miércoles, 10 de mayo de 2023

La copla sigue adelante: una reivindicación a la canción española, que está más viva que nunca

Esta semana he estado leyendo La comedia nueva o El Café de Leandro Fernández de Moratín, obra de teatro del siglo XVIII (Neoclasicismo). Los críticos literarios dicen que se trata de un texto metateatral. ¿Qué significa esto? Se utiliza el género dramático para hacer una reflexión sobre el propio género dramático, es decir, dentro de una obra teatral se habla del propio teatro. 

En el mundo de la canción española sucede algo parecido. Encontramos coplas que tienen como tema principal el género de la copla. Coplas que tratan sobre copla. Coplas que tienen como protagonista a la propia copla. En definitiva, poemas que sirven para homenajear y exaltar a nuestro folclore.

Ya os he comentado en alguna ocasión que los años ochenta y noventa fueron muy duros para la copla. La música anglosajona (especialmente el pop y el rock) y la canción melódica acapararon los puestos más altos de las listas de ventas. Eran los ritmos que se escuchaban en los medios de comunicación, las agendas culturales y los espectáculos teatrales. La copla quedó relegada al ostracismo más absoluto. 

Tened en cuenta que la copla fue la música que más se había escuchado durante los años de la dictadura franquista (1939-1975). Por tanto, cuando la gente oía hablar del término copla enseguida se le venían a la cabeza un sinfín de conceptos e ideas peyorativas (censura, falta de libertad, represión...). La canción andaluza, muy injustamente, tuvo que lidiar con el estigma y el sambenito de ser el género de masas en los años más polémicos de la historia reciente de España. 

Durante los primeros años de la democracia, fue bastante común que la gente adoptara un pensamiento rupturista y cambista: España necesita progresar, España tiene que modernizarse y equipararse al resto de Europa, el cambio debe ser radical, hay que desligarse de todos aquellos elementos que olieran a la dictadura, no debemos estancarnos en el mismo tipo de música...

La copla quedó encasillada como la música oficial del régimen franquista y perdió popularidad. Ya no se hacían espectáculos tan costosos como los de antes, apenas salían discos al mercado, la gente joven prefería escuchar “otros soniquetes”, las grandes folclóricas estaban retiradas o a punto de retirarse (Concha Piquer, Juanita Reina, Imperio Argentina…), y las más jóvenes fusionaron copla con balada (Rocío Jurado, Isabel Pantoja, la última Marifé).

En la radio y la televisión la canción española tradicional perdió fuelle. Muchos poetas no consiguieron adaptar sus letras al nuevo contexto histórico y político y sus canciones resultaban añejas y lejanas en el tiempo (sobre todo, para las nuevas generaciones, que veían en ellas un mundo que nada tenía que ver con la España del destape y la movida). 

Algunos músicos, con el fin de evitar la extinción del género, optaron por innovar en el plano melódico incorporando elementos procedentes de otros estilos musicales más exóticos y foráneos. Así surgió la denominada copla fusión, que no convenció a los más puristas. 

Para los eruditos de la copla, la canción española tal y como se entendía hasta entonces murió en los primeros años de la democracia. Otros prefirieron hablar de evolución/modernización (copla nueva). Lo que está claro es que los gustos y modas de la sociedad española habían cambiado una barbaridad. 

En un contexto de crisis y decadencia como este, surgieron canciones cuyo asunto principal giraba en torno a la propia copla. Algunas veces, el yo poético se lamentaba por la actitud de repudio: la copla ha sido maltratada injustamente, está malherida/muerta, se ha perdido la inspiración por parte de los poetas y músicos, la gente se avergüenza de la tradición, es una pena que un género tan nuestro sea denostado de esta manera...

En otros casos, la voz lírica se crecía ante la adversidad y la canción se convertía en un himno de exaltación y elogio a la copla: sigue más viva que nunca, es una muestra de la calidad musical y poética que hay en España, es puro sentimiento y pasión, no importa el paso de los años, hay que estar orgullosos de llevarla por bandera...

La canción que vamos a analizar hoy podría encuadrarse dentro de esta línea metacoplera. Se titula La copla sigue adelante. El autor es Rafael Rabay. En el año 1992, Gracia Montes la incorporó en su disco A rienda suelta




La copla, ave del tiempo

que no para de volar

la copla, estrella errante

que brillando siempre está

 

su abrigo es el capote de un torero

su rincón está en la pluma del poeta

y pasea por ese jardín florido

de las cuerdas de la guitarra flamenca

 

conmigo va a todas partes

la llevo siempre a mi lado

se lo mandó un día la vida

que fuera huella en mis pasos

 

la copla sigue adelante

no se detiene

 

es un gigante la copla

es el aire que respiro

es el barco que navega

por mi sangre y mi sentío

 

la copla sigue adelante,

no se detiene

 

nadie le vence a la copla

es el agua de mi surco

es el faro de mis mares

la llevo en lo más profundo

 

la copla es una llave

que abrió puertas al amor

la copla estuvo siempre

en un te quiero y un adiós

 

su abrigo es el capote de un torero

su rincón está en la pluma de un poeta

y pasea por ese jardín florío

de las cuerdas de la guitarra flamenca

 

conmigo va a todas partes

la llevo siempre a mi lado

se lo mandó un día la vida

que fuera huella en mis pasos

...............................................................

El objetivo de este poema es describir la copla como una realidad viva, que está presente en el corazón de muchas personas a pesar del contexto de decadencia. Las metáforas empleadas aluden a elementos que sugieren vitalidad, movimiento, naturaleza, eternidad ante el paso del tiempo: La copla, ave del tiempo que no para de volar, La copla, estrella errante que brillando siempre está. Para el yo poético, la copla no es un género muerto y olvidado. Se trata de una tendencia musical vigente, que forma parte de nuestra vida, al igual que el fluir de la Naturaleza (el ave, la estrella). La copla está presente en todas las épocas y contextos. 

El hecho de asociar la copla con un elemento astral (estrella) dota de valor y trascendencia al género. Los elementos de la esfera celeste son brillantes y lumínicos. Por lo tanto, resultan llamativos, generan fascinación, desde La Tierra los vemos bonitos y atractivos. Al ser inaccesibles (nadie puede tocar el cielo) se convierten en objetivos deseados y codiciados. Las cosas que nadie posee son las más caras.

Los conceptos astrales están vinculados con la eternidad. Normalmente, una estrella permanece durante miles de años alumbrando el cielo. Pasan las generaciones y siguen ahí. Con la copla pasa igual. A pesar del paso del tiempo, siempre hay alguien que la canta. El adverbio de frecuencia (brillando SIEMPRE está) y la perífrasis verbal negativa de cierre (NO PARA DE VOLAR) ayudan a configurar esta visión de la copla como algo infinito, esencial e inherente al mundo.

Ambas metáforas, tanto la del ave como la de la estrella, se insertan en estructuras en paralelismo: La copla + APOSICIÓN [ave/estrella]+ complemento [del tiempo/errante] + oración de relativo [que no para de volar/que brillando siempre está]

Las metáforas se encadenan, dando lugar a una alegoría con tintes personificados que realza diferentes aspectos musicales y literarios del género: Su abrigo está en el capote de un torero, Su rincón está en la pluma del poeta. 

El paralelismo distribuye los elementos de la caracterización: Posesivo (su) + nombre (abrigo/ rincón) + verbo (está) + circunstancial de lugar con complemento del nombre (en la pluma del poeta/en el capote de un torero).

Una parte importante del repertorio de la copla bebe del mundo taurino. De ahí la metáfora del capote. En muchas coplas se habla de la muerte de toreros (recordad canciones que ya hemos analizado como El maletilla), se describe el ambiente de la plaza durante la corrida (Viva el pasodoble) o se homenajean diferentes elementos de la tauromaquia (Caballo de rejoneo, de Isabel Pantoja). 

Además, en la copla no solo es importante la melodía (cuyo responsable es el compositor musical), sino también la elaboración literaria (que corre a cargo del poeta, autor de la letra). La combinación de una buena música, con un buen tratamiento retórico y lírico del tema (o historia) da como resultado una obra de arte. De ahí que se remarque la importancia de la pluma del poeta.

A lo largo del poema, la copla recibe un tratamiento personificado. Nos da la sensación de que el yo poético está describiendo a un ser humano, en vez de a un concepto abstracto y artificioso. Se eleva la cosa a la categoría de persona, para darle trascendencia y valor: Su abrigo, Pasea por ese jardín florido. 

Las metáforas no solo se aplican a la copla, sino a todos aquellos elementos que están relacionados directa o indirectamente con la copla, como pueden ser los instrumentos musicales: Pasea por ese jardín florido de las cuerdas de la guitarra flamenca

La disposición de las cuerdas de la guitarra se identifica con la configuración del follaje y la vegetación de los jardines (laberinto de cuerdas=laberinto de árboles y flores). Se trata de una metáfora preciosista, colorista y sensual, impregnada del tópico del Locus Amoenus. Se alude a un marco paisajístico idílico y placentero. La copla se inserta en este entorno natural típico de la égloga, con el objetivo de dar una visión idealizada, armónica y bella. La copla es un Paraíso. 

El yo poético se siente orgulloso de llevar la copla por bandera y no se avergüenza de ello: Conmigo va a todas partes, la llevo siempre a mi lado.  

El circunstancial de compañía (conmigo) y el verbo de desplazamiento (va) contribuyen a esa visión personificada de la copla como si fuera un ser vivo. Aunque la copla no sea una persona (se trata de un concepto, una abstracción, una entidad, un artificio creado por la mente humana), puede generar el mismo calor, la misma pasión, el mismo amor y el mismo hechizo que puede transmitir una persona.  

De hecho, el yo poético establece una relación de tú a tú, de fusión casi mística con la copla, gracias al circunstancial de compañía (conmigo) y de posición (a mi lado). El adverbio de frecuencia (siempre) y el circunstancial de lugar (a todas partes) dan un carácter omnipresente y eterno a la copla: está presente en todos los lugares y en todas las épocas. 

Nuestra propia vida, la realidad y el mundo circundante se convierten en fuente de inspiración para la copla. En la canción española aparecen reflejados sentimientos auténticos de los seres humanos (pena, amor, desamor, odio, desengaño...), se cuentan historias  que podrían darse perfectamente en un mundo real (traiciones, infidelidades, asesinatos, enamoramientos, muertes,…); se reflejan costumbres, ritos y tradiciones de una comunidad (miedo a la soltería, lo rico que está un buen cocido madrileño...). 

Los poetas de la copla parten de la realidad para imitarla, representarla, deformarla, criticarla o reírse de ella. En definitiva, crean mundos de ficción a partir de materiales reales. La interrelación copla-vida/ literatura-vida es más que evidente. Todo esto se expresa en la alegoría: Se lo mandó un día la vida que fuera huella en mis pasos. La vida proporciona inspiración para hacer coplas. Por lo tanto, toda canción refleja estados, emociones y experiencias de los seres humanos. 

En el estribillo, el yo poético hace una reivindicación y exaltación de la copla como entidad viva, que jamás morirá y con capacidad para perdurar por los siglos de los siglos: La copla sigue adelante, no se detiene. 

Cuando algo está en movimiento significa que está vivo. Ya lo decía Descartes: si la mente está activa (pensamiento) significa que estamos vivos. De ahí la alusión a verbos motrices (sigue, detiene) y adverbios de dirección (adelante). El hecho de avanzar implica evolución: la copla se va adaptando a los nuevos tiempos y contextos. Los defensores de la llamada copla nueva nunca hablan de la muerte de la copla, sino de evolución.

Con el fin de magnificar y dar visibilidad a la copla, las metáforas hacen referencia a elementos de gran tamaño: Es un gigante la copla. Un elemento voluminoso llama más la atención que uno diminuto y realza más en el espacio. La grandeza denota resistencia y poder. Según la mitología, los gigantes son seres invencibles, con una capacidad tremenda para resistir al ataque de los enemigos. Lo mismo pasa con la copla: aunque esté en horas bajas y hay gente que no quiere oír hablar de ella, tiene el poder suficiente para conservarse, perpetuarse en el tiempo y hacer frente a obstáculos y adversidades. 

El hipérbaton remarca la metáfora titánica, adelantando el verbo (es) y el atributo (un gigante) al sujeto (la copla): es un gigante la copla

Otro mecanismo retórico de ensalzamiento consiste en metaforizar elementos vinculados a la necesidad primaria: es el aire que respiro. La copla se convierte en una realidad imprescindible para la vida. Si le quitamos la copla a nuestro país, perderíamos un cachito importante de nuestras raíces. La desaparición de la copla supondría la muerte de España como nación. El ser humano necesita aire para vivir (si no, no podría respirar). Las naciones necesitan elementos con los que identificarse y hacerse diferentes. 

La voz poética adopta una actitud extasiada y pasional hacia el género coplero. Esto se refleja mediante una  metáfora que representa la fusión entre el yo y la copla, y que bebe de la mística: Es el barco que navega por mi sangre y mi sentío. La copla forma parte del yo poético, aparece integrada dentro de él (como Dios en la tercera etapa del proceso místico). Gracias a la copla, la vida del yo poético tiene sentido. Esta hipérbole mística expresa la pasión del poeta por la copla. Las estructuras bimembres dan intensidad al discurso y expresan vitalismo virulento: mi sangre y mi sentío

Estos versos reflejan el sentir de los apasionados de la copla durante los años setenta y ochenta cuando el género entró en crisis y decadencia. A veces, la visión de los defensores más acérrimos iba cargada de melodramatismo: que injusticia más grande, entre todos la mataron y ella sola se murió, se trata de una confabulación contra la copla...

Este pensamiento se vivía de una forma intensa y truculenta, como si fuera una tragedia. De ahí que a lo largo del tema se utilicen metáforas altisonantes más propias de la épica y la poesía heroica (la sangre, el gigante). El objetivo del poeta es generar en la mente del receptor la sensación de que todo el mundo está en contra de la copla, y que se gesta una gran batalla de todos contra una. Al final, el elemento más débil vence al fuerte. La copla lucha javáticamente contra el enemigo (el rechazo social). Aguanta de manera estoica el embiste de otras tendencias musicales y al final, sale ilesa de la batalla: nadie vence a la copla. Parece una película de buenos (copla) y malos (detractores de la copla). Y en esta película solo pueden ganar los buenos

A lo largo de la canción se suceden metáforas de corte vitalizador: Es el agua de mi surco. Ya sabéis que el fluir del agua representa el fluir de la vida. La copla sigue viva. 

También encontramos metáforas relacionadas con la luz, que nos evocan a la mística: Es el faro de mis mares. La copla (Dios) da luz en medio de la oscuridad, nos orienta y nos ayuda a dar sentido a la vida. 

Las metáforas del agua y la luz se manifiestan mediante estructuras paralelísticas: Verbo (es) + atributo (el agua/el faro) + complemento del nombre (de mi surco/de mis mares). 

El posesivo de primera persona (mis) enfatiza el componente lírico de la canción. Se trata de una visión personal, de un enfoque subjetivo y concreto, de una forma de pensar de un individuo en particular, que siente mucha pasión por la copla, pero eso no significa que todos tengamos que estar de acuerdo. Es su opinión personal, su punto de vista, su forma de ver y concebir la realidad: La llevo en lo más profundo

La elisión de la palabra copla da agilidad y dinamismo al texto. A estas alturas, se sobreentiende que se está hablando de la copla, así que no hace falta explicitar los sujetos: [la copla] es el agua de mi surco, [la copla] es el faro de mis mares.

La última parte de la canción habla del tema estrella de la copla, que es el sentimiento amoroso. Esto se expresa con metáforas que aluden a realidades vinculantes que se compenetran y encajan: La copla es una llave que abrió puertas al amor. Las emociones son tan fuertes que traspasan el muro de la ficción, y el receptor puede sentir el amor a través de la letra, como si lo estuviera viviendo realmente. 

Las letras de las coplas hacen alusión a las diferentes etapas del proceso amatorio, tanto buenas (estuvo siempre en un te quiero) como malas (y un adiós). No obstante, estos sentimientos se pueden extrapolar a todo tipo de situaciones y contextos. Por ejemplo, expresar amor hacia la propia copla (como se hace en este poema) o pena por el adiós a la patria (como se hace en El emigrante o Adiós a España). 

El tema está formado por coplas, es decir, versos octosílabos con rima entre segundo y cuarto (volar-está, lado-pasos, respiro-sentío) mientras que el primero y el tercero quedan libres (tiempo, errante)

A veces, la estructura varía, por la presencia de algún verso heptasílabo (la copla es una llave). Hay una estrofa en la que todos los versos son de arte mayor (Su abrigo es el capote de un torero), aunque se mantiene el mismo sistema de rima de segundo con cuarto. 

El título de la copla (La copla sigue adelante no se detiene) marca la transición entre las estrofas. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario