De vez en cuando, la copla que analizamos da pie a impartir pequeñas clases de historia, que nos sirven para conocer un poquito mejor algunos aspectos de la cultura popular española.
En esta ocasión, la canción de hoy tiene como protagonista a un personaje histórico, que existió en la vida real y perteneció a la aristocracia española del siglo XVIII. Os doy una pista: el pintor Francisco de Goya hizo un retrato de esta famosa mujer. Segunda pista: se trata de un miembro de la casa de Alba, antepasado de la duquesa de Alba, fallecida en noviembre del 2014. A finales de los cincuenta, Ibáñez y García Cano crearon para Antoñita Moreno unas seguirillas goyescas que llevan por título La duquesa Cayetana
Reinado floreciente,
mil seiscientos ochenta y siete,
el Goya favorito
pinta mi cuerpo y mi palmito
Qué castiza y soberana,
hija del pueblo, lo llevo a gala,
soy la maja que desnuda
cantó su fama, cantó su fama
Por eso es mi cuerpo gentil
modelo del famoso pintor
soy musa callejera
embajadora y calesera
Si voy a la verbena de San Antonio
no duden los señores que saco novio
y si uno se resiste a mis hechizos
lo miro fijamente y se acabó
por que sí, como no
De majos y chisteros
yo soy la reina, con señorío
del barrio Cabestreros
soy la primera de más tronío
A mi todos me cortejan
los señoritos, los de bajeza
porque todos se enloquecen
con mi belleza, con mi belleza
Por eso es mi cuerpo gentil
modelo del famoso pintor
soy musa callejera
embajadora y calesera
Si voy a la verbena de San Antonio
no duden los señores que saco novio
y si uno se resiste a mis hechizos
lo miro fijamente y se acabó
por que sí, como no
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La protagonista de este tema es María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, la decimotercera duquesa de Alba, que vivió entre 1762 y 1802. En 1776, tras la muerte de su abuelo, heredó el título de Grande de España.
Si en el siglo XVIII hubiera existido la prensa del corazón, con total seguridad, doña Cayetana hubiera ocupado la primera línea de todas las portadas de las revistas, y su figura hubiera sido mencionada en los programas de cotilleo día sí y día también, pues esta mujer tuvo una vida llena de polémicas, escarceos amorosos e incumplimientos de protocolo en actos más o menos oficiales.
Muchos estudiosos en temas de nobleza comentan que esta señora fue la oveja negra de la casa de Alba, pues su manera de vivir y ver las cosas chocaba bastante con la realidad de la época. Algunos expertos dicen que esta mujer perjudicó la imagen que todos tenían de la familia, ya que era demasiado espontánea, liberal y natural ante la gente. De hecho, algunos especialistas detectan cierto parecido en la forma de ser entre esta duquesa dieciochesca, con la duquesa de Alba contemporánea, fallecida hace ocho años
Desde pequeñita, doña Cayetana dio bastantes quebraderos de cabeza a su familia. A la niña le encantaba escaparse de palacio (sin permiso paternal) para recorrer las calles de Madrid, disfrutando de sus gentes y diversiones. Tantos disgustos causarían estas fugas a los padres, que la familia optó por dejar su vivienda habitual en el centro de la capital, para trasladarse al palacio de Buenavista, en las afueras, para que a la chica no se le ocurriera deambular tanto por las calles.
En 1775 fue obligada a casarse con José María Álvarez de Toledo (ya sabéis que los matrimonios concertados eran el pan de cada día en las casas nobiliarias, ya que estaba feo que una persona perteneciente a la aristocracia se acabara casando con alguien del pueblo llano).
No obstante, la vida de casada no le sirvió a Doña Cayetana para sentar la cabeza. La duquesa no era feliz junto a su esposo y volvió a sus tradicionales escapadas por las calles de Madrid. Según cuentan las malas lenguas, la dama aristócrata se disfrazaba de maja y acudía a las fiestas y eventos populares (verbenas, romerías, ferias, mercados…). Esto se refleja en la letra de la copla.
El hecho de que una persona perteneciente a la alta nobleza se mezclara con el pueblo llano causó bastante polémica en la época. A la duquesa esto no le importaba: ella se lo pasaba bien con la gente normal y corriente de la calle, y disfrutaba de las fiestas tradicionales. Algunas veces, era ella la anfitriona y organizaba en su palacio pequeños festejos y comidas, destinados exclusivamente al populacho.
Que un miembro de la nobleza cediera su palacio para celebrar eventos populares era algo inaudito. La familia real se echaba las manos a la cabeza: plebe y aristocracia bajo un mismo techo!!!!!!!!!!!!!!!!
Como veis, la duquesa no dejaba indiferente a nadie y no le importaba ser el centro de la comidilla. De hecho, estando ya casada, la mujer mantuvo una relación con el aristócrata Joaquín Pignatelli. Otro escándalo que sumar al historial de doña Cayetana. Esta relación extramatrimonial le sirvió para enemistarse con la princesa de Asturias, la cual también estaba enamorada de Pignatelli. A partir de aquí se convirtieron en rivales y enemigas durante el resto de sus vidas.
Como veis la biografía de la duquesa parece el argumento de un culebrón de sobremesa: infidelidades, amores desdichados, amores pasionales, rivalidades por temas de amor, e incluso alguna trama de tinte político, pues doña Cayetana también tuvo sus más y sus menos con Godoy (ministro de Carlos IV) y la duquesa de Osuna.
En esta copla, la duquesa de Alba habla en primera persona, exponiendo varios aspectos de su vida, y sobre todo de su mentalidad y forma tan liberal y natural de concebir la existencia. A lo largo de la canción, doña Cayetana irradia una actitud vitalista, que contagia de buen rollo a los receptores. El objetivo de un tema como este no es contar una historia (narración) o expresar unos sentimientos (lirismo), sino configurar un ideal o filosofía de vida, a partir, del pensamiento y la personalidad de su protagonista. Se trata de una copla, en términos filológicos, descriptiva.
Las marcas de primera persona se reflejan en los posesivos (mi cuerpo, mi palmito, mi belleza) y las formas verbales (llevo, soy, voy, miro, saco).
En la primera estrofa se lleva a cabo la presentación del personaje, situándolo en su tiempo/contexto histórico/ época. Tened en cuenta que estamos ante una copla que trata un contenido patriótico (un personaje que fue muy conocido en España). Cuando hay que dar un salto atrás en el tiempo (remontarse a siglos pretéritos del país) es frecuente idealizar o presentar de manera bucólica el pasado, mediante la metáfora de la germinación de la flor, que es una forma de presentar lo acaecido como una época de esplendor y de buenaventura: reinado floreciente/ en mil seiscientos ochenta y siete
Con el fin de adaptarse a la rima de los pareados (floreciente-siete, favorito-palmito) y al número de sílabas (heptasílabo-eneasílabo-heptasílabo-eneasílabo), se ha tenido que sacrificar un poquito el rigor histórico. La duquesa de Alba y el pintor Goya son personajes que se circunscriben en la segunda mitad del siglo XVIII (1750) y no al siglo XVII (1687) como dice la canción.
Por tanto, hay una diferencia de casi un siglo entre la realidad histórica y la letra. Seguramente, por cuestiones de rima y ritmo se haya tenido que adaptar el poema. Al fin y al cabo, lo importante de esta copla no es la rigurosidad en las fechas, sino el espíritu vital de la protagonista, su pensamiento y forma de ver la vida. Da igual que sea el siglo XVII que el XVIII
Otra hipótesis puede ser que el autor con 1687 no quiera señalar un año concreto, sino una época en general. Mediante el año exacto, está señalando un periodo de tiempo indefinido e indeterminado (España Postbarroca/PreNeoclásica). No tiene necesariamente que ser ese año 1687, sino un año cualquiera entre esos dos siglos. Además, esto cuadra con la pretensión patriótica de esta copla: se está presentando ese periodo como si fuera algo idílico, una época de esplendor y de gloria, gracias a la metáfora del florecimiento.
Como ya os he dicho, doña Cayetana fue retratada varias veces por el pintor Francisco de Goya. El estilo de este autor ha marcado tanto y ha sido tan influyente en la historia de la pintura española, que se llega a utilizar de forma metonímica: El Goya, favorito, pinta mi cuerpo y mi palmito.
Como veis, se alude al autor (Goya) por la obra (el retrato en el que Goya pinta a la duquesa de Alba), que es uno de los cuadros más universales y conocidos del pintor aragonés, el cual retrató, en más de una ocasión a gente de la corte o de la aristocracia.
Mediante la aposición (Goya favorito) se resalta la fama que tenía el artista español. El uso del artículo determinado no es casual. Marca al pintor como persona famosa, notoria, conocido por todos: El Goya. Todos sabemos de qué pintor y de qué cuadro estamos hablando. De lo contrario, se utilizaría el artículo indefinido (un) para dar a conocer esos datos. Sin embargo, como todo el mundo sabe de qué hablamos (la realidad es conocida) usamos el artículo determinado (el).
La reiteración sinonímica en bimembración resalta las cualidades físicas de la duquesa, la cual se resarce/presume de su propia belleza: mi cuerpo y mi palmito. Doña Cayetana se enorgullece de que un pintor haya podido retratarla, lujo que muy pocos podían permitirse en la época. Normalmente, la gente que se retrataba solía tener un cuerpo bonito y estético, aparte de dinero para costearse la obra.
En esta primera toma de contacto, mucho pensaréis que Cayetana es el típico personaje repipi que se jacta de pertenecer a una clase social elevada y privilegiada (qué rica que soy, qué bien que Goya pueda hacerme un retrato, qué cuerpo mega-fashion tengo…).
A medida que avanza el poema, vemos cómo la protagonista pierde aires de grandeza y elitismo hasta llegar a contaminarse con rasgos psicológicos y filosóficos del pueblo llano. Se puede decir que llega a codearse con ellos, a mezclarse, a convivir, a igualarse,
En la segunda estrofa, ella misma se califica con dos adjetivos muy interesantes:
-Por un lado, castiza. Este término se aplica a personas de origen humilde y popular, que van de graciosas y ocurrentes y son un reflejo de los caracteres típicos de una región, raza o actividad. Normalmente, la gente asocia lo castizo a lo vulgar, lo rural, lo paleto, lo pintoresco, lo chabacano, lo excesivamente garboso, frente al refinamiento de la clase alta.
Normalmente, el carácter castizo se aplica a las clases populares andaluzas y madrileñas que tan bien reflejaron Mesonero Romanos y Estebánez Calderón en el siglo XIX (costumbrismo). Ser castizo no es propio de una duquesa. Sin embargo, ella misma se considera castiza.
-Por otro lado, soberana. El término se aplica a aquellas personas que tienen autoridad y poder. Sin embargo, la duquesa Cayetana no utiliza ese privilegio para ordenar, mandar, dirigir o gobernar a otros, sino para hacer con su vida lo que le da la gana. Si yo quiero ir a San Isidro, voy a San Isidro y me mezclo con los majos y majas, aunque sea noble
La duquesa se siente una mujer libre. A ella le dan igual los protocolos, normas sociales y convenciones. Ella quiere hacer lo que le plazca, sin importar el qué dirán, ya que se siente ama y señora de su vida, con el poder de decidir y tomar el control sobre ella misma.
A Cayetana le costaba obedecer a sus padres y no le importaba ser el centro de todos los escándalos y polémicas cuando era joven.
El adjetivo soberano tampoco es apropiado para una dama aristócrata. Lo políticamente correcto es que las mujeres se dejen llevar por lo que digan los padres/maridos, y no tengan poder de decisión. En cambio, Cayetana no es sumisa y débil, sino que busca cumplir sus deseos (aunque choquen con la realidad de la época).
Mediante la metáfora genealógica,
la voz poética se enorgullece de su mentalidad más cercana a la gente del pueblo
llano, que a la de la aristocracia: hija del pueblo, lo llevo a gala.
Como veis, de una forma muy espontánea, la duquesa manifiesta el deseo de llevar una vida más próxima a la de la gente anónima. Por eso, su figura causó gran fascinación entre el vulgo, ya que no era normal ver a una mujer de la nobleza tan campechana. Mediante un juego semántico con el famoso cuadro de Goya (soy la maja que desnuda), se enfatiza el poder que tenía esta mujer de no dejar indiferente a nadie.
Este juego semántico tiene mucha
guasa, ya que una de las polémicas más conocidas de Goya es la identidad de las
dos mujeres que se esconden detrás de los cuadros de
Lo que está claro es que esta mujer, para bien o para mal, siempre estuvo de candente actualidad en la época y todo el mundo cantó su fama
Ella misma se siente orgullosa de posar para Goya, hecho que se refleja mediante el hipérbaton, adelantando el verbo copulativo al sujeto y al atributo: Es mi cuerpo gentil, modelo del famoso pinto. La duquesa no siente vergüenza de su físico. Tened en cuenta que estamos en una época en la que lo corporal era siempre un tabú. Resulta curioso que una noble y grande de España hable sin tapujos de su cuerpo, cosa que estaba muy mal vista en la época.
Mediante la enumeración de atributos, la protagonista pretende convertirse en una representante de las clases populares: Soy musa callejera, embajadora y calesera.
-Es musa, porque mucha gente del pueblo llegó a sentir empatía por primera vez con alguien de la nobleza y esto sirvió de inspiración para hacer arte popular. Por ejemplo, esta copla que estamos analizando hoy es un ejemplo de arte de temática popular jajjaa
-Es embajadora porque representa a las clases más humildes de la época: se identifica, se divierte con ellos, sigue algunas de sus costumbres…Aunque estuviera mal visto, ella acudía a todas las verbenas y eventos donde la gente noble nunca iba.
-Una calesera es una persona que tiene por oficio conducir calesas, que son carruajes a ruedas. Normalmente, la gente rica y noble no conduce. Tienen chófer que les lleva y les trae si tienen que desplazarse de un lugar a otro. A la duquesa de Alba no le importó conducir. El hecho de que una persona de su nivel se ponga a hacer una tarea manual, causó mucha polémica en la época. Era un deshonor muy grande hacer un trabajo con las manos para alguien de su categoría
En el estribillo, la prota se jacta de ir donde va la gente normal y acudir a las fiestas y eventos exclusivos del pueblo llano (campesinos, artesanos, obreros…), y además, de hacer las mismas cosas que haría una persona anónima, sin vergüenzas de ningún tipo: Si voy a la verbena de San Antonio, no duden los señores que saco novio.
En los festejos, romerías y ferias es normal que la gente vaya a ligar, a conocer gente, a empatizar…La duquesa es una más, se siente como pez en el agua en esos contextos populares, y de hecho, es capaz de desafiar las convenciones más elementales: Si uno se resiste a mis hechizos, lo miro fijamente y se acabó.
Lo políticamente correcto es que el hombre corteje a la mujer. En cambio, a ella no le importa tomar la iniciativa y ser ella la que intente camelar a los muchachos, mediante sus encantos. Una mujer muy avanzada para la época.
En la segunda estrofa doña Cayetana se presenta a sí misma, de forma metafórica, como la reina del pueblo. Es una manera de mostrar cercanía, presentado conceptos de gran trascendencia (reinar, gobernar) en un contexto más familiar y modesto (pueblo, vulgo, plebe). Aplicado al siglo XXI: Belén Esteban jejjeje.
Normalmente, la gente que gobierna suele crear un distanciamiento con el pueblo. Da la sensación de que hay una coraza muy fría que separa los dos mundos. La protagonista, busca romper esas barreras, y por eso, mezcla lo alto (reina, señorío) con lo bajo (majo, chistero), mediante la anástrofe: De majos y chisteros, yo soy la reina, con señorío< Yo soy la reina de majos y chisteros, con señorío.
Con el fin de empatizar con la plebe, en lugar de presentase como una reina de un territorio grande, se presenta como la reina de un territorio pequeño, haciendo alusión a uno de los barrios más populares de Madrid: Del barrio Cabestreros, soy la primera, con más tronío.
Como veis, la anástrofe se mantiene (Del barrio soy la primera< soy la primera del barrio), y se forman dos estructuras en paralelismo: complemento del nombre (de majos y chisteros/del barrio) + verbo (soy/soy) + atributo (la reina/la primera) + complemento extraoracional (con señorío/ de más tronío). El objetivo de estos recursos es convertir a doña Cayetana en un referente/ídolo para las clases populares.
El personaje de doña Cayetana está lleno de contrastes: por un lado, por imposición social, pertenece a la aristocracia. Tiene sangre noble. Pero por otro lado, su espíritu y su actitud ante la vida son más propios del pueblo llano: locura, desenfreno, vitalismo, espíritu lúdico…
Eso le hace estar en una encrucijada continua, en la que confluyen elementos antitéticos que forman contrastes: A mí todos me cortejan, los SEÑORITOS, los de BAJEZA
Como ya hemos dicho, la mujer se siente orgullosa de su cuerpo, alcanzando matices ególatras y narcisistas al final de la copla: porque todos se enloquecen con mi belleza.
Se recurre a un viejo tópico de la poesía de cancionero: la belleza de la dama es tan grande que produce alteraciones en el hombre. Evidentemente, se le da un enfoque más frívolo y humorístico, ya que este tema es una reivindicación amable de una forma concreta de ver la vida.
Métricamente, una parte importante del poema se sustenta con pareados: floreciente-siete, favorito-palmito, soberana-gala, callejera-calesera, Antonio-novio, cortejan-bajeza
La otra parte, se desarrolla a partir del verso libre y la ausencia de rima (gentil-pintor, desnuda-fama)
En cuanto al número de sílabas, la
mayoría de versos se sitúan en una horquilla entre 7 y 11.