiten vivir para/por la vida de los demás. Cada uno tiene su vida (que ya es bastante amplia). ¿Por qué esa urgencia de querer dar prioridad a temas que no te incumben ni repercuten en tu existencia? ¿Te aporta algo saber que Fulanita está con Menganito, o que Menganito ha roto con su esposa?
Las reiteraciones (por qué, por qué y por qué) dan dramatismo al tema. Aunque él intenta no dejarse afectar, como a todo el mundo le duele y le indigna esa situación. Se dota de fortaleza, busca ser feliz, como si nada pasara, pero como a todo hijo de vecino es un trago desagradable saber que estás en boca de los demás. Hay como un conflicto interno dentro del yo: se hace el fuerte, dice que él es feliz, que pasa de todo…pero luego lo vemos quejándose, pasándolo mal, clamando contra la gente. Adopta una postura muy realista y humanizada. Y las dos cosas pueden ser compatibles: puedes estar feliz con tu vida, pero a la vez, dolerte tener que soportar los comentarios ajenos. Una cosa no quita a la otra
El yo recurre a la comparación clásica manriqueña/machadiana de la vida como senda. Vivir es ir haciendo un camino: yo soy cual peregrino sin dejar de caminar y sigo sin destino sin herir a los demás. ¿Y cuál es la forma de plantear su vida? Seguir su camino sin invadir el de los demás. La vida es un acto individual. Cada uno vive la suya, construye su historia, escribe su libro. No necesita poner patas arriba las sendas ajenas. Eso no significa aislarse…simplemente no quiere interferir en otros caminos. Dejar en paz a cada uno para que viva su vida.
La reflexión del protagonista fluye mediante interrogaciones retóricas, en las que intenta buscar una respuesta a ese carácter entrometido que lleva el ser humano inherente en la sangre. ¿Por qué somos así? Mediante la primera persona del plural involucra a todo el mundo en su reflexión. Quiere compartir su pensamiento con todos nosotros y hacernos pensar un poquito.
La fuerza argumentativa es alta. El yo recurre a razones convincentes, claras y rotundas, que conforman verdades como puños. El ser humano tiende a criticar todo lo que ve en los demás. Pero es que eso mismo que está criticando, son defectos propios de la persona criticona (y esta no se da cuenta). Criticamos a los demás las mismas cosas que nosotros también hacemos. Juzgamos, valoramos y calificamos sin mirar nuestra propia vida. Se ve antes el defecto ajeno que el propio. Los tres últimos versos son como una moraleja o moralina que podemos extraer de esta canción: que antes de criticar debemos de callar y darnos una vuelta. Antes de juzgar, vamos a mirar en nuestra vida que también tiene tela!!!!!!!!!
Es como una lección de vida. Qué fácil es hablar mal de otro y resulta que nosotros cometemos los mismos (o peores) defectos!!!!!!!! Todo el mundo tiene mucho que callar. Y en lugar de criticar al de al lado, ya podríamos mirar lo que tenemos alrededor, que también hay material que comentar jajjajajaa ¿Cuántas veces hemos visto a la típica vecina cotilla criticando que la hija de Fulanito siempre está cambiando de novio, cuando ella tiene una hija que hace exactamente lo mismo? Cuánto cuesta mirarnos a nosotros mismos!!!!!!
En el segundo estribillo, encontramos algunos cambios respecto al primero:
-La metáfora de la vida como senda es sustituida por otra muy parecida: el ciclo existencial como navegación marítima: yo soy un barco sin rumbo sin dejar de navegar
-El yo poético se dirige explícitamente al receptor mediante el pronombre de segunda persona (tú) y le pide, por favor, hacer su vida sin tener que meterse en la de los demás, como hace él: si yo vivo mi mundo, tú puedes hacer igual. La subordinada condicional con tiempos de presente (vivo, puedes) acerca el contenido a la realidad. Es posible, factible, hay esperanzas de que el ser humano pueda cambiar esta actitud y dejar de meterse donde no le importa. El yo ve que hay posibilidad de mejora. Si él es capaz de hacerlo, cualquiera podría
-Y por último, el protagonista asocia esta manera de actuar con el pecado y la falta de moral: que es pecado mortal, hablar de los demás y Dios lo tiene en cuenta. Se proyecta la imagen de una divinidad que juzga y castiga al que comete deslices…nada que ver con la visión medieval de la virgen de los Milagros de Berceo. El yo recurre a la religión católica como argumento para intentar convencer a la gente de que no merece la pena portarse así y ser tan cotilla. A base de miedo, también puede conseguir un efecto deseado.
La estrofa principal consta de dos cuartetas: cuatro versos de arte menor que riman primero con tercero y segundo con cuarto: 7a 7b 7a 7b
Cada estribillo va encabezado por un serventesio: cuatro versos de arte mayor que riman primero con tercero y segundo con cuarto: 9A 11B 9A 10B.
Después de este serventesio, se suceden una cuarteta (8a 8b 8a 8b), un verso suelto (¿Por qué somos así?), y una redondilla (cuatro versos de arte menor que riman segundo con tercero y primero con cuarto: 8a 8b 8b 8a).
El segundo estribillo es rematado por una tercerilla (tres versos de arte menor): 7a 7a 7-
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