Aprovechando que estamos en días de operación salida y entrada de las vacaciones de verano, nos viene como anillo al dedo analizar el tema más emblemático de Perlita de Huelva: Amigo conductor.
Fue compuesto en el año 1969 por Felipe Campuzano. La letra es una apelación e invitación a la buena conducción. El yo poético recomienda a todos los conductores de España controlar sus vehículos con cautela y prevención para tener un viaje agradable y sin sobresaltos. Es el mensaje de la DGT hecho canción jejjeje.
A todos los conductores,
mi voz sirva de compaña,
y al ritmo de los motores
por vuestra ruta de España
y le pido a San Cristóbal
nuestro patrón tan divino
que con sus manos os guíen,
salvos a vuestro destino
Precaución amigo conductor
la senda es peligrosa
y te espera tu madre o esposa
para darte su abrazo de amor
precaución amigo conductor,
tu enemigo es la velocidad
acuérdate de tus niños
que te dicen con cariño,
no corras mucho papa...
Pulso firme en el volante,
al peligro desafía
tu lema es siempre adelante
sin descanso noche y día,
pero al fin de la jornada
te esperan con alegría
y te llenara de orgullo
al decir misión cumplida
Precaución amigo conductor
la senda es peligrosa
y te espera tu madre o esposa
para darte su abrazo de amor
precaución amigo conductor,
tu enemigo es la velocidad
acuérdate de tus niños
que te dicen con cariño,
no corras mucho papa...
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Se trata de una copla que tiene una función moralizadora y didáctica, pues pretende inculcar ciertas conductas en el receptor, que en teoría son positivas y beneficiosas (conducir con cuidado, para que no sucedan accidentes ni desgracias). Las muertes en carretera son una de las lacras del país.
La gente que pasa muchas horas en la carretera (camioneros, transportistas, conductores de autobús, taxistas, padres de familia que realizan largos viajes entre dos puntos geográficos, sea por vacaciones o por motivos laborales) se emocionaban cada vez que salía este tema por la radio. Se sentían muy identificados con el contenido de la letra
Cuando se cantaba esta copla en pleno viaje, muchos conductores se concienciaban de lo peligroso que era el oficio de conductor, y eso les servía para bajar la velocidad del vehículo y poner más atención a las diferentes normas de tráfico.
En la primera estrofa, el yo poético se dirige de manera explícita a un colectivo concreto, el de los conductores: A todos los conductores, mi voz sirva de compaña al ritmo de los motores por vuestra ruta de España.
La voz lírica invade el espacio del receptor con el objetivo de darle consejos. Tened en cuenta que muchos camioneros realizaban el viaje en absoluta soledad, sin ningún tipo de compañía. Escuchar música les servía no solo para dinamizar y hacer más alegre y divertido el viaje, sino también para abrir una vía comunicativa y sentirse acompañados (aunque fueran como oyentes).
Como veis, se establece un pequeño juego semántico entre el ritmo del poema y de la canción (ritmo musical) con el ritmo del motor del vehículo.
El uso del posesivo en segunda persona del plural (vuestra ruta) permite universalizar la copla y hacer que todos los conductores se identifiquen con el mensaje, sea cual sea el lugar en el que se encuentran. Es un poema dirigido a cualquier persona vinculada al mundo del transporte
Ya sabéis que un elemento bastante recurrente en la canción española de esta época es la alusión a elementos religiosos (Dios, los santos, la virgen…). Lo religioso se considera algo valioso y trascendental en una sociedad conservadora como la de los 60.
Cuando había que pedir o desear algo, un recurso habitual era ampararse a la religión, a la fe, con frases del tipo “Pido a Dios”. En este caso, se nombra a San Cristóbal, que es el patrón de automovilistas, taxistas, camioneros y conductores en general. Y le pido a San Cristóbal, nuestro patrón tan divino, que con sus manos os guíen salvo a vuestro destino.
La aposición posee un componente explicativo y didáctico, para que la gente que no sepa quién es San Cristóbal, conozca esta información (nuestro patrón divino).
Con el posesivo en primera persona del plural (nuestro) el yo poético, además de emisor (voz lírica), hace también de receptor, acaba formando parte de la experiencia creada, catalogándose también como conductor, y hablando de igual a igual.
Es una forma de dar poder retórico y fuerza al discurso para que el receptor se conciencie del contenido de la canción (es importante conducir con cuidado), además de conseguir una mayor empatía con el auditorio. Al hablar como si fuera un conductor, el resto de conductores (por tratarse de un colega de la profesión) van a estar más atentos
Para transmitir una doctrina, se necesita no solo hablar bien y con propiedad sobre algo que es de sentido común, sino también, ganarte la atención y simpatía del oyente. La intención de la voz poética es beneficiosa y positiva. Está deseando algo bueno y bonito al oyente: que el viaje salga bien y todos lleguen sanos y salvos a sus destinos
En el estribillo se desarrolla este componente doctrinal. Es la parte más emblemática de la copla (Precaución, amigo conductor).
Para transmitir una enseñanza, es necesario convencer, ser creíble, dar argumentos que inciten a la buena conducción:
Uno de los mecanismos consiste en hacer hincapié en los peligros y aspectos negativos que entraña el mundo de las carreteras y de los coches. Esto se consigue mediante la metáfora (Tu enemigo es la velocidad). Conducir rápido no puede traer nada bueno
Algunos enunciados resultan claros, rotundos, explícitos y concisos (la senda es peligrosa). En la sencillez está la clave. Escuchando estas advertencias, el receptor sabe que tiene que conducir con cuidado, sobre todo en curvas, adelantamientos, cruces…
Otro mecanismo consiste en la apelación a la realidad más íntima e inmediata del receptor, con el objetivo de activar sus sentimientos más afectivos hacia las cosas que más quiere (la familia, la mujer, los hijos, los padres...).
Se trata de un procedimiento efectista, ya que se está aludiendo a cosas muy importantes, como son los seres queridos. Acordarte de la gente que quieres es una forma de que la razón se imponga a la locura, pues sería terrible para la familia que te pasara algo en la carretera: Te espera tu madre o esposa para darte un abrazo de amor, Acuérdate de tus niños que dicen con cariño no corras mucho papá.
Como veis, la incorporación de un estilo directo con voz filial (no corras mucho papá) da poder retórico al texto, ya que permite al receptor recordar y esbozar con ternura momentos de su vida cotidiana. Evocar escenas placenteras y entrañables es un argumento para que el conductor ponga precaución en su tarea. Es una manera de decir “si no lo haces por ti, hazlo por ellos”.
Yo pienso que este tipo de imágenes literarias son mucho más poderosas que esas estampas de sangre y cadáveres que la DGT pone en la televisión cada año.
Esta canción te pone los bellos de punta sin necesidad de recurrir a elementos sórdidos o desagradables (cifras de muertos, colisiones…). El arte puede conmocionar sin llegar a la truculencia.
En la segunda estrofa, el yo poético homenajea y da ánimos a aquellas personas que se ganan la vida en la carretera. El oficio de camionero o conductor es muy duro, ya que requiere mucha atención, muchas horas de soledad, soportar condiciones climáticas adversas, malas infraestructuras…
Tened en cuenta que en los años 60 los coches no eran como los de ahora (no había calefacción, ni aire acondicionado, ni teléfonos móviles para llamar a la grúa en caso de avería, ni navegador…) y no existían esas autopistas que hay ahora. Algunos conductores tenían que conducir por rutas muy peligrosas. Por eso, esta copla es una forma de dar fuerza y animar al conductor.
El oficio se describe como si fuera una hazaña épica y heroica: Pulso firme en el volante, al peligro desafía. Tu lema es siempre adelante, sin descanso noche y día.
Los imperativos se presentan de forma elíptica, sin verbos (“[ve] siempre adelante…”, “[ten] pulso firme…”, “[ve] sin descanso…”) y están cargados de emotividad gracias al hipérbaton (“al peligro desafía”, en lugar de “desafía al peligro” que sonaría mucho menos épico).
La antítesis noche-día eterniza y mitifica la figura del conductor como si de un héroe se tratara. ¿Os acordáis de la canción del sembrador que analizamos el curso pasado en el especial de la Rosa del azafrán? En esta copla se mitificaba y exaltaba al campesino, como si fuera un ser trascendental y magnífico. Aquí pasa lo mismo, pero con el personaje del conductor.
Como todo héroe literario, el conductor tiene una misión o tarea que llevar a cabo, y cuando la cumple, consigue el orgullo, el honor o la satisfacción, que son valores fundamentales de la épica: Al fin de la jornada, te esperan con alegría y te llena de orgullo decir misión cumplida.
Esto recuerda a la novela de caballería. Los caballeros medievales, una vez terminaban y vencían en la batalla, se reunían con su dama y disfrutaban de ella. La amada era el premio a todo su esfuerzo. En el caso del conductor, no se especifica que la recompensa sea una mujer, pues la tercera persona del plural le da un carácter indeterminado (te esperan con alegría).
Aquí, cada uno pondrá el premio que quiera (la familia, la mujer, los hijos, el hogar…). Después de una dura jornada de trabajo, los camioneros están deseando volver a casa para reencontrarse con sus seres queridos. Después de todo esfuerzo siempre llega una recompensa.
Métricamente, cada estrofa está formada por la unión una cuarteta (8a 8b 8a 8b) y una copla (8- 8a 8- 8a)
El estribillo combina versos de arte mayor (y te espera tu madre o esposa) y arte menor (la senda es peligrosa).
A lo largo de los 9 versos se producen rimas entre los versos 1, 4 y 5 (conductor, amor, conductor), 2 y 3 (peligrosa-esposa), 6 y 9 (velocidad-papá), y 7 y 8 (niños-cariño).