Seguimos con el homenaje a Julio Romero de Torres que iniciamos el pasado mes de junio. Una de las representaciones favoritas del pintor cordobés era la mujer española. En sus cuadros reflejó el canon de belleza femenino que se concebía en la España del momento: la mujer morena, de ojos oscuros, con una mirada sugerente, ataviada de objetos sensuales costumbristas (frutas, guitarras, claveles, botijos…), con un ropaje sencillo pero elegante, con los ornamentos justos y sin importar los kilitos de más.
La copla de hoy se concebe como un canto a la guapura española, un canto a la dama de los cuadros de Julio Romero de Torres: La morena de mi copla. El pasodoble fue compuesto en los años treinta por los maestros Jofre y Castellanos, para la voz de Estrellita Castro, la cual estaba viviendo su etapa de mayor esplendor artístico, ganando la friolera cifra de quinientos dólares por cada una de sus actuaciones en el teatro Payre de La Habana.
El concepto de belleza varía según la época, la cultura o el lugar geográfico. La mentalidad de la gente va cambiando, al igual que sus gustos e ideales. En la época del Renacimiento la mujer ideal era la dama frágil y delicada, de cabello rubio, ojos claros, tez blanca, mejillas sonrosadas y cuello largo y erguido. Era la mujer petrarquista que tanto se exaltaba en la poesía del XVI y del XVII.
En la copla y en la pintura de Julio Romero de Torres la dama idílica es la mujer morena, la mujer activa que siempre está haciendo algo y moviéndose, la mujer que tiene sentimientos, la mujer que tiene arte, la mujer gitana que sufre y vive la vida de manera apasionada. Son dos cánones de belleza totalmente diferentes pero igualmente válidos en función del contexto histórico y artístico.
Julio Romero de Torres
pintó a la mujer morena,
con los ojos de misterio
y el alma llena de pena.
Puso en sus brazos de bronce
la guitarra cantaora.
En su bordón hay suspiros
y en su caja una dolora.
Morena,
la de los rojos claveles,
la de las reja floría,
la reina de las mujeres.
Morena,
la del bordao mantón.
La de la alegre guitarra,
la del clavel español.
Como escapada del cuadro,
en el sentir de la copla,
toda España la venera
y toda España la llora.
Trenza con su taconeo
la seguiriya de España.
En su danzar es moruna,
en la venta de Eritaña.
Morena,
la de los rojos claveles,
la de las reja floría,
la reina de las mujeres.
Morena,
la del bordao mantón.
La de la alegre guitarra,
la del clavel español.
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En la primera parte del tema el yo poético hace una descripción física y psicológica (retrato) de la mujer española, vista desde la perspectiva del famoso pintor cordobés: Julio Romero de Torres pintó a la mujer morena con los ojos de misterio y el alma llena de pena
El artículo femenino singular (la) marca al sustantivo mujer con un valor genérico/categórico: LA mujer morena. Al fin y al cabo, el pintor está representando un prototipo o canon ideal de belleza femenino, que aparecía repetido en todos sus cuadros, y que era símbolo de la perfección y la armonía: la mujer guapa es la mujer de piel morena, de ojos marrones, de pelo oscuro.
Todas las damas que aparecían en sus cuadros eran así. La mujer idílica era morena, no rubia; de piel oscura, no clara. Aunque cada cuadro estuviera protagonizado por una señora diferente, todas ellas compartían unos rasgos externos y espirituales muy concretos. Por eso se habla de LA MUJER de Julio Romero de Torres. Él marcó una tendencia muy concreta, que caló en el corazón de los espectadores, los cuales acaban asociando la perfección estética con la piel morena, y esto se convirtió en un trasunto de orgullo nacional: la mujer más guapa y más perfecta es la española
Las mujeres del pintor cordobés no solo se caracterizaban por el color aceitunao, sino también por ser mujeres pasionales, con una mirada que no deja indiferente a nadie. Son damas que han vivido mucha vida, exprimiendo al máximo cada momento, en forma de tristezas, alegrías, desengaños, plenitudes. Por eso, son mujeres muy sentimentales y expresivas: Con los ojos de misterio y el alma llena de pena.
A lo mejor no conocemos la historia concreta de esas mujeres, pero todos sabemos que son mujeres que esconden una vida llena de pasiones y emociones desbordadas. Por su mirada sabemos que han vivido mucho y que su interior alberga un montón de sentimientos e inquietudes, que les han marcado para siempre. De ahí que a un sustantivo tanglible y concreto (ojos) se le añade un complemento abstracto y enigmático (misterio), creando una imagen del gusto romántico.
Lo importante no es la historia concreta de esa mujer, sino que esa mujer está dotada de material lírico: sentimientos, ideales, realizaciones, penas, emociones. Se nota que las damas de Julio Romero han sufrido y penado mucho. Tienen su corazoncito: El lenguaje corporal (miradas, gestos, posiciones…) las delata, a pesar de lo enigmático de la historia.
Las mujeres de Julio Romero tienen mucho que ver con la mujeres que aparecen representadas en la copla española. A lo largo de estos años hemos analizado canciones que tienen como protagonistas a mujeres que viven los sentimientos de una manera intensa y se ven superadas por unas pasiones que no pueden ni quieren controlar. Se nota que han vivido la vida como una montaña rusa. Al fin y al cabo, esta copla es un homenaje a estas mujeres españolas tan pasionales. ¿Os acordáis cuando analizamos Carmen de España y decíamos que la mujer francesa era más elegante, fría y refinada y la mujer española era más desgarrada y de sangre caliente? Por ahí van los tiros.
La descripción física queda completa con metáforas que hacen referencia al color oscuro de la piel: Puso en sus brazos de bronce…. Ya sabéis que el bronce es un metal de color dorado-tostado, como la piel de esas mujeres.
Además, la mujer aparece aderezada por un elemento que está relacionado con el mundo del arte y de la música: La guitarra cantaora. Ya os he dicho que una de las cualidades más importantes de la mujer morena es su capacidad expresiva, y una de las mejores maneras de expresar esas penas, esas tristezas y esas pasiones es con la música y el cante. Al fin y al cabo, las canciones son poemas acompañados de melodía, que llevan adheridos una serie de sentimientos y emociones que necesitan expresarse.
En la canción se hace alusión a
dos partes muy importantes de la guitarra: el bordón y la caja. La caja es el
cuerpo de la guitarra, de forma achatada, responsable de la resonancia, de la
transmisión de las vibraciones de la cuerda. Los bordones son las cuerdas
entorchadas de la guitarra (la cuarta, la quinta y la sexta).
Unas pequeñas nociones de semántica: el término “guitarra” constituye el holónimo, es decir, la palabra que designa el todo (guitarra como instrumento musical); por el contrario, los términos “bordón” y “caja” son los merónimos, es decir, las palabras que designan las partes de ese todo. Como veis, dentro de una copla sencilla y coloquial como esta, es posible encontrarnos con varios términos técnicos, procedentes de un lenguaje más especializado (el de la música). Seguramente, muchos de vosotros no sabíais lo que era el bordón y la caja de la guitarra. No son palabras muy habituales del lenguaje estándar. Para conocerlas, hay que saber un poquito de música.
Estas palabras tan técnicas y tan "frías" están acompañadas de complementos que denotan sentimientos, emociones y componentes humanos: En su bordón hay suspiros y en su caja una dolora. Se crea un contraste entre la frialdad del lenguaje técnico (caja, bordón) con el calor del léxico más humanizado (suspiro, dolora). Al fin y al cabo, el cante y la música no consisten en exhibir conocimientos técnicos y acústicos (voz, afinación, timbre, intensidad) sino en expresar sentimientos, contar cosas, exponer estados anímicos.
Por eso, los términos técnicos están caldeados por palabras más intimistas e introspectivas relacionadas con el mundo interior: los suspiros, que son inhalaciones de aire que lanzamos cuando estamos emocionados porque nos vemos invadido por los sentimientos; y las doloras, que son manifestaciones dramáticas que encierran reflexiones de hondo calado vital. Las mujeres de la copla no solo sufren y padecen penas, sino también analizan y reflexionan sobre las cosas que han vivido. Las doloras más populares fueron las del poeta realista Campoamor. De ahí que las cajas de la guitarra estén llenas de doloras, es decir, de dramas y reflexiones vitales.
En el estribillo, la copla adopta un tono cercano al himno. La descripción se mezcla con la exaltación. Al fin y al cabo, la finalidad de esta canción es homenajear a la mujer morena de Julio Romero de Torres. El yo poético se dirige a esta mediante el vocativo (Morena...) con el objetivo de elogiarla. Las estructuras en paralelismo dan la solemnidad y la dignidad que todo himno requiere: La de los rojos claveles/ la de la reja floría/ la reina de las mujeres/ La del bordao mantón/ La de la alegre guitarra/ la del clavel español
Con el objetivo de dar agilidad y ritmo al estribillo, el yo poético recurre a la elipsis del sustantivo que designa a la figura femenina, la cual debe sobreentenderse: “La [mujer] de los rojos claveles, la [mujer] de la reja floría, la [mujer] del bordado mantón, la [mujer] de la alegre guitarra…El hecho de repetir todo el rato el referente femenino (mujer/señora/dama), haría el estribillo muy repetitivo y tedioso.
Elidiendo el sustantivo, el poema resulta más ágil y espontáneo, quedando todo como una enumeración de cualidades y virtudes, adheridas a una estructura gramatical sencilla: artículo (la) + sustantivo elidido ([mujer]) + complemento (de los rojos claveles/ de la reja florida/ de la alegre guitarra/ del bordado mantón/ del clavel español). Además, estos complementos siguen la misma estructura: preposición (de) + sustantivo (clavel, reja, guitarra + mantón) + adjetivo (alegre, rojos, florida, bordado).
Estas estructuras y microestructuras sintácticas marcan el ritmo del pasodoble. La única irregularidad se produce en el cuarto verso, que marca una especie de transición hacia el segundo vocativo: La reina de las mujeres (artículo + sustantivo de género explícito, no elidido + complemento).
En este caso, la mujer aparece acompañada de elementos que denotan positividad, optimismo, sensualidad, alegría, belleza (clavel, reja florida, reina, alegre guitarra). La mujer de la copla no solo vive penas, sino también alegrías y fortunas. Ya os lo he dicho muchas veces a lo largo de estos años: la copla no solo es drama y tragedia, sino también es fiesta, felicidad, alegría de vivir. Por eso, la mujer de Julio Romero de Torres aparece ataviada de elementos positivos.
El clavel, como flor, está relacionado con la belleza, con la pasión, con la primavera. La mujer está viviendo su etapa de mayor esplendor (la juventud, la primavera de la vida). Es cuando nuestro cuerpo se encuentra en su mejor momento y tenemos más ganas de comernos el mundo. La mujer aparece inserta en un escenario colorido y hermoso (la reja florida...).
El yo poético eleva a la mujer a la máxima categoría social (la reina de las mujeres). La alusión a un estamento social privilegiado potencia el elogio y sitúa a la figura femenina en una posición cuasi divina. La mujer morena es alguien importante y trascendente. Tiene mucha dignidad.
La mujer aparece vestida con ornamentos y complementos de gran belleza y sensualidad: la del bordado mantón. Una mujer guapa necesita verse jalonada de elementos decorativos elegantes y bonitos (belleza natural e innata + belleza adquirida y aprendida). Los mantones son pañuelos grandes con flecos que se echan sobre los hombros de las mujeres. En los cuadros de Julio Romero aparecen muchas mujeres con mantones decorados con flores, pájaros y diferentes elementos geométricos y fantásticos. Eran pequeñas obras de arte. ¿Habéis oído hablar de los mantones de Manila?
Este tipo de mantones se convirtieron en símbolo de la mujer española (la manola madrileña, la mujer andaluza, la mañica aragonesa…). Esto da un toque de casticismo y patriotismo al poema. De hecho, a lo largo de la canción encontramos adjetivos que aluden a la nacionalidad: La del clavel español
Mientras que la guitarra de la estrofa hacía referencia a los cantes que transmiten penas y tristezas, la guitarra del estribillo está relacionada con los cantes que transmiten alegría y felicidad. La personificación del instrumento musical ayuda a esto: La alegre guitarra. A un elemento inanimado (guitarra) se le añaden propiedades típicas de seres humanos (alegría). La guitarra además representa el arte y el talento de la mujer española. En este caso, un talento destinado a expresar fiesta y alegría de vivir
Como veis, el estribillo es una sucesión de elogios y cualidades positivas (belleza, sensualidad, guapura, alegría de vivir, dignidad social, orgullo patriótico). Se da una visión idílica de la mujer española morena: es bonita, bella, perfecta, armónica...Tan importante es la belleza natural (color moreno, juventud, sensualidad…) como la parte espiritual (tener sentimientos, saber expresarlos, llevar el arte por bandera, la dignidad como ser humano…).
La suma de estas cualidades conforma la mujer de los cuadros de Julio Romero, la mujer de la copla, y por ende, la mujer española. Esto se refleja al inicio de la segunda estrofa, donde el yo poético pone de manifiesto la relación entre la mujer del pintor y la mujer de la copla: Como escapada de un cuadro en el sentir de la copla.
Todas esas mujeres que pintaba Julio Romero de Torres podrían ser perfectamente protagonistas de las historias de las coplas. El sentimiento que estas mujeres reflejan en los cuadros es el mismo sentimiento de las mujeres que aparecen en las canciones. De esta manera se establece un vínculo muy estrecho entre el arte pictórico y el arte musical-literario. La pintura, la literatura y la música son artes muy diferentes, pero tienen algo en común: sirven para transmitir sentimientos en torno a la existencia. Cada uno a su forma (la pintura mediante el color y la forma, la música mediante la melodía y la literatura mediante la palabra). Pero el resultado final es el mismo: el arte permite crear un mundo autónomo donde fluyen las emociones humanas.
Mediante el paralelismo, el yo poético resalta la fama que ha alcanzado la mujer morena en la copla y en la pintura: Toda España la venera/ Toda España la llora. Cuantificador (Toda) + Sustantivo Propio de país (España) + pronombre de tercera persona de complemento directo (La) + verbo de plasmación emocional (venera/llora).
La mujer morena se ha convertido en mito y en símbolo del arte español. El cuantificador de plenitud (Toda España) da un carácter hiperbólico a la expresión. Está claro que la mujer morena es uno de los personajes favoritos de la copla y de la pintura, pero tanto para que el 100% de españoles lo sigan, es un tanto excesivo. La hipérbole es un mecanismo de ensalzamiento. No hay que tomarla al pie de la letra. Lo que está claro es que mucha gente disfruta con las alegrías y las penas de estas mujeres. Siguen sus historias y las viven como si hubieran pasado de verdad. Eso es lo bonito del arte: se crea una ficción, que podría pasar perfectamente por verídica.
Los últimos versos del poema hacen referencia al talento en las artes escénicas de la danza. Ya os he dicho que la mujer morena destaca por su derroche de salero y calidad artística: Trenza con su taconeo la seguiriya de España, En su danzar es moruna en la venta de Eritaña. Al fin y al cabo, la copla se ha convertido en un reflejo de la historia, las costumbres, las tradiciones, las mentalidades y las pautas sociales españolas. Lo que se representa en las pinturas de Torres y en las canciones de copla es un retrato de la España de los años treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta...
El yo poético hace un pequeño guiño a la cultura mora: En su danza es moruna. La calidad del baile de la mujer morena es tan alta como la de los bailes moros, los cuales destacan por su sensualidad y su fuerza pasional. También se hace alusión a uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Sevilla durante los últimos años del siglo XIX y las primeras décadas del XX: la venta de Eritaña. Este lugar era centro de numerosos actos culturales (homenajes a escritores, toreros, juergas flamencas). Este establecimiento, situado en las cercanías del parque María Luisa, cerró en los años sesenta. Qué mejor homenaje que situar a la mujer morena en un lugar como este!!!!!!
La metáfora del país como producto musical (La seguiriya de España...) permite comprender el sentido del arte. Aunque es ficción y autonomía (el mundo que se crea en la obra literaria-musical-pictórica es diferente al mundo real), el creador debe inspirarse y coger ideas de este. El punto de partida es siempre una realidad conocida. En la obra de arte encontramos alusiones a la vida cotidiana (en este caso de la vida diaria española).
El arte es una representación/recreación/versión de la realidad. Unas veces estará más apegada a ella y se buscará la mera imitación (realismo: representar lo que hay). Otras veces, se busca sensación de realidad jugando con el concepto de posibilidad (verosimilitud: aunque no ha pasado, podría perfectamente haber pasado). Y otras veces se busca deformar, parodiar, destruir esa realidad (vanguardia: representar lo que no es posible ver en la realidad). Pero lo que está claro es que toda obra de arte toma como fuente la propia vida. Por eso la copla es un “producto español”.
Vamos a terminar el análisis con unas pinceladas sobre la métrica. Las estrofas están formadas por la unión de dos coplas: cuatro versos octosílabos donde rima el segundo con el cuarto (morena-pena, cantaora-dolora, copla-llora, España-Eritaña) mientras que el primero y el tercero quedan libres (Torres-misterio, bronce-suspiros, cuadro-venera, taconeo-moruna): 8- 8a 8- 8a
Los estribillos constan de dos
tercerillas, las cuales están encabezas por el vocativo trisílabo (morena). En
este caso, son tercerillas octosilábicas, donde rima el primer verso con el
tercero (claveles-mujeres, mantón-español) mientras que los segundos versos
quedan sueltos: 8a 8- 8a.
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