viernes, 24 de junio de 2022

Me voy (Julieta Venegas): una despedida racionalizada y desdramatizada

El 28 de marzo de 2006 salía a la venta el cuarto álbum de estudio de la cantante mexicana Julieta Venegas, bajo el título de Limón y Sal. El primer sencillo, Me voy, se convirtió en el tema más exitoso. Esta mezcla de pop-rock y ranchera, producida por Cachorro López, fue número uno en ventas en Italia, España, México y Argentina, aparte de estar nominada para los Grammy Latino y alcanzar buenos puestos en el Hot Latin Songs y el Billboard. 



Porque no supiste entender a mi corazón

Lo que había en él
Porque no tuviste el valor de ver quién soy
Porque no escuchas lo que está tan cerca de ti
Sólo el ruido de afuera y yo
Que estoy a un lado, desaparezco para ti
No voy a llorar y decir
Que no merezco esto
Porque
Es probable que
Lo merezco, pero no lo quiero, por eso me voy
¡Qué lástima, pero adiós!
Me despido de ti y me voy
¡Qué lástima, pero adiós!
Me despido de ti
Porque sé que me espera algo mejor
Alguien que sepa darme amor
De ese que endulza la sal y hace que salga el sol
Yo qué pensé, nunca me iría de ti,
que es amor del bueno, de toda la vida
Pero, hoy entendí que no hay suficiente para los dos
No voy a llorar y decir
Que no merezco esto
Porque
Es probable que
Lo merezco, pero no lo quiero por eso me voy
¡Qué lástima, pero adiós!
Me despido de ti y me voy
¡Qué lástima, pero adiós!
Me despido de ti
I-i-i, i-i-i-i (Ah-ah)
I-i-i, i-i-i-i
Me voy
¡Qué lástima, pero adiós!
Me despido de ti y me voy
¡Qué lástima, pero adiós!
Me despido de ti y me voy
¡Qué lástima, pero adiós!
Me despido de ti y me voy
¡Qué lástima, pero adiós!
Me despido de ti y me voy
......................................................................................

La canción habla de la despedida entre dos enamorados. Ella no se siente valorada, ya que él no le puso la suficiente atención al dar prioridad a otras personas y cosas. Por consiguiente, la protagonista piensa que lo mejor es dejar la relación y hacer su propio camino. Aunque le duela dejar escapar al novio, cree que es lo más honesto a su filosofía de vida: no merece la pena estar con una persona que no te quiere lo suficiente, o al menos, no te ama de la misma forma que tú lo amas. No quiere sufrir. Ella considera que merece a alguien mejor y algún día encontrará a una persona que la comprenda y la entienda. 

Mediante la subordinada causal, el yo poético alega una serie de razones que expliquen el motivo de la ruptura: porque no supiste entender a mi corazón.../porque no tuviste el valor de ver quién soy.../porque no escuchas lo que está tan cerca de ti...

Las estructuras en paralelismo representan el raciocinio de la mente femenina. Ella no habla desde el odio, la venganza, la visceralidad o el rencor (vete a la mierda), sino desde la razón, la reflexión y la madurez, pensando en su propio bienestar emocional, y por supuesto, en su amor propio: nexo (porque) + adverbio negativo (no) + verbo perceptivo (supiste/tuviste valor) + complemento (a mi corazón/ de ver quién soy)

La decisión de abandonar al novio está motivada por una serie de razones concretas y objetivas, enfocadas en su propia salud mental, en plan ¿Para qué voy a pasar mi vida sufriendo por esta persona si ella hace su vida y no me valora? En este caso, la cabeza se ha impuesto al corazón. Aunque lo sigue queriendo, ella va a pensar en sí misma y en lo que es mejor para su futuro. Si esta persona no me da lo que yo quiero...¿Qué sentido tiene estar con ella?

Por tanto, vemos a un yo poético hablando con propiedad, con las ideas claras, sabiendo lo que quiere, analítico, con la mente en su sitio, sin caer en el sentimentalismo superficial, sin dejarse llevar por las emociones desbordadas, sin reprochar nada, dando pasos firmes desde el autoconocimiento. Las situaciones conflictivas y polémicas se resuelven desde la calma y el entendimiento. No hace falta llorar, gritar, herir o culpar. En ningún momento vemos emociones negativas o nocivas hacia el amado. Él no le da lo que ella quiere, y ella asume dignamente que no es su lugar, y se va. 

La incompatibilidad es la causa principal de la ruptura. Él tiene sus prioridades (el ruido de afuera). El ruido funciona como metáfora de lo superficial, de aquello que proporciona placer inmediato, y a veces, nubla lo que hay alrededor. Para él, lo más importante es el mundo exterior. Prefiere pasar el tiempo con otras personas, haciendo otras cosas. La amada no es el elemento primordial de su vida. Los intereses, prioridades e inquietudes del amado son otros. 

Ella busca una relación profunda. Él no está preparado para ofrecerle profundidad. Por tanto, se crea un contexto de incompatibilidad. A pesar del amor que pueda existir entre ambos, son dos seres diferentes. Basan su felicidad y plenitud en cosas distintas. Ella, a través del intimismo trascendental (espiritualismo). Él, a través del superficialismo sensorial (materialismo)

El choque en las filosofías de vida se plasma en el verbo cognitivo: no supiste ENTENDER en mi corazón lo que había en él. El amado no ha sabido captar la concepción del mundo de la amada. 

El corazón posee valor metonímico: se alude a una parte concreta del cuerpo (órgano vital) en lugar del todo (alma, psiqué, espíritu). Ya os he dicho alguna vez que esto sustenta sus bases en teorías médicas. En la Edad Media se creía que el corazón era el lugar que albergaba las emociones humanas. Por eso es normal que el corazón se use como sinónimo de alma

A veces, la acumulación de oraciones negativas da al soliloquio una impronta de reproche (no tuviste el valor de ver quién soy.../no escuchas lo que está tan cerca de ti...). El yo poético quiere dejar claro al amado las razones de la ruptura. No es un berrinche o pataleta porque no le haga caso, sino que hay un fondo importante: estar con una persona que no puede darte lo que tú necesitas no es bueno para la salud mental. Solo traería pena y sufrimiento. No tiene sentido estar con alguien que no aporta nada a tu vida. Lo más honesto y coherente es que cada uno haga su vida hasta encontrar a esa persona que te dé plenitud. 

La amada señala los "errores" que ha cometido el amado y le han hecho plantearse las cosas: ha estado más pendiente del mundo exterior que de ella, no se ha esforzado por conocerla, no la ha valorado lo suficiente, no ha conseguido captar su esencia como ser humano concreto. En definitiva, no le da lo que ella busca. 

Ella siente que no tiene espacio en la vida de él. Aunque oficialmente sean pareja y estén juntos, él pone por encima otros intereses. De ahí la metáfora de la esfumación: y yo, que estoy a un lado, desaparezco para ti. Estar físicamente cerca de la persona que quieres no significa sentirse realizado. Si no recibes cariño/afecto/empatía/comprensión de una persona, da igual que la veas todos los días. 

Las expresiones "estar a un lado" y "desaparecer" tienen valor antitético. Al mantener una relación, hay un contacto físico más o menos cercano. Sin embargo, emocional, mental y psicológicamente se encuentran muy lejos uno del otro. No se genera correspondencia emocional, ya que él no le da a ella lo que necesita, pues tiene otros intereses y prioridades (que no se concretan en la canción). 

En lugar de caer en el dramatismo ante la ruptura, la amada se refugia en el amor propio para superar la situación. Regocijarse en el pasado no es la solución. Lo vivido, vivido está. No sirve de nada amargarse por lo que dejas atrás. Hay que mirar al futuro, tal como se refleja en la oración subordinada sustantiva de complemento directo con verbo cognitivo: sé que me espera algo mejor. 

El yo poético adopta una actitud esperanzadora. La decepción amorosa no hay que mirarlo como algo negativo. Significa que esa persona no es para ti, no te proporciona el bienestar mental que tú quieres. Escapar de una situación que te hace daño es una acción positiva, que demuestra el amor hacia uno mismo. Si quieres que te quieran, lo primero que tienes que hacer es empezar a quererte a ti mismo. 

Por tanto, si dejar a tu amado supone alcanzar una situación de tranquilidad espiritual contigo mismo, la decisión está bien tomada. Es el primer paso para encontrar a la persona adecuada para ti. El verbo en subjuntivo sintomatiza la dificultad del proceso (alguien que SEPA darme amor). Ella tiene claro que el novio no era la persona idónea. Encontrar a tu alma gemela en un mundo real es complicado. A veces ni se materializa. El subjuntivo es el modo de lo mental, lo hipotético. En su mente, la chica sabe lo que quiere. Después, lo encontrará o no lo encontrará en la vida real, pero ella tiene las ideas claras y mantiene la esperanza de algún día amará a alguien que le llene

El amor pleno se representa con metáforas relacionadas con la luz (hace que salga el sol) y el sentido del gusto (endulza la sal). Cuando estás enamorado, la realidad se percibe desde otra óptica. El mundo resulta más alegre, colorido, entusiasta, sabroso, oloroso, festivo...Las realidades negativas (oscuridad, amargura...) se transforman en positivas (luz, dulzura...)

Cuando conoces a alguien que te gusta crees que esa persona puede ser la definitiva: vas a estar siempre con ella, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de tu vida. El conocimiento superficial crea ilusiones e idilios en la mente, que luego, el paso del tiempo, la interacción y la convivencia los acaba atenuando. 

La voz poética quedó encandilada con las virtudes del amado. Eso le hace crearse una película feliz, de hadas y príncipes: y yo que pensé que nunca me iría de ti, que es amor del bueno, de toda la vida. Al principio, cuando te falta conocimiento de la psicología de alguien, todo es Jauja, proyectos, ilusiones...

Sin embargo, a medida que profundizamos en la interacción con una persona, salen también a relucir sus defectos, aquellos aspectos que no resultan tan compatibles con nuestras concepciones vitales. Y ahí surge el conflicto, el choque. Nos damos cuenta de que hay incompatibilidad en la manera de plantear las cosas con esa persona que quieres. Y si esto genera insatisfacción, dolor, o cualquier tipo de sensación negativa, no tiene sentido seguir adelante con el proyecto vital.

La protagonista hace un análisis y reflexión de la situación y se da cuenta de que es absurdo estar con una persona a la que no le interesas, o al menos, que no le interesas de la misma manera que tú a ella: pero hoy entendí que no hay suficiente para los dos. Está claro que cada uno debe seguir la vida por caminos diferentes, pues tienen intereses distintos. Eso hace que ella no se sienta valorada, y por su tranquilidad mental, decida cortar por lo sano de una manera madura y serena.

Se trata de una ruptura desdramatizada, sin victimismos/lágrimas/gritos, tal como se manifiesta en la perífrasis verbal de intención (no voy a llorar y decir que no merezco esto). El fracaso amoroso no tiene que ser un proceso traumático y doloroso. La protagonista pasa por él de manera voluntaria. Las marcas de primera persona reflejan su decisión de forma clara y rotunda (pero no lo QUIERO, por eso me VOY). 

Ella elige este camino pensando en su propia estabilidad emocional: no va a sufrir más, estará en paz consigo misma al demostrar amor propio, en el futuro quizá conozca a una persona que se adapte a sus planteamientos vitales y la valore como ella merece, y por fin pueda alcanzar la plenitud.

Si cortar con el chico supone una mejora de su situación anímica y personal en el futuro, y sobre todo, de su satisfacción consigo misma (se protege por sí sola, no es dependiente de nadie, mira por su propio bien, hay amor hacia si misma...), al final, no ha sido tan malo llevarse el desengaño: es probable que lo merezco...Ya lo dice el refrán: no hay mal que por bien no venga. A veces, llevarte un palo es necesario para darte cuenta de que estabas en el camino equivocado. Esto te permite rectificar, cambiar el rumbo y que el destino haga lo que tenga que hacer, pero ahora, mucho más fuerte. 

El hecho de que sea una separación carente de drama no quiere decir que la mujer sea frívola y actúe como un témpano de hielo. En las exclamaciones del estribillo vemos que le duele dejar al amado: !Qué lástima, pero adiós me despido de ti y me voy!. 

La voz lírica quiere mucho al amado y la da pena terminar la relación (Qué lástima). Sin embargo, hay otra persona a la que quiere mucho más, que es ella misma. En esa encrucijada (el novio VS ella misma) se decanta por ella misma. De ahí la contraposición con la conjunción adversativa (qué lástima PERO adiós). Si no se quiere a sí misma...¿Quién la va a querer?

Aunque el final resulte frío y distante (me despido de ti y me voy), ella lo sigue queriendo. Lo que pasa es que ella tiene que mirar por sí misma y buscar un camino vital que le satisfaga y le haga sentirse plena y realizada. 

Métricamente no hay mucho que comentar. Se trata de una canción con disposición libre en las rimas, la colocación de los versos y el número de sílabas


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