Y de la
Imperio Argentina más dramática y reflexiva de Castillitos en
el aire, pasamos a la
Imperio Argentina más cómica, pícara e intrascendente, capaz
de hacernos reír y disfrutar con una disparatada historia protagonizada por un
gitano que roba un par de pavos en un corral del barrio malagueño del Perchel.
Esta copla por bulerías es uno de los números más emblemáticos
de la famosa película Morena clara que se estrenó unos meses antes de que estallara
la Guerra Civil
Española, en la primavera de 1936. En el film, se interpretaron grandes coplas
como El día que nací yo (ya analizada), o la que os traigo hoy: Échale guindas al
pavo
Huyendo de los civiles,
Un gitano del Perchel,
Sin cálculo ni combina,
¡Que donde vino a caer!
En un corral de gallinas,
¿Y qué es lo que allí encontró?,
Pues una pavita fina
Que a un pavo le hacía el amor.
Saltó la tapia el gitano,
Con muchísimo talento
Y cuando se vino a dar cuenta,
Con un saco estaba dentro.
A los dos los cogió,
Con los dos se najó,
Y el gitano a su gitana
De esta manera le habló:
Échale guindas al pavo,
Échale guindas al pavo,
Que yo le echaré a la pava,
Azúcar, canela y clavo,
Que yo le echaré a la pava,
Azúcar, canela y clavo.
Estaba ya el pavo asao,
La pava en el asador
Y llamaron a la puerta,
Verá usted lo que pasó
Entró un civil con bigote,
¡Ozú, que miedo, chavo!
Se echó el fusil a la cara
Y de esta manera habló:
A ver donde está ese pavo,
a ver donde está esa pava
porque tiene mucha guasa
Que yo no pruebe ni un ala.
Con los dos se sentó,
Con los dos trajeló
Y el gitano a la gitana
De esta manera le habló:
Échale guindas al pavo,
Échale guindas al pavo,
Que yo le echaré a la pava,
Azúcar, canela y clavo,
Que yo le echaré a la pava,
Azúcar, canela y clavo.
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La canción posee una estructura narrativa, ya que su única pretensión
es contarnos una acción (robo de unos pavos), con unos personajes (un gitano,
una gitana, y un guardia civil), en un espacio (Málaga Perchelera), en un tiempo
(años 30) y por un narrador (en tercera persona, aunque en algunas partes hay
estilo directo donde toman la palabra algunos de los personajes).
El comienzo de la copla es súbito, hecho que nos recuerda a
la poesía de romancero, ya que en el primer verso, sin apenas introducción ni antecedentes,
nos sitúan bruscamente en mitad del hecho narrado (el gitano huyendo de la policía),
creando la atmósfera y el tono necesarios para entender la historia
-En la primera estrofa se cuenta cómo el gitano protagonista
llega a un corral de gallinas, encuentra unos pavos merodeando por ahí, salta
la tapia para acceder al interior del establo, coge las aves con todo el morro
del mundo y se les lleva a su casa para que su mujer las cocine.
-En los estribillos se cuenta el proceso de cocinado de los
pavos y de cómo hay que condimentarlos. De ahí la presencia de palabras relacionadas
con el campo semántico de las especias (guinda, azúcar, canela, clavo).
-En la segunda estrofa los pavos ya se han terminado de
cocinar. La pareja de gitanos es sorprendida por un guardia civil (seguramente alguien
haya dado el chivatazo del robo de los pavos, o el propio policía fuera testigo
y siguiera al gitano hasta su casa).
Evidentemente, todo el mundo que escucha la canción y los
propios protagonistas, pensarán que este policía ha venido a arrestar al gitano
(por el robo de los animales). Sin embargo, la copla da un giro inesperado, cuando
el propio guardia civil (que está hambriento) lo único que pide es que a él
también le den un poco de ese pavo tan rico. Al final, los tres (el policía y
los dos gitanos) terminan alrededor de la mesa hinchándose a pavo. Como veis, el
desenlace resulta inesperado y a la vez festivo.
Como veis, la guardia civil, aparece referida en el texto como
los “civiles” (así se designaban en esta época), ya que en su origen era un cuerpo
policial de orden rural que solía tener en el punto de mira a los gitanos, ya
que era la población que más robos y hurtos cometía por metro cuadrado. Por
eso, muchas veces, los propios policías se dedicaban a detener gitanos como afición
y diversión. Incluso se dieron casos de gitanos que eran acusados injustamente
de delitos que no cometían (por el hecho de ser gitanos) y eran maltratados por
la policía, como mera diversión en plena ronda de trabajo.
Cuando ocurría algo malo, todo el mundo sabía que algún gitano
merodeaba por la zona y era el responsable de lo que pasara (mentalidad que hoy
mismo se sigue dando, ya que cuando desaparece algo, mucha gente tiende a pensar
que ha sido la típica familia de gitanos la que ha mangado, aunque no haya pruebas
reales para acusarlos). No obstante, el gitano protagonista de esta copla sí ha
cometido un hurto (robar un pavo).
La elección del Perchel como escenario de la copla tiene su justificación.
El Perchel era un barrio de pescadores, situado en los arrabales de Málaga, fuera
de las murallas (más allá del río Gualmediana). Sus habitantes solían tener fama
de bravos y de vivir fuera de ley. De hecho, la palabra “perchel” significa “reunión
de malhechores”. Por eso, se ha elegido este protagonista y este escenario. Con
la expresión “sin cálculo y sin combina”, se describe al gitano como una
persona con carácter espontáneo, que comete muchas veces los hurtos sin haberlo
premedito y planificado antes, improvisando sobre la marcha, según vayan
viniendo las cosas. Por eso, podríamos decir que es un ladronzuelo de baja enjundia,
al que es fácil de capturar, ya que no prepara mucho sus atracos.
El narrador de la historia hace apelaciones al receptor, con
el objetivo de atraer su atención (la captatio benevolentiae) para que se meta
en la historia, se divierta con la actuación y así dar un carácter más coloquial
y cercano. El narrador tiene una actitud muy juglaresca, ya que a esta copla al
ser tan bailable y cómica, seguramente formara parte del repertorio de muchos
cantantes aficionados que se dedicaban a ir por las plazas de los pueblos
sacando dinerillo de los asistentes. Y para sacar dinero, hay que apelar,
atraer al receptor a la historia. Esto se hace mediante interrogaciones retóricas
(¿Y qué es lo que allí encontró), vocativos (verá usted lo que pasó), exclamaciones
(¡De donde vino a caer!) o marcadores conversacionales apelativos (pues...). Estas
expresiones tienden a retardar la acción, retrasarla y así facilitar al cantante
la memorización de la letra, y acordarse de lo que viene después mientras hace
este tipo de apelaciones.
Los pavos son personificados con una serie de imágenes subiditas
de tono, plagadas de erotismo y sensualidad: una pavita final que a un pavo le
hacía el amor
La narración del robo se expresa mediante una sintaxis breve
y sencilla, a partir de una sucesión de oraciones simples yuxtapuestas (A los dos
los cogió. Con los dos se enajó) o unidas por coordinación copulativa (Saltó la
tapia […] y cuando se vino a dar cuenta…).
El objetivo es que la gente se entere de lo que pasa. Por
eso, lo mejor es utilizar frases rotundas, concisas y sin ornamento. El ritmillo
y la musicalidad se consigue gracias al hipérbaton (Saltó la tapia el gitano, El
gitano a la gitana de esta manera le habló). Hay una tendencia a recrearse en
el detalle más insignificante (en la manera de saltar la tapia, que si el ladrón
lleva un saco para meter los pavos robados…) con el objetivo de ir caldeando la
historia poco a poco como si la copla fuera un juego hacia el receptor.
El hecho de contar una historia con tanto detalle y datos
tan intrascendentes puede ser también un recurso cómico (como sucede en los monólogos
que los cómicos hacen por televisión). El paralelismo ayuda a indagar en cada
instante del proceso (A los dos los cogió, con los dos se najó). El verbo najar,
significa huir (para los que no lo sepáis, ya que esta copla tiene algunas palabras
complicadas).
En el estribillo habla en primera persona el gitano. La musicalidad
se consigue con la reiteración de versos completos (Échale guindas al pavo, que
yo le echaré a la pava azúcar, canela y clavo) y el poliptoton: el verbo echar aparece
en dos tiempos verbales diferentes: en imperativo (échale) y en futuro (echaré).
Hay tendencia a la bimembración y distribución de los
elementos lingüísticos de manera simétrica y correlativa:
- el gitano se
queda con la pava, a la cual le pone azúcar, canela y clavo
- la gitana se
queda con el pavo, al cual le pone guindas.
En la segunda estrofa la musicalidad se consigue con
estructuras paralelísticas y el fenómeno de la derivación (Estaba ya el pavo asado,
la pava en el asador). Del adjetivo asado formamos el sustantivo asador, lo cual
da musicalidad al aparecer en dos versos consecutivos y refuerzan esa bimembración.
La oración impersonal con verbo en tercera del plural crea una
intriga en medio de la acción (llamaron a la puerta), la cual se prolonga con la
apelación (verá usted lo que pasó).
La persona que está detrás de la puerta (el policía) es el
que hace cambiar el giro de los acontecimientos y crear el contrapunto cómico a
la copla. Este policía es representado de manera caricaturesca con el bigote y el
fusil. Parece que la iconografía popular suele pensar a los guardias civiles como
hombres con bigote. El bigote y el fusil, al menos en España, está asociado al
autoritarismo más rancio.
El uso de interjecciones permite exagerar la situación, hiperbolizarla,
sobreactuarla, de tal forma que algo aparentemente serio (un guardia civil que llega
a la casa) se acaba deformando y convirtiendo en algo ridículo y risible: Ozú, que
miedo, chavo. Ozú es una interjección andaluza que permite expresar sorpresa. La
palabra chavo (en vocativo) es un americanismo (usado en Venezuela) para designar
a un muchacho joven. Esto permite elogiar al receptor, ya que le está llamando joven
(normalmente a la gente mayor le gusta que le digan que es joven). Es una manera
de tener gancho con el auditorio (sobre todo, cuando se canta)
En la parte final de la segunda estrofa, el policía habla en
primera persona, dándose el giro cómico que os he dicho: él no viene a arrestar
ni a llevarse a nadie, sino a comer pavo con ellos: A ver dónde está ese pavo, a
ver dónde está esa pava, porque tiene mucha guasa que yo no pruebe ni un ala.
Como veis, utiliza una expresión muy andaluza (tener guasa)
que posee un carácter irónico, es decir, que expresa lo contrario de lo que quiere
decir (realmente, lo que está diciendo el policía es que sería un fastidio no poder
probar ni un ala). El policía viene hambriento y está dispuesto a pasar por
alto el robo y a hacer la vista gorda, como si nada hubiera pasado, a cambio de
que le den un poco de pavo. Aunque esta copla es cómica, en realidad, está
representando la crudeza de la época (mucha gente hacía artimañas de este tipo
para poder comer) y los chanchullos y chantajes que se producen por parte de
las autoridades.
Finalmente, los gitanos y el policía terminan juntos comiéndose
el pavo, hecho que se manifiesta con el paralelismo (con los dos se sentó, con
los dos se trajeló). El verbo trajelar significa beber mucho (hasta quedar borracho).
Lo que pasa es que aquí hay una pequeña modificación del significado original y
el sentido de beber se extiende y amplía al sentido de comer (los tres se hinchan
a comer pavo). Tal vez, con el pavo también se sirvieran bebidas y los tres
terminaran más alegres de la cuenta. Esto es a imaginación y libre interpretación
del receptor. Como veis, un final muy epicureista.
Métricamente, los versos son octosílabos. En el estribillo se
repite el mismo esquema de rima (-avo, -ava).
Cada estrofa está formada por dos octavillas, con rima relajada
y libre. Los juegos de palabras son constantes.
Por ejemplo, en la canción se usa el sustantivo guinda. Hay un verbo, que es el
verbo guindar (en caló, lenguaje de los gitanos, significa robar). ¿Veis las asociaciones?
El lenguaje estándar establece asociaciones con el lenguaje de las germanías,
de los bajos fondos para conseguir el humor en la canción. Sólo los receptores
que entiendan este tipo de lenguaje se percatarán y entenderán estos juegos.